La amenaza Maya: el tren y la inmobiliaria
El Área Natural Protegida conocida como Reserva Cuxtal, ubicada en Mérida, Yucatán, resulta una de las zona más afectadas por la construcción de uno de los tramos selváticos por los que atraviesa el denominado Tren Maya (TM). Esta región, que ya tenía fuertes amenazas sobre su ecosistema y para la población indígena que lo habita, ha sido progresivamente atacada por especuladores inmobiliarios que poco a poco han ganado terreno. El paso del tren será el agravante que termine por destruir a las comunidades que le dieron nombre.
En esta reserva natural, según datos del censo de 2010, hay 26.500 personas registradas, de las cuales 83% son de y crecieron ahí. De ese 83%, 3.872 (el 15%), son de origen Maya directamente, y varios de los ejidos donde viven se encuentran en peligro.
El primer tramo donde pasará el TM toca al ejido/comisariado Dzununcán, donde el 15% de la población es de origen Maya. Asimismo, en el siguiente comisariado, de nombre Xmatkuil, el 20% de la población también pertenece a esa comunidad. Finalmente, de mismo nombre en ejido y comisariado, la comunidad de Tahdzibichen sufrirá por los conflictos de expropiación de tierras pese a formar parte de una comunidad indígena Maya.
“El proyecto tiene una clara pretensión urbana, busca reordenar a las comunidades a una forma específica de ciudad. Y ese proyecto de ciudad no contempla a los pueblos originarios”, explica el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Samuel Rosado-Zaidi.
El desmantelamiento de un ejido
El principal conflicto, que lleva ya varios años, es por la gestión de los ejidos. Como antecedente del conflicto agrario entre campesinos, comunidades originarias y la industria inmobiliaria, está el caso de la comisaría de Molas donde se vendieron tierras “a 50 centavos el metro cuadrado”, según José Isauro Ku Sosa, quien encabeza una lucha judicial por la recuperación de territorios ejidales.
El ejidatario explica que el Decreto de la Reserva Ecológica Cuxtal debió demostrar que las tierras ubicadas en esta zona jamás debieron ser vendidas. A pesar de ello, dice, “la venta de tierras de Cuxtal se hizo en 2006 a 5.000 pesos la hectárea”, es decir, a 50 centavos el metro cuadrado. No obstante, en octubre de 2019, el Tribunal Unitario Agrario (TAU) número 34, con sede en Mérida, conociendo el conflicto, citó a las partes para intentar llegar a otro acuerdo [1].
Todo ello, sin presentar documentación sobre las poblaciones y sus orígenes.
ACUERDO DE LA GACETA MUNICIPAL DE ZONA CUXTAL
Debido a estas irregularidades, un grupo de personas que viven por la zona se organizaron para presentar una solicitud vía Change.org donde piden “salvar a la reserva Cuxtal del Tren Maya”, dirigida al presidente López Obrador, misma que hasta el momento del cierre de este reportaje contaba ya con 23,200 firmas [2].
El 22 de septiembre del año en curso, la cabecera municipal de ese mismo municipio, anunció un acuerdo federal con el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) para que la reserva Cuxtal recibiera dinero de la federación a través de un fideicomiso denominado: “Fondo Municipal Verde”. El acuerdo en cuestión aún no contempla montos específicos; sin embargo, se trata de una figura contractual conocida como fideicomiso, misma herramienta que López Obrador critica por ser opaca y poco funcional.
Las MIAs de otras mega construcciones que no aparecen en el TM
En la misma zona aparecieron otros proyectos que circundarán el desarrollo del tren y que no aparecen en la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del Tren Maya. Se trata de la MIA de Tablaje Catastral 16171, en el municipio de Kanasín en Yucatán, en dónde se reconoce la construcción y operación de un fraccionamiento de alta densidad a escasos 4.5 kilómetros de capital, pero dentro de la zona que corresponde al área de Cuxtal, conexa a la ruta del Tren Maya [3].
Según el documento en manos de PODER, para la realización del proyecto se requiere una inversión total de 600.000.000 de pesos. El desarrollo habitacional, explicado en el documento, comprende varias viviendas multifamiliares, amortiguamiento de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), equipamiento, comercio, áreas verdes y un fragmento de la Reserva de Cuxtal.
En total se aprobaron 4.474 casas de tipo unifamiliar, 988 casas tipo dúplex y 544 multifamiliares, divididas en cinco sectores. Sobre el espacio que ocuparán de la reserva Cuxtal, el documento explica que el 3% del proyecto se desarrolla en esa área y que será utilizada, según la tabla catastral, para agricultura temporal.
Esa MIA se encuentra en estado de “aprobada”. El promotor es la empresa Ambienatura, una supuesta agencia consultora que no tiene sitio web, pero que ofrece sus servicios vía Facebook para elaborar estos documentos (MIA) y cualquier otro trámite con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) [4].
Otro documento, también en manos de PODER, explica la construcción de un Hotel & Golf Resort en las inmediaciones de la reserva ecológica Cuxtal. El Tekik Hotel, promovido por Claudia Madrazo García y aprobado también por Semarnat, contempla la construcción de 150 cuartos, un restaurante, dos canchas de tenis, dos canchas de paddle, una alberca, un salón de usos múltiples, una biblioteca, una boutique y un gimnasio, 1500 residencias, una casa club y un área comercial de recreación, así como lotes residenciales y un campo de golf.
El complejo de lujo se encuentra a 1.5 kilómetros de la reserva natural Cuxtal por lo que: “No se prevén daños o afectaciones”. Toda la información empresarial del desarrollo se encuentra testada o reservada, por lo que averiguar quiénes son los empresarios que se vieron beneficiados con esta autorización, es imposible.
Otro apartado que resalta en la documentación es sobre los cuerpos de agua en la zona. La MIA del hotel reconoce que el proyecto se encuentra cerca del anillo de cenotes; sin embargo, explica que debido a que durante los recorridos en campo no se identificaron cuerpos de agua, los mismos no se verán afectados.
Un trabajador de la reserva Cuxtal, cuyo nombre pidió fuera reservado por temor a represalias, reconoció que la actual administración está enterada, tanto del conflicto de tierras de propiedad legítimamente indígenas, como del desarrollo desproporcionado y del desabastecimiento de agua.
“La tala ilegal y la modificación del uso de suelo es algo que puedes saber sin vivir aquí, es información pública. Desde viviendas, hasta lotificaciones masivas. Pero el verdadero tema, y al que nadie le ha prestado atención, es el de las fosas sépticas y el abastecimiento de agua”, explicó el extrabajador de la reserva.
PODER solicitó entrevista con el área de Comunicación Social de Fonatur para que explicaran lo ocurrido con estas comunidades; sin embargo, luego de más de 15 días de la petición, no hubo respuesta argumentando que una de las encargadas había cambiado de puesto y no habían logrado canalizar la solicitud.
Por todos estos motivos, “el etnocidio de la península no resulta nuevo”, según explica el investigador de la UNAM. Desde su punto de vista, los intentos por despoblar a los ciudadanos de la península, específicamente a las comunidades indígenas de sus recursos naturales, ha sido un ataque progresivo que se acentúa con la llegada del tren.
Edición de: Eduard Martín-Borregón
Reportaje retomado por: Rompeviento TV, Sin Embargo
Este reportaje forma parte del proyecto El negocio del Tren Maya.
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Fuente: Poder Latam