"Nuestro ejido no vende la tierra; nuestro ejido necesita la tierra, y sabemos que tenemos derechos a ella. Derecho a sembrar como lo hacían nuestros padres y madres mesoamericanas; porque esa es nuestra raíz. Sabemos que tenemos derecho a la autonomía, a la libre determinación, y a la libertad de disponer de los recursos naturales, tomando en cuenta nuestra cosmovisión y nuestros propios intereses"