Las súper bacterias resistentes se multiplican por la contaminación
Las concentraciones de antibióticos en los acuíferos cerca de las farmacéuticas indias y chinas ceban la resistencia de los patógenos que luego saltan a Europa.
Tenemos un problema grave: las superbacterias. Las “resistentes”, como se las denomina entre los médicos, provocan la muerte de casi un millón de personas cada año. Lo que ocurre es que estos patógenos se hacen fuertes ante los antibióticos, incluso los más potentes como el carbapenemas y los convierten en inútiles. Según un informe de la OCDE, hay una relación directa entre el fortalecimiento de esas bacterias con el consumo poco responsable y muy a la ligera de antibióticos. Pero al margen de su uso hospitalario (generalmente muy por encima de lo recomendado), también se pueden ingerir dosis de medicamento a través del agua o los alimentos. Y, a su vez, las bacterias fortalecidas pueden viajar junto al humano en el que se han desarrollado o en otras mercancias que se han desplazado.
Precisamente, en un mundo en el que la movilidad de personas y alimentos es constante, la posibilidad de que todas estas bacterias lleguen a Europa es casi segura. Algunas de ellas ya se detectaron en Suecia. Y las grandes epidemias contemporáneas, como la reciente del ébola en África o la gripe aviar en Asia, acaban saltando de contienente en continente.
Las concentraciones de antibióticos encontradas en el río Musi, en la India, son 1.000 veces más altas que las halladas en los países desarrollados
Las causas de la multiplicación y fortalecimiento de estos patógenos cada día más difíciles de doblegar son múltiples y complejas. Pero, hasta la fecha, existía un acuerdo en que el abuso del consumo de antibióticos, tanto en la medicina humana como en la ganadería, son los principales causantes. Muchos países están tomando cartas en el asunto. Entre 2000 y 2010 se consumieron en el mundo 70.000 millones de medicamentos.
Pero además de estos motivos, hasta ahora los más señalados, se sabe que en las fábricas de India y China, desde donde se genera la mayor cantidad de antibióticos del mundo, arrojan vertidos en los alrededores de sus fábricas o dan un tratamiento inadecuado a sus residuos, lo que está provocando la contaminación de los ríos y lagos disparando la proliferación de las superbacterias. Esto es lo que denuncian grupos de ecologistas internacionales (en España Ecologistas en Acción), que han elaborado un estudio para detallar esta situación. La más célebre de estas es la enzima NDM-1, resistente a casi todos los fármacos y surgida en la India, concrentamente en su capital, Nueva Delhi, por darse allí el primer caso conocido. Un descubrimiento que no es casual que se produjese en este país.
Una cadena
En la ciudad de Hyderabad, epicentro de la potentísima industria farmaceútica india, las concentraciones de antibióticos encontradas en sus alrededores y en el río Musi, que atraviesa su centro, son 1.000 veces más altas que las halladas en los ríos de los países desarrollados (que también son altas), siempre según los informes citados por los ecologistas. Consecuentemente, la India tiene las tasas más elevadas de resistencia a casi todos los medicamentos. Centrarse en el desarrollo de nuevos fármacos para solucionar el problema de las superbacterias es cuestionable porque "los nuevos antibióticos son mucho más caros que los disponibles en la actualidad y mucho más costosos" de lo que las personas de los países con ingresos medios o bajos pueden permitirse.
Pero todo es una cadena conectada. Más del 90% de los medicamentos indios usan materias primas importadas de China, que a su vez tiene un problema de contaminación muy serio, de tal modo que todo se interconecta. Las cadenas internacionales de suministros de medicamentos funcionan en secreto, lo que hace que solo se tenga una información muy fragmentada del origen y el destino de fármacos específicos.
Según un informe casi 60.000 recién nacidos mueren cada año por bacterias resistentes a los antibióticos en India
Hoy mismo en la lista "negra" de medicamentos hecha pública por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), hay varios fabricados por Aurobindo, uno de los laboratorios más señalados por el estudio de los ecologistas. En la anterior lista de la EMA este laboratorio fue el más afectado. Este diario trató de ponerse en contacto con sus responsables en España, pero estos remitieron a “lo que ponga en la página web de la central”. Lo que pone la mencionada página es que la empresa invierte en diversos proyectos médicos en su país de origen, India.
De todas las medidas para frenar la resistencia a los antibióticos, "la lucha contra la contaminación, que durante mucho tiempo se ha ignorado, es una de las más importantes", precisan desde Ecologistas en Acción. Una conclusión a la que ha llegado el propio gobierno de Reino Unido, que en 2016 instó a que se establecieran objetivos al respecto. También en otros países se llevan tomando decisiones, aunque básicamente referidas al consumo de fármacos por parte de la población en contextos hospitalarios.
Lista negra
Sobre este problema, las asociaciones ecologistas proponen que los proveedores pongan en marcha medidas efectivas de prevención y control de la contaminación y que mejoren los estándares de gestión de residuos. También "aplicar políticas de transparencia total, adoptar tecnologías de producción limpias y asumir políticas de prevención en las cadenas de suministros". Así como "participar activamente en la recogida de datos y en las iniciativas independientes que persiguen mejorar la transparencia corporativa y permitir la difusión de buenas prácticas".
Para los grandes compradores reservan más recomendaciones, por ejemplo, "poner en una lista negra a aquellos que ayudan a expandir la resistencia a los antibióticos". La industria farmaceútica facturó, solo en la India en 2015,15.000 millones de dólares. Según el informe, casi 60.000 recién nacidos mueren cada año por bacterias resistentes a los antibióticos en ese país. Ecologistas en Acción presenta hoy este estudio para explicarlo en detalle.
Fuente: El Confidencial