La caducidad del modelo petrolero en la Amazonía peruana

Idioma Español
País Perú

¿Cuándo caduca un oleoducto en la Amazonía? En 2016 más de 10 roturas en diferentes tramos del Oleoducto Norperuano afectan a decenas de comunidades nativas de los pueblos Awajún, Huampis y Kukama.

"Lágrimas de Aceite" explora las consecuencias de la obsolescencia de la infraestructura petrolera interpelando a un cambio de modelo energético que no genere desplazados ambientales a largo plazo. Alarmado por la recurrencia de derrames en el norte del Perú, el colectivo Alerta Amazónica, un grupo de investigadores-activistas que centran su creación en la denuncia de los atropellos a los pueblos amazónicos a través del lenguaje audiovisual, recorrió en agosto y septiembre de 2016 el curso del río Marañón desde sus vertientes andinas hasta su desembocadura en el gran Amazonas.

Un recorrido a través de una infraestructura petrolera deteriorada como es el Oleoducto Norperuano, puesta en marcha en 1972 para que empresas como Occidental, luego Pluspetrol, Petroperú, Pacific y otras inyecten a los mercados globales el petróleo alojado en las profundidades de la Amazonía.

El documental aborda el envejecimiento de la infraestructura petrolera en la región amazónica. Construida hace 40 años de la mano de corporaciones privadas, frecuentemente con financiamiento estatal, oleoductos como el Oleoducto Caño Limón -Covendas (Colombia), Sistema de Oleoducto Trans Ecuatoriano (Ecuador), Oleoducto Sica Sica- Arica (Bolivia) o el mismo ONP parecen compartir un nefasto ocaso y deterioro.

Los derrames son el hilo conductor de un documental que aborda, a través de sus protagonistas, las comunidades directamente afectadas, temas como la gestión de las emergencias, la comunicación corporativa, el racismo ambiental y el envenenamiento paulatino que sufren los pobladores de una toxicidad impresa en el territorio. - «En general, en toda la Amazonía, el Estado, a través de su actividad, está pretendiendo extinguirnos, acabarnos»- advierte el Apu Wrays Perez, dirigente del Gobierno Territorial Autónomo Huampis. La afirmación no es exagerada, si uno se detiene en cada uno de los derrames que en 2016 afectaron a decenas de comunidades nativas de los pueblos Awajún, Huampis y Kukama. Un año más tarde, las orillas de cursos fluviales como el río Chiriaco, Nieva, Morona o las quebradas Urituyaku y Cuninico siguen disolviendo hidrocarburos y metales pesados. Una toxicidad invisible que ingresa en la sangre y tejidos de la población a través de los metales presentes en el agua y los peces. Las consecuencias a largo plazo derivan en afecciones epidemiológicas en la salud de la población.

Como en la Comunidad Nativa Kukama de Cuninico, afectada por un derrame de casi 3.000 barriles en 2014 en la quebrada donde se asienta y alimenta la población. 3 años más tarde, las consecuencias son evidentes en la salud de los niños, donde un estudio reveló la presencia de Mercurio y Cadmio en el 80 % de las muestras. Testimonios de madres como Flor de María Parana o Nilda Salinas, que denuncian el aumento de abortos, la incidencia de mareos, dolor de cabeza y huesos y pérdida de vista de los niños de la comunidad. Las palabras de su apu Galo Vasquez reflejan impotencia y desazón: « Qué será de la población de Cuninico a futuro? Cuál es la esperanza de que nuestros niños van a crecer sanos, que sean el futuro de nuestra comunidad?».

Es en este contexto de extrema desatención estatal a los pueblos receptores de los pasivos ambientales que en septiembre de 2016 estalla la mobilización de Saramurillo. De varias cuencas fluviales familias enteras se desplazaron desde sus comunidades para aunar sus voces en un pliego de peticiones. Con medidas de acción directa no violenta, tomaron las instalaciones de Petroperú y retuvieron durante dos meses las grandes embarcaciones que transportaban petróleo y otras mercancías por el río Marañon.

La medidas de presión, tras tres meses de sordera estatal, fueron pacificadas mediante el Acuerdo de Saramurillo. En él, el gobierno peruano se comprometió a declarar emergencia ambiental y sanitaria en la región afectada, iniciar la remediación ambiental, revisión del contrato con Pluspetrol, el mejoramiento del oleoducto, proyectos productivos y nueva de Ley de Monitoreo Medioambiental. Tras más de seis meses de ese día, el gobierno ha incumplido estos acuerdos. Sirva este documental para evidenciarlo y para visibilizar la injusticia ambiental que sufren las comunidades impactadas en un contexto de impunidad ambiental estructural.

Sobre el documental

Lágrimas de Aceite es un proyecto del colectivo audiovisual Alerta Amazónica financiado a través de una campaña colectiva de micro-mecenazgo. Su director y guionista, Marc Gavaldà, es especialista en impactos del petróleo y poder corporativo. Es autor de libros como La Recolonización (2003), Viaje a Repsolandia (2005), Patagonia Petrolera, junto a Hernán Scandizzo (2008) y Gas Amazónico (2013). Ha realizado documentales como Vivir sobre el Pozo (2002), Tentayapi, el pueblo intacto (2005), Patagonia Petrolera, la frontera movediza (2008), Los Nahua, 20 años después (2013), Alerta Amazónica (2014) y Asfaltar Bolivia (2015).

Lágrimas de Aceite fue grabado por un equipo ligero formado por Lidia Álvarez y Marc Gavaldà (càmaras) durante agosto y septiembre de 2016, en un recorrido que partió de la sede de Petroperú en Lima y se desplazó por todo el curso del río Marañón hasta su encuentro con el Amazonas en Iquitos. Contó con la colaboración de organizaciones como Aidesep, Cultura Awajún, Radio Kampagkis y Radio Ucamara, que cedieron imágenes y testimonios. En la post-producción participó Manu Estrada (música y sonido), Tallers Estampa (animaciones) y Albert Jepús (diseño gráfico).

El documental ha recorrido festivales como el Ecozine de Zaragoza, Cine Amazónico de Pucallpa, Censurados de Perú, Arte Itinerante de Lima, Cine Invisible de Bilbao, FicWallmapu y Festival de Cine Anarquista de Barcelona, entre otros. El 5 de agosto de 2017, el colectivo decidió abrir acceso público al documental para amplificar las denuncias de las comunidades afectadas por los derrames de petróleo en la Amazonía y combatir la impunidad ambiental.

Por Marc Gavaldà - Director de "Lágrimas de Aceite"

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Temas: Petróleo

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