La depredación de la tierra es depredación de la Humanidad
En el marco de las IV Jornadas Nacionales de Ecología Política, tras tres días de saberes compartidos, producción y recreación colectiva de nuevos conocimientos y rebeldías, nos reunimos en Asamblea Autoconvocada para alzar nuestra voz y sumarnos a las múltiples voces de hermanas y hermanos que están viviendo, sufriendo y re-existiendo diferentes expresiones lacerantes de una misma realidad de crueldad sin fin, que se remonta a más de 500 años de imperialismo/colonialismo, de mundialización capitalista, de naturalización del patriarcado.
Declaración Asamblearia de las IV Jornadas Nacionales de Ecología Política
Junto a nuestras hermanas y hermanos en lucha, en diversos lugares y geografías de Nuestra América, Abya Yala, alzamos nuestra voz para gritar ¡Basta de Depredación! ¡Basta de Represión! Alzamos nuestra voz para denunciar las múltiples y variadas formas que -en nombre del “desarrollo”- avanza la devastación de la Vida, en sus fuentes, en sus diversas expresiones y potencialidades. Viendo el panorama mundial y el de nuestra propia región en particular, no podemos dejar de constatar cómo en nombre del “desarrollo” se mata, se destruye y se degrada la Vida. La obsesión por el crecimiento se ha convertido en una peligrosa enfermedad civilizatoria que nos está transformando en una especie irreconociblemente violenta y peligrosa para el Planeta Tierra.
Vemos -y denunciamos- con profundo dolor cómo Nuestra América, Abya Yala, tras más de dos décadas de neoextractivismo exacerbado, cruje hoy, por las violencias perpetradas y acumuladas sobre nuestros cuerpos-territorios. Sentimos el crujir no sólo de la gobernabilidad, sino de la sociabilidad, sobre el suelo expoliado del saqueo, la contaminación y la des-humanización. Las políticas extractivistas invariablemente aplicadas tanto por gobiernos de derecha (ortodoxamente neoliberales) como por gobiernos (dichos) de izquierda, perpetraron en las últimas décadas la aceleración y profundización del despojo y la sobre-explotación de la tierra, el agua, el aire, la biodiversidad. Hoy especialmente en Chile y en Bolivia, así como antes en Ecuador, en Perú, en Colombia, en Brasil, en Venezuela, en nuestro país y en toda la región, vemos expandirse los efectos corrosivos de las políticas extractivistas no sólo sobre los ecosistemas, las instituciones y las economías, sino ya sobre las subjetividades, la convivencialidad y la integralidad de la vida en común. Vemos con consternación cómo la expansión del extractivismo se ha convertido en degradación de la democracia; degradación a tal punto que ha abierto la puerta a amenazas neofascistas. Por estos días críticos, en varios de nuestros países, los derechos humanos y la democracia no son más que letra escrita en el aire. Hoy, todo el territorio-cuerpo nuestroamericano está crujiendo de dolor; pero también de rabia y de rebeldía.
Frente a ello, desde la Asamblea de estas Jornadas, condenamos enérgicamente el golpe de Estado en Bolivia y a todas las expresiones neofascistas, ultrapatriarcales y racistas que emergen por doquier, con distinta intensidad pero igual peligrosidad, en todas nuestras sociedades. Repudiamos enérgicamente las represiones y la violencia estatal y para-estatal recrudecida en estos días en Chile y en Bolivia, pero siempre latente en todo el continente. Expresamos nuestra profunda solidaridad con las luchas especialmente insurgentes en los hermanos pueblos de Chile, de Ecuador, de Bolivia, de Colombia, de Haití.
Manifestamos nuestro apoyo a las luchas contra las diversas expresiones del extractivismo como cultura de muerte, y apoyamos la gran diversidad de alternativas políticas, económicas, culturales, y en definitiva civilizatorias, que Nuestra América, Abya Yala expresa a lo largo y ancho de su territorio.
En nuestro país, alertamos y repudiamos especialmente la devastación de los bosques y de las agro-culturas, de la mano de la híper-expansión del agronegocio. Denunciamos cómo el régimen agroalimentario hegemónico ha malversado nuestros alimentos: aquello que nos debería nutrir y sustentar es lo que nos intoxica y envenena. Pese a las incesantes denuncias y a la acumulación de pruebas, el discurso hegemónico pretende tapar una epidemia pública a gran escala, provocada por un modelo que ya esparce más de 500 millones de litros de agrotóxicos anuales sobre cielos, suelos y cursos de agua. El modelo de agronegocio acumula ganancias extraordinarias a costa de la salud pública.
Saludamos la ejemplar lucha de las Madres de Ituzaingó, de les vecines de Malvinas Argentinas; de maestras, trabajadora/es y pobladores rurales que se levantan y organizan en torno al grito ¡Paren de fumigar!. Nos unimos al grito de vecines y organizaciones movilizadas para detener la contaminación que emana de la fábrica ilegal de bioetanol que la empresa Porta Hnos. mantiene impune en el Barrio San Antonio, de la ciudad de Córdoba. En esa lucha, celebramos todas las luchas y cada lucha contra las mil formas de contaminar de este sistema.
Saludamos especialmente la siembra diaria de campesinas y campesinos, de pueblos originarios y organizaciones y colectivos agroecológicos, que están cuidando las semillas nativas, cuidando la dignidad del pan y la salud de nuestres hijes y nietes. Sus modos de siembra y de cosecha no son el pasado; son la ancestralidad del saber que nos abre a otros futuros posibles.
En nuestra cordillera y en nuestra provincia, reafirmamos las luchas contra la megaminería transnacional, neocolonial, un ejemplo no ya sólo de maldesarrollo, sino de explotación y contaminación a gran escala. Nos solidarizamos y hacemos parte de la lucha del pueblo de Antofagasta de la Sierra, en la defensa del río Los Patos y de sus aguas, pretendidas por la transnacional Livent, ex FMC Corp., responsable -junto al gobierno provincial- de la muerte del Río Trapiche. Con la lucha de las 33 Comunidades Originarias de Salinas Grandes, con la Nación Diaguita, a ambos lados de la cordillera, con les pobladores del Bolsón de Fiambalá, levantamos la voz en defensa de las aguas amenazadas por el negocio del litio. Desde Andalgalá a toda la provincia y a todas las provincias de la cuenca del Salí-Dulce, nos aunamos en el grito ¡No a Agua Rica! ¡El Aconquija no se toca!
Celebramos la tesonera lucha de nuestros pueblos contra el extractivismo minero. Nos ponemos en pie de lucha en defensa de la Ley 7722, ley guardiana del Agua, conquistada por la conciencia territorial e hídrica del pueblo mendocino. Decimos que esa ley no es para derogar, sino para replicar; que nos marca el camino a seguir a todos los pueblos cordilleranos.
Desde el Sur de Mendoza y más allá, denunciamos el fracking como tecnología extrema de depredación y contaminación de las entrañas de la Tierra y las aguas profundas. Nos hacemos eco de las luchas contra el avance de las represas, de la minería de carbón, del acaparamiento de tierras, el negocio inmobiliario y el turismo oligárquico. Saludamos la histórica lucha del Pueblo Mapuche, así como la pionera conciencia socioambiental de los pueblos patagónicos que, desde Gastre en adelante, signaron un camino de re-existencia frente al peligro de la minería de uranio y la energía nuclear.
Con todas las comunidades y pueblos originarios del país y de la región, exigimos el respeto sin trampas y sin restricciones del Convenio 169 de la OIT. Reclamamos la profundización de la democracia para nuestros suelos y nuestros cuerpos; que nada se haga en los territorios sin el consentimiento previo, libre e informado de los pueblos que los habitan y los (co)producen.
Demandamos, de manera urgente, parar el ecocidio voraz de estos regímenes extractivistas, responsables de no sólo de la destrucción de la biodiversidad y los ecosistemas, sino también de la expansión del racismo y la violencia machista sobre nuestros cuerpos-territorios. Decimos NO a la mercantilización de la Vida; NO a la colonialidad monocultural del progreso; NO a la avanzada depredadora del capital contra la Madre Tierra y el obrar humano.
Frente a este sistema de muerte, afirmamos que la Agroecología, el Ecofeminismo, los saberes ancestrales y las prácticas comunitarias del cuidado de la Vida como Bien Común, son el camino hacia sociedades no sólo más sustentables, sino también, más justas, más democráticas y con posibilidades igualitarias de realización personal y colectiva.
Porque la depredación de la Tierra degrada nuestra propia condición humana; es fuente de violación de todo tipo derechos, de injusticias y opresiones sociales. Sin remediar nuestros vínculos filiales con la Madre Tierra, no podremos, como sociedad y como especie, hallar los caminos que nos permitan construir modos de convivencialidad fraterna, donde la libertad y el deseo, la creatividad y la vida digna, sean un derecho de todes y no el privilegio de unos pocos.
Dado en Catamarca, a los 15 días del mes de Noviembre de 2019.-
Doctorado en Ciencias Humanas – Equipo de Investigación de Ecología Política del Sur (CITCA-CONICET-UNCA) – Asociación Civil Be.Pe. – Red de Médicos de Pueblos Fumigados- Edgardo Lander (Venezuela) – Maristella Svampa (Conicet-UNLP, Argentina) - Esperanza Martínez (Acción Ecológica, Ecuador) – Mina Lorena Navarro (BUAP, México) - Cátedras de: Sociología II, Seminario de Vivienda y Ambiente, Seminario de Trabajo, Trabajo Social IV, Trabajo Social V, Investigación Social II, Legislación y Sistemas de Protección Social, Ética y Deontología Profesional, Administración (Dpto. Trabajo Social, UNCA); Cátedras de Sociología y de Sujetos y Contextos Pedagógicos (Dpto. de Cs. De la Educación UNCA); Cátedras de Introducción a la Geografía y Teoría de la Geografía (Dpto. de Geografía, UNCA) – Marcelo Giraud (Uncuyo) – Luis Daniel Hocsman (Conicet-UNC) – Gabriela Merlinsky (Conicet-UBA) - Programa de Estudios Conflictividad Agraria, Crítica al Desarrollo y Alternativas Societales (CIECS-UNC-Conicet) –Doctorado en Estudios Sociales Agrarios (FCS/FCA-UNC) –Grupo de Ecología Política (INDES-UNSE-Conicet)- Grupo de Estudios Ambientales (IIGG-UBA) – Cátedra de Sociología Ambiental (Sociología, UBA) – Vecinas Unidas por la Salud y el Ambiente-Fuera Porta (VUDAS) – Melina Tobias (IIGG-UBA) – Virginia Toledo López (IIGG-UBA) –Soledad Fernández Bouzo (IIGG-UBA)- Colectivo La Jarilla (Villa María) – Asamblea Socioambiental El Monte Nativo Vuelve (Villa María) –Asamblea Río Cuarto Sin Agrotóxicos – Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria Río Cuarto – Elena Vinelli (Unaj) - ATE-SAF (Delegación Catamarca) - María Paz Garaloces (artista visual-docente) - Colectivo de investigación El llano en llamas (UNC-UCC) -
Para enviar adhesiones: moc.liamg@91acitilopaigolocesadanroj
Fuente: Ecología Política del Sur