La lucha en el Sahara Occidental confronta el viejo y el nuevo colonialismo, dice un activista saharaui
Jalihenna Mohamed es el vicepresidente del grupo voluntario de Saharauis contra el Saqueo. Es también voluntario en el ministerio saharaui de la juventud. Fue también funcionario internacional del sindicato de estudiantes saharauis.
Entrevista con Jalihenna Mohamed
El Sáhara Occidental es un territorio en disputa situado entre Marruecos y Mauritania. Hasta 1975 estuvo colonizado por España, que luego transfirió el control de la región a ambos países. Esta jugada fue resistida por un movimiento nacionalista saharaui, el Frente Polisario, que proclamó la República Árabe Saharaui Democrática. El conflicto obligó a Mauritania a retirarse de la región en 1979, y Marruecos se hizo con la mayor parte de ella, incluidas las principales ciudades y los recursos naturales. Tras el alto el fuego que en 1991 respaldó Naciones Unidas, dos tercios del territorio quedaron bajo la administración de Marruecos, mientras que el otro tercio pasó a ser gobernado por el Frente Polisario, considerado el representante legítimo del pueblo saharaui. Un referéndum de autodeterminación se había programado que ocurriera en 1992, pero nunca se celebró. En noviembre de 2020, se reanudó la lucha armada luego que Marruecos lanzara una operación militar cerca de la ciudad de Guerguerat en la zona de amortiguamiento desmilitarizada, una región de importancia económica situada en la frontera con Mauritania.
Bilaterals.org: ¿Puedes describir las condiciones de vida del Sahara occidental?
Jalihenna Mohamed: Toda la situación ocasionada por la guerra tras la salida de España y la subsecuente invasión militar marroquí ha separado a los saharauis en tres áreas principales en las que difieren las condiciones de vida. Hay quienes viven bajo la ocupación marroquí y a los que no se les permite protestar ni expresar sus posiciones políticas. En estas áreas, hay también colonos marroquíes que le quitan sus oportunidades de empleo a los saharauis locales. La presencia militar y policiaca marroquí es muy fuerte. Luego, algunas personas viven en zonas liberadas controladas por las autoridades del Frente Polisario y el gobierno saharaui. Ahí habitan sobre todo beduinos y pastores que crían sus animales, mientras que en ciudades como Meharrizem Bir Lahlou y Tifiriti, por ejemplo, hay comunidades cada vez más numerosas. Finalmente hay gente como yo que vivimos en campos de refugiados en Argelia y que dependemos de la ayuda humanitaria.
- ¿Hay aspiraciones comunes entre el pueblo saharaui?
- Todos los saharauis, donde quiera que estén, concuerdan en que ya se le concedió mucho tiempo a Naciones Unidas desde el cese al fuego de 1991 para organizar un referéndum para que los saharauis decidieran sobre la independencia de la región. De hecho, observamos que la única tarea de las fuerzas de Naciones Unidas ha sido proteger el cese al fuego. Así que de facto están protegiendo el saqueo nuestros recursos naturales por parte de Marruecos y su ejercicio de soberanía sobre una enorme porción de nuestra tierra. Yo nací en un campo de refugiados y no hay un solo saharaui nacido aquí o en otro lugar que quiera permanecer en esta situación. No quiero que mi hijo, por ejemplo, viva esta experiencia de ser un refugiado en tierra ajena. En cambio me gustaría disfrutar nuestra tierra y nuestros recursos y vivir una vida estable y normal.
- ¿Cómo juzgas la actitud de la Unión Europea hacia la región, desde que apoyó la aplicación del acuerdo de comercio entre la Unión Europea y Marruecos al Sahara occidental, pese a la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que establecía algo contrario?
- El Tribunal de Justicia de la Unión Europea fue muy claro en establecer que el Sahara occidental era una región distinta y separada. Por tanto, legalmente Marruecos no tiene legitimidad para aplicar este acuerdo al Sahara Occidental, ni de explotar nuestros recursos naturales. La UE únicamente puede mantener algún acuerdo con Marruecos en tanto se aplique dentro de las fronteras reconocidas del reino de Marruecos, que no incluyen al Sahara Occidental. Nos sorprende que la UE continúe aplicando el acuerdo a la región. Consideramos que la UE está legitimando la ilegal ocupación marroquí y que se posiciona con Marruecos mientras que, en el caso de Palestina, que es el mismo del Sahara occidental, los europeos hacen algo diferente con los productos palestinos procedentes de compañías israelíes. Es un doble rasero que realmente no entendemos.
- ¿Han intentado oponerse a esta contradicción?
- Actualmente el Frente Polisario emprende acciones legales contra la decisión de la Unión Europea de tener un acuerdo comercial con Marruecos para el Sahara occidental ocupado, que incluye agricultura y pesca. Y además, en los recientes eventos de Guerguerat, donde estamos muy conscientes de que intentan exportar a varios países europeos algunos productos procedentes de Mauritania, los manifestantes han bloqueado los camiones que vienen de dicho país.
- ¿Cuáles han sido los impactos del acuerdo en la región?
- Tenemos claros indicios de que Marruecos se beneficia del acuerdo. El ingreso generado del saqueo de nuestros recursos incentiva directamente la ocupación dado que Marruecos no tiene recursos como el gas, el petróleo, etcétera. Es así que le paga a las fuerzas que controlan el territorio o a los colonos que buscan alterar la demografía del Sahara Occidental.
- ¿Puedes darnos ejemplos específicos?
- En Dakhla, por ejemplo, la compañía del Rey y empresas francesas explotan energías renovables, como el sol, y aguas profundas para proyectos agrícolas. Y el 97% de los contratos proporcionados por las autoridades marroquíes fueron a parar a colonos marroquíes que llegaron apenas hace quince o veinte años, mientras que la población local carece de oportunidades laborales y sufre la pobreza. La UE alega ser un lugar de democracia y derechos humanos, pero se desentiende de esta realidad y pone en marcha sus políticas siendo con plena conciencia de la situación.
- ¿Qué opinas del reciente reconocimiento que Estados Unidos hace de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental y de la apertura de un consulado estadounidense en Dakhla [por parte del gobierno de Trump]?
- Lo consideramos ilegal. Por supuesto, todo esto se debe a intereses económicos. Pero en realidad vemos esto lo consideramos un no-evento. No es algo nuevo. Trump está aislado. Hoy es su último día en el cargo [la entrevista se hizo el 19 de enero] y está casi al borde de locura. Para nosotros, éste es el trato entre un presidente-rey en EUA y un dios-rey en Marruecos. Esta gente se cree por encima de la legalidad, la democracia y la humanidad. Pero lo real en el terreno ha estado cambiando desde el 13 de noviembre de 2020. El nuevo lema del pueblo saharaui es: los hechos hablan más que las palabras.
- No pareces muy preocupado por esto...
- Tendría más miedo si esto hubiera ocurrido durante el statu quo de no paz y no guerra. Pero ahora, con la reanudación de la lucha armada por parte de los saharauis, no veo que ninguna empresa invierta en una zona de guerra, donde no se pueda garantizar la estabilidad. Marruecos disfrutó de una falsa estabilidad durante 30 años y consiguió publicitar que la región era estable y abierta a los negocios. De algún modo Trump contribuyó a poner el Sahara Occidental de nuevo bajo los reflectores, o que demuestra que estamos en el lado correcto. Aun así, confiamos en que el nuevo gobierno estadounidense reconsidere su posición. Los estadounidenses no le hacen favor alguno al desarrollo de la región y abren la puerta a que otros países reclamen una soberanía sobre los territorios en disputa.
- A cambio de la decisión de Estados Unidos, Marruecos normalizó sus relaciones diplomáticas con Israel. Ahora están hablando de firmar un acuerdo de inversión. ¿Ves cómo aprovechan la oportunidad los inversionistas israelíes de iniciar emprendimientos de negocios en la región?
- Marruecos ha jugado su última carta en el conflicto del Sahara Occidental. De nuevo, no veo a nadie haciendo una inversión en alguna región donde haya conflicto. De hecho, desde los años 70 Israel apoya a Marruecos en su guerra en el Sahara Occidental, y también lo ha hecho EUA. Desde entonces Israel ha enviado expertos y asesores técnicos para apoyar a Marruecos en la región. Eso no empezó hoy.
- Qué se puede hacer para apoyar la lucha de ustedes
- Creemos que las luchas populares contra los opresores en Palestina y Sudáfrica son un buen ejemplo a seguir para ponerle presión a estos gobiernos. El caso del Sahara Occidental está muy olvidado, pero podemos aprender de estas experiencias. Después de todas las acciones legales emprendidas por el Frente Polisario, requerimos ahora mejorar nuestra red internacional. Buscamos que la opinión pública de todos los países sea consciente del involucramiento de sus gobiernos y empresas en el Sahara Occidental, y que desde sus lugares colaboren con nosotros presionando y denunciando sus acciones. Como saharauis, no tenemos la capacidad de llegar a todas las partes implicadas. La campaña en torno al caso de la importación de fosfatos de nuestra región por parte de Nueva Zelanda es un buen ejemplo de cómo un pequeño grupo de voluntarios puede marcar la diferencia al contactar a los medios de comunicación locales y a los diputados, llevando el caso a un debate en el Parlamento. Ahora estamos preparando una campaña internacional como la de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) en Palestina. Esperamos que esta campaña obtenga suficiente apoyo para tener un impacto suficiente. Nuestro caso no es aislado. Hay muchos pueblos oprimidos en todo el mundo que han conseguido sus objetivos, y otros que siguen luchando. Nuestros principales apoyos provienen de este entorno. Somos uno de los últimos casos del viejo colonialismo y nuestra lucha interactúa con las nuevas prácticas del colonialismo, donde los intereses económicos se funden con las luchas políticas por la independencia. Las nuevas caras del colonialismo implican a las empresas multinacionales que cruzan las fronteras, controlan los gobiernos, cambian las políticas, dañan nuestro medio ambiente, etc. Nosotros somos sólo una pequeña parte de esta confrontación. Puede que no ganemos pronto nuestra independencia, pero seguimos luchando.
Fuente: Bilaterals.org