La expansión de la soja continúa provocando violentos desalojos y represión contra campesinos paraguayos
En Paraguay, la expansión de monocultivos como la soja lleva a un modelo agrícola en el que los campesinos no tienen cabida. La producción de la soja se basa en un modelo productivo agroindustrial orientado a la exportación, que genera riqueza para pocos y pobreza para muchos. En el país, la mitad de la población está compuesta por campesinos e indígenas, mientras la concentración proporcional de la tierra en manos de grandes terratenientes es una de las más altas del mundo
La falta de acceso a la tierra causa pobreza, desnutrición, marginación social, desempleo rural y la migración de cientos de familias. Por esta razón, la reforma agraria es uno de los desafíos más importantes que enfrenta el país. Desde julio, la MCNOC (Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas) ha reintensificado la campaña por una reforma agraria integral, en la cual la distribución de la tierra asume un rol central. En respuesta, las comunidades han sido violentamente reprimidas por las fuerzas militares y policiales. Miles de familias se encuentran actualmente viviendo bajo amenaza.
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