“La agroecología es la agricultura del futuro”: Miguel Altieri y Clara Nicholls en Concepción
El 14 y 15 de marzo en la Universidad de Concepción se realizó un curso de restauración agroecológica titulado “Resiliencia frente al Cambio Climático”, co-organizado entre el Centro de Educación Tecnológica de Yumbel (CET) y la iniciativa de la UdeC, Foresta Nativa.
La actividad abordó distintos temas relacionados con la restauración ecológica de ecosistemas y la agroecología, a nivel local y latinoamericano, con la presencia de diferentes expositores y expositoras de Chile, y de países vecinos como Colombia. Resumen aprovechó la instancia para entrevistar a algunos de los más importantes referentes en torno a la agroecología que se dieron cita en este evento.
En la actividad se presentaron diversos expositores como el destacado académico Miguel Altieri quien ha realizado investigaciones en universidades de Chile y California, así como trabajos con diferentes comunidades campesinas que hoy en día están postulando la agroecología como una salida al negocio de la producción de alimentos a nivel global. Este negocio agroindustrial ha conllevado un alto impacto para los ecosistemas, la salud de la población y la descampenización y despoblamiento del territorio rural, entre muchas otras problemáticas derivadas de este modelo agrícola controlado por empresas multinacionales.
En conversación con Resumen Miguel Altieri definió a la agroecología como “una ciencia que trata de integrar los principios de la ecología, de la agronomía, digamos de la ciencia occidental, con el saber campesino, el saber de los agricultores tradicionales, indígenas, milenarios que existen en la región latinoamericana”. En este sentido Altieri planteó que la agroecología “trata de crear un dialogo de saberes entendiendo que la generación de conocimientos no solamente proviene de las universidades y la investigación occidental, sino que también hay todo un acervo tradicional de conocimientos sobre la naturaleza y sobre las plantas que tienen las comunidades indígenas campesinas”.
En el mismo sentido estableció que “la organización social es el medio de cultivo en que se reproduce la agroecología”. El académico resalto que ante la incertidumbre actual que está viviendo el planeta por el cambio climático la agroecología es sin duda “la agricultura del futuro”. Mencionó algunos ejemplos de estudios científicos que demuestran que los campos en donde se produce agroecológicamente son mucho más resistentes frente a catástrofes climáticas.
El investigador enfatizó de que la agroecología busca potenciar algunos principios como el “diseñar una agricultura biodiversa, productiva, resiliente, sustentable, y a la vez socialmente justa”. Frente a la pregunta de en qué se diferencia la agroecología de otros paradigmas de la producción de alimentos contestó que ésta “trabaja con principios que toman formas tecnológicas diversas, pero que no son un paquete de recetas y paquetes tecnológicos como la revolución verde, e incluso la agricultura orgánica. Sus principios son la diversidad, por ejemplo, romper los monocultivos, pero la implementación de este principio depende del contexto cultural, local, social y ambiental de un territorio”.
La agroecología, de esta manera es una especie de ingeniería ecológica que permite que los sistemas ambientales funcionen de forma autorregulada, en el fondo es crear una agricultura de procesos, sin recetas pre-elaboradas, pero siguiendo ciertos principios básicos. Según Altieri en el mundo tenemos 1,5 billones de hectáreas disponibles para la agricultura, y el 80% de esta agricultura es industrial, que es de monocultivos y controlada por multinacionales, la cual consume la mayoría del agua y los combustibles fósiles. Esta agricultura además inyecta en los agroecosistemas mas de 2 billones de kilos de ingredientes activos y químicos por año.
Pese a todo Altieri sostuvo que “este sistema no produce todos los alimentos que necesita la humanidad, ya que solo el 30% de los alimentos que consume vienen de la agricultura industrial, el resto de la comida viene de los campesinos. En América Latina ya está mas que documentado que los campesinos controlando el 20 o 30% de la tierra (dependiendo del país) producen entre el 50 al 75% del alimento que comemos, usando el 20% del agua y 30% de la energía, es decir una agricultura muy eficiente que se puede potenciar con la agroecología”.
Al referirse a las enfermedades generadas por la dieta agroindustrial el autor recordó que “a pesar de que nos podríamos estar alimentando de 250 mil especies de plantas como humanidad, 3 cultivos: el maíz, el trigo y el arroz, proporcionan el 50% de las calorías que la población humana esta consumiendo”. Todo lo cual sumado a la carga de pesticidas y las deficiencias nutricionales derivadas de la producción industrial de monocultivos bajo el sistema instaurado por la “Revolución Verde” ha incentivado una serie de enfermedades en la población.
Frente al panorama en el campo el autor afirma que la agroecología es una forma práctica y realista de alimentar a la humanidad de forma sana y potenciar la soberanía alimentaria de las comunidades. Sin embargo, también enfatizó en la grave crisis que vive el campo en la actualidad recordando que “en el año 2030 el 80% de la humanidad va a vivir en las ciudades, por lo tanto estamos teniendo una urbanización del planeta muy dramática. La edad media de los agricultores es 60 años. Los jóvenes no están volviendo a la tierra, por varias razones. Una porque no tienen acceso a la tierra, y otra porque no les interesa a muchos. Hay algunos que están retornando pero son una minoría”.
En la instancia Resumen también tuvo la posibilidad de hablar con Clara Nicholls, entomóloga de la Universidad Nacional de Colombia y doctora de la Universidad de California, la cual definió la agroecología como la unión entre “la ciencia occidental y el conocimiento campesino tradicional”.
La investigadora recordó que “la agreocología nace en América Latina y se inicia en países en donde el Estado deja abandonado al mundo campesino, muchas veces por gobiernos en donde hubo dictaduras militares o problemas de violencia. Entre campesinos y ONGs se desarrolla la ciencia agroecológica como respuesta”. Nicholls afirmó que “la agroecología es una ciencia contestataria frente a cómo se está produciendo y frente a un modelo de desarrollo que no nos esta llevando a ninguna parte. La agroecología en América Latina está floreciendo. Hay muchas personas en el mundo que están poniendo sus ojos en América Latina por su desarrollo en la agroecología”.
Clara Nicholls afirmó en torno a la interrelación entre salud y agricultura industrial que existen “asociadas enfermedades como la hipertensión, obesidad y diabetes al actual sistema de producción de alimentos”. Planteó además que es importante que “los consumidores sepan que comer no es solo un acto ecológico, sino que un acto político”, llamando la atención sobre la importancia de los y las consumidoras a la hora de generar un cambio, alimentándose de fuentes agroecológicas y locales con menos impacto en el medio ambiente y en su propia salud. No es lo mismo comer en una cadena de alimentación multinacional que comer de lo que producen los y las campesinas en pequeñas propiedades de forma local y sostenible.
La autora recalcó que una de las prioridades de la agroecología es luchar contra el cambio climático a través de potenciar políticas públicas y procesos de organización local de comunidades urbanas y campesinas a favor de una nueva forma de producción agrícola a favor de la soberanía alimentaria. En torno a esta última Nicholls afirmó que “La soberanía alimentaria es un derecho que todos tenemos de poder comer sano, no solamente para los ricos”.
En la actividad en donde se presentaron los académicos se expusieron diferentes experiencias de la región del Biobío, Chile y el mundo, en el campo del diseño de sistemas de restauración ecológica y agroecología. De especial interés para los y las asistentes fueron las presentaciones de los colombianos Enrique Murgueitio y Zoraida Calle, sobre sistemas silvopastoriles y restauración ecológica respectivamente, los cuales brindaron una mirada más integral de estas problemáticas e iniciativas para contrarrestarla.
En un contexto de incertidumbre global en torno al destino de los ecosistemas a nivel mundial, así como de la seguridad alimentaria de la población, corrientes de pensamiento y acción como la agroecología se transforman en una alternativa y una necesidad para generar una viable transformación en la forma en como nos alimentamos y nos relacionamos con la tierra. Organizaciones como el Centro Agroecológico Longaví, el Centro de Educación Tecnológica de Yumbel o la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indigenas(ANAMURI), así como miles de campesinos y campesinas han comenzado a tomar la agroecología como una herramienta de liberación social y búsqueda de mayor armonía con los ciclos del planeta Tierra.
Fuente: Resumen