México: Declaración del Ejido San Jerónimo: ¡Por la Defensa de nuestro Territorio y nuestros Recursos Naturales!
"Nuestro ejido no vende la tierra; nuestro ejido necesita la tierra, y sabemos que tenemos derechos a ella. Derecho a sembrar como lo hacían nuestros padres y madres mesoamericanas; porque esa es nuestra raíz. Sabemos que tenemos derecho a la autonomía, a la libre determinación, y a la libertad de disponer de los recursos naturales, tomando en cuenta nuestra cosmovisión y nuestros propios intereses"
Declaración del Ejido San Jerónimo Bachajón, Chilón, Chiapas.
¡Por la Defensa de nuestro Territorio y nuestros Recursos Naturales!
Reunidas, las ejidatarias y los ejidatarios en la comunidad de Guadalupe Paxilha’, el día 7 de octubre de 2006, en asamblea general, queremos hacer del conocimiento público lo siguiente:
Que nuestra palabra tiene razón porque sale de nuestro corazón, en defensa de la vida de nuestros hijos e hijas y su futuro, y por el cuidado y respeto que tenemos a nuestra Madre Tierra que nos ha mantenido la vida, a pesar de la voluntad de aniquilación que han sostenido los distintos gobiernos que han pasado a lo largo de 514 años, en contra de nuestra etnia, cultura, territorio y autonomía, regaladas por nuestros abuelos y abuelas mayas.
Queremos decir que somos indígenas y que en nuestra cultura, tradiciones, usos y costumbres, hay mucha sabiduría; nuestros abuelos y abuelas nos enseñaron que la tierra es nuestra Madre, porque de ella vivimos y ningún proyectos o programa de gobierno nos ha dado nunca lo que nos ha regalado nuestra Madre Tierra.
Los proyectos y programas, diseñados e implementados por el gobierno para el campo, nos han traído muerte. Muerte a la variedad de semillas y cultivos en nuestra milpa; muerte a nuestra tierra que queda infértil: muerte a nuestras familias por la enfermedad; muerte a nuestras mujeres. El gobierno es muy mañoso; como no han podido acabar con nosotros, ahora nos quieren robar nuestra tierra. La quieren meter al mercado como si fuera mercancía, como si tuviera un precio; nosotros nos preguntamos ¿quién le pone precio a la vida?
Y sabemos que sólo las personas que no le dan valor a la vida, le ponen precio.
El gobierno Mexicano ha demostrado que no le da valor a la vida. Con el cambio del artículo 27 constitucional, se olvidó de todos los campesinos-as e indígenas que murieron en la lucha por la tierra; ahora quieren que la tierra sea cambiada por dinero y se individualice. Nos quieren dividir. Le tienen miedo a la fuerza de la comunidad, por eso crearon sus Programas PROCEDE y PROCEDOM; sabe que nuestra comunidades unidas nunca van a entregar la tierra.
El gobierno y sus aliados preparan leyes neoliberales para que las empresas transnacionales se queden con nuestra tierra y con nuestro territorio: con nuestra riqueza que hemos cuidado por muchos años, Nosotros sabemos que el agua, la tierra, la montaña, los ojos de agua, las rocas, los animales, las plantas, son valiosas y tienen sus cuidadores; nosotros los respetamos porque están vivos y caminan con nuestras comunidades para darnos vida.
Para ellos, los del poder económico, todo es dinero, todo es negocio; sólo tienen un Dios: el mercado; piensan que van a vivir por el dinero. Nosotros sabemos que vivimos por la fuerza de la comunidad, por la fuerza de nuestra Madre Tierra y por la fuerza de la divinidad que nos acompaña. Por eso nuestro territorio no se vende; nuestro territorio se protege. En nuestro ejido el PROCEDE no PROCEDE.
Nuestro ejido no vende la tierra; nuestro ejido necesita la tierra, y sabemos que tenemos derechos a ella. Derecho a sembrar como lo hacían nuestros padres y madres mesoamericanas; porque esa es nuestra raíz. Sabemos que tenemos derecho a la autonomía, a la libre determinación, y a la libertad de disponer de los recursos naturales, tomando en cuenta nuestra cosmovisión y nuestros propios intereses. Sabemos que estos derechos tomaron fuerza en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que fue ratificado por el gobierno de nuestro país, con lo cual se comprometió a proteger y promover nuestros derechos.
Pero el gobierno no tiene palabra; el campo ha sido olvidado; nuestros hijos y nuestras hijas se ven obligadas a emigrar para buscar trabajo en las ciudades o el extranjero; la producción ha caído y el “desarrollo” que nos imponen es el neoliberalismo, el de los agroquímicos y la comida chatarra; así vamos perdiendo cada vez más la soberanía alimentaria de nuestras comunidades, estados y del país entero.
Por eso declaramos:
Primero: Que hoy es un día muy feliz para nuestro ejido, porque se ha vuelto a manifestar que como Tseltales no hemos perdido nuestro corazón indio, y en asamblea lo hacemos público , rechazando unánimemente la aplicación del Procede en las tierras de nuestro ejido.
Segundo: Queremos recordarles a las autoridades estatales y federales, así como a todas las empresas transnacionales con intereses en nuestra tierra, que nosotros somos gente de palabra. Y que no se nos olvida lo que acordamos en nuestro Reglamento Ejidal; que no aceptamos el Procede, ni ningún otro programa o proyecto de gobierno que atente contra nuestra tierra, territorio y contra nuestra vida comunitaria indígena Tseltal. Así lo dice en su artículo 13.
Tercero: Denunciamos la actuación de la Procuraduría Agraria, por su insistencia en que aceptamos el programa Procede, a sabiendas de que este programa es voluntario y que la Asamblea -que es la máxima autoridad del ejido- lo rechazó desde febrero del año de 2005, y que quedó certificado por el RAN en nuestro Reglamento Interno Ejidal, del cual tienen copia y por lo que exigimos el respeto a nuestra palabra y voluntad.
Cuarto: Exigimos que cese el anticonstitucional condicionamiento de los programas y subsidios gubernamentales a nuestras comunidades, a cambio de nuestra forzada incorporación a los programas de certificación.
Quinto. Exigimos que en aquellos lugares, (como las comunidades indígenas de San Jerónimo Tulilhá, Providencia y, Tacuba; todas del estado de Chiapas) donde el Procede se haya aplicado en violación de los convenios internacionales y las leyes federales, las actas y trabajos técnicos respectivos se dejen sin efectos legales.
Sexto. Llamamos a todos los ejidos de la región y del estado , a no permitir la imposición del Procede en las tierras que sus padres y abuelos les legaron, muchas veces a costa de su vida, y los invitamos a unirse a esta lucha que hemos decidido fortalecer, en defensa de nuestras tierras y de nuestros derechos colectivos fundamentales.
Séptimo: Exigimos a las autoridades que elaboren leyes que defiendan el cuidado y protección a nuestras semillas criollas, especialmente la del maíz, porque nuestros abuelos y abuelas la cultivaron, la hicieron crecer y diversificarse en todas nuestras culturas que vivimos en México. Esta es nuestra riqueza y herencia; aquí está su origen del maíz. Por eso somos hombres y mujeres de maíz, y no vamos a permitir la siembra de transgénicos en nuestras tierras.
Octavo: Por último, damos a conocer que denunciaremos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) la violación a los tratados internacionales y a nuestros derechos económicos, sociales y culturales, en la próxima sesión, que se llevará a cabo en Washington el día 23 de octubre de 2006.
¡Por la defensa de la posesión de nuestras tierras ejidales y comunales!
¡La tierra no se vende, se trabaja y se defiende!
La Asamblea General de Ejidatarios y Ejidatarias del Ejido San Jerónimo Bachajón, Chilón, Chiapas.