México: el deterioro de nuestras lenguas, efecto de las políticas integracionistas, por Domingo Gómez Castellanos

La lengua es uno de los elementos de identidad cultural que sostiene la raíz y existencia de un pueblo; por lo tanto, la debemos llevar en nuestros corazones como algo muy valioso

Pero no basta guardar y conservarla en nuestros corazones como un objeto valioso, sino llevar a la práctica su uso cotidiano tanto hablado como escrito. ¿Qué tanto se han deteriorado nuestras lenguas indígenas?

Debido a la política integracionista, con esa ideología de hacer un México de una sola cultura, nuestras lenguas indígenas han ido perdiendo valores, se han venido mezclando con el idioma español; por ejemplo: pero, entonces, hora, como, luego (como en el caso de los tojolabales que dicen "wegó"), porque, y entre otras palabras que lingüísticamente no tienen nada que ver dentro de nuestras lenguas. No es cierto que para que nuestras lenguas logren su desarrollo es necesario mezclar con otro idioma, ya que poco a poco se van desapareciendo las palabras y llegará el momento de su extinción, como es el caso de la zona Sierra de Chiapas donde los jóvenes ya no hablan en su lengua materna. Esta mezcla de las lenguas es más notoria en la conversación de las y los jóvenes estudiantes que luego dicen: "es que me dan mucha pena hablar en dialecto".

En este sentido desvalorizan a su lengua de dos formas: abandonan su idioma materno, un elemento cultural heredado por nuestros antepasados, y lo minimizan al llamarlo dialecto. Porque dialecto es otra cosa, dialectos son las variantes que existen dentro de un idioma o lengua.

Parece que la política integracionista nos dio a entender que el requisito principal para lograr un progreso de cualquier ámbito, es dejar de ser indígena. Como si nuestras lenguas fueran estorbos para el desarrollo. Un profesor bilingüe, un universitario, un oficinista, un preparatoriano (algunos comienzan a dejar su lengua materna desde la secundaria cuando se van estudiar a la ciudad), optan por conversar en lengua española, aunque estas personas pertenezcan al mismo pueblo. Su lengua materna la dejan en segundo término para comunicarse con personas que no hablan español o con la gente "no civilizada".

En una ocasión, cuando su servidor buscaba entrevistas en lengua tzotzil en la cabecera municipal de Ixtapa por ahí del año de 1996, un ex profesor me comentó: "en este tiempo, la situación de los jóvenes ya se ha mejorado bastante, ya no hablan en dialecto como antes, porque ahora ya están más civilizados".

Otro compañero me comentaba: "ustedes siempre dicen que hay que preservar la cultura, que hay que preservar la lengua; pero ¿cómo vamos a hacer eso, si los jóvenes queremos seguir estudiando, queremos seguir progresando?"

Después de escuchar este comentario, me quedé sorprendido, porque en ningún momento se ha dicho que no estudien, que no progresen para que preserven su cultura, sino todo lo contrario; se puede conseguir y alcanzar un desarrollo cultural y económico sin abandonar nuestras lenguas indígenas, podemos hacer uso de las nuevas tecnologías sin abandonar nuestras costumbres y tradiciones.

¿Saben en qué momento las y los jóvenes indígenas aparentan valorar su idioma materno? Cuando presentan examen de bilingüismo para obtener un trabajo o una beca, cuando así lo obliga la institución.

¿Hasta cuando tomarán valor e importancia nuestras lenguas indígenas en los diferentes niveles educativos, mientras el idioma inglés es obligatorio como una materia más a partir de nivel secundaria? Por cierto, ¿se ha usted asomado cómo se desarrolla la enseñanza-aprendizaje en forma bilingüe en las comunidades indígenas? ¿O sólo de membrete le pusieron Educación Bilingüe Bicultural? O Educación Bilingüe Intercultural.

Se llame como se llame, lo raro es que ni los propios maestros saben escribir en su lengua materna. Una ocasión, en una reunión de padres de familia, los maestros comentaron: "Es que la escritura en idioma tzotzil es muy difícil, ni nosotros hemos podido descifrar bien".

Por un lado también tienen la culpa, porque no se interesan en conocer y practicar la escritura en lengua indígena. Y por el otro, es que al sistema educativo así le conviene; para empezar, las maestras y los maestros indígenas no todos están ubicados en sus respectivas áreas lingüísticas: los tseltales están en las comunidades tzotziles o viceversa, los tzotziles están en las comunidades tojolabales. Tendrá o no tendrá sus razones la educación indígena, pero con este revoltijo de docentes no permite el desarrollo adecuado de la enseñanza-aprendizaje en la lengua materna de los educandos.

No ha dado comienzo un desarrollo educativo desde el entorno cultural indígena dentro del aula escolar en las comunidades indígenas, porque las lenguas únicamente se usan para traducir algunas palabras del español o para dar órdenes; tales como: ch'anchanik (cállense), chotlanik (siéntense), lok'eso avunik (saquen sus cuadernos).

La política integracionista nacional ha impuesto elementos culturales a los pueblos indígenas mediante el sistema educativo y los medios de comunicación. Un especialista brasileño decía en una conferencia: "Ellos necesitan destruir nuestra cultura, destruir la soberanía del pueblo, porque esto es el papel del neocolonizador". Esta política integracionista ha sembrado confusiones y muchos padres de familia comentan: "De qué le sirve mi hijo aprender a leer y escribir en nuestro idioma, si lo importante es que aprenda el castilla, para que vaya a buscar trabajo en otros lugares o para que vaya a trabajar de maestro". Desde aquí comienza la tarea de los promotores culturales, de los maestros y maestras entregados al desarrollo cultural de su pueblo, al desarrollo de las lenguas indígenas tanto en la lectura como en la escritura, a la promoción de su uso como un medio de comunicación imprescindible como lo es el idioma español.

Para que los pueblos indígenas sigan su camino, es más adecuado aplicar el término desarrollar que preservar; pues preservar es "proteger". Nuestras lenguas indígenas no necesitan protección, no son un objeto de museo. En cambio el término desarrollo, según el diccionario, significa "progreso cualitativo o duradero... crecimiento de un organismo". Claro que el diccionario nos da una definición corta; pero con el desarrollo hay mayor acercamiento hacia el crecimiento dentro del entorno cultural, tomando en cuenta los elementos heredados de nuestros antepasados.

Los planes y programas deben ser dirigidos por compañeros indígenas y el resto del personal educativo también debe ser indígena. En ocasiones los trabajadores son mayoritariamente hispanohablantes.

La promoción y difusión de las lenguas indígenas no debe ser un simple cumplimiento de compromisos institucionales y desde una óptica indigenista, sino un compromiso nacido desde los corazones de cada hombre y mujer indígena para el desarrollo cultural de nuestros pueblos.

Domingo Gómez Castellanos: promotor cultural y locutor de radio, originario de Cruztón. Chamula, Chiapas.

La Jornada, México

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