Garantizar la “transición agroecológica” en los cinturones verdes

Idioma Español
País Argentina

"¿Qué cambios deberían darse para que la producción sea considerada realmente agroecológica? y ¿Cuáles son los actores sociales que deberían participar? Algunos toman en cuenta el menor uso de agroquímicos o su reemplazo total o parcial por “bioinsumos”; otros suman el origen y manejo distinto de semillas y plantines, la calidad del agua utilizada para la producción y el manejo de la post-cosecha. ¿Deben incluirse además los cambios de actitudes y valores, que dignifican las condiciones de trabajo, de vida y la participación de productores/as y trabajadores/a? ¿que no haya trabajo infantil ni discriminación? Para estos últimos avanzar en la “transición agroecológica” es también caminar hacia una sociedad más democrática y solidaria".

Generalizar la” transición agroecológica”, haciéndola sustentable para todos/as requiere la participación activa de los consumidores, organizados en defensa de sus derechos ciudadanos…y no hay duda de que la alimentación saludable y el agua potable son derechos prioritarios, que hacen posible el acceso a otros derechos.

Las consecuencias del impacto de la modernización capitalista en el agro y en la sociedad dieron lugar, ya en el siglo pasado, al desarrollo de “sistemas alternativos”, que con algunas diferencias entre sí, partían del enfoque ecológico de la producción en los ecosistemas agrarios. Este enfoque incluye una amplia gama de estilos “no convencionales” de agricultura, enfrentados a las etapas de la “revolución verde”.

Argentina no fue una excepción. Si bien encontramos ejemplos de “estilos” ecológicos de producción en todos los territorios, actividades y escalas, fue muy dificultosa su expansión. la trama de intereses existentes en el Sistema Agroalimentario Argentino evidencia la magnitud de los cambios económicos, sociales, ambientales, culturales, políticos y éticos necesarios para avanzar hacia un desarrollo equitativo y sustentable.

Transición agroecológica

Centrando la mirada en la unidad agraria, la “transición” a agroecosistemas sustentables (Gliessman, 1997) constituye un proceso que debería atravesar tres niveles sucesivos y crecientes en complejidad: reducción del uso y consumo de “imputs” e incorporación de “buenas prácticas” para el manejo del suelo, plagas y enfermedades; sustitución de “imputs” y de prácticas convencionales; rediseño de los agroecosistemas para que funcionen en base a un nuevo conjunto de procesos agroecológicos. Sin embargo, la “transición” además de lo técnico-productivo “… Implica … también un cambio de actitudes y valores de los actores sociales en relación con el manejo de los recursos naturales y la conservación del medio ambiente”. (Caporal y Costabeber, 2004)

Agroecología en el AMBA

La complejidad de la “transición agroecológica” requieren convicción en los productores, pero también apoyo sostenido -sobre todo con los agricultores familiares, pasando de “experiencias” , “proyectos “ o “casos” a coberturas que respondan a las demandas del desarrollo territorial. Las áreas periurbanas productoras de alimentos frescos, como el Área Metropolitana de Bs. Aires -AMBA, exponen ejemplos muy valiosos de fracasos y avances al respecto. Su evolución reciente señala numerosos cambios en su estructura, en la producción, organización y articulación de actores, en las intervenciones públicas, etc. Entre ellas se destacan la creciente demanda de alimentos “sin químicos”, naturales, orgánicos, etc. por parte de los consumidores y los vínculos que éstos establecieron con organizaciones de la agricultura familiar y con proveedores-abastecedores de alimentos que reunirían esas propiedades.

Más allá de la mínima producción “Certificada” (productores inscriptos en el marco de la Ley 25127/99 de Producción Ecológica, Biológica y Orgánica) se amplió la oferta de alimentos “no convencionales”, genéricamente denominados “agroecológicos”. La rapidez del proceso, una insuficiente o inadecuada comunicación, hace que no siempre esté claro si tal denominación expresa una producción agroecológica consolidada, algún paso en la “transición”, una forma de visibilizar aspectos de la grave problemática sectorial, o una estrategia de “marketing” para incrementar ventas o ingresos, pudiendo afectar la salud y sobre todo la confianza de los bien intencionados consumidores agroecológicos.

Informar, sensibilizar y garantizar lo “agroecológico”

La relación directa productor-consumidor favorece el conocimiento y la confianza acerca del cómo se producen los alimentos, algo difícil en las grandes ciudades. Entonces, ¿cómo estamos seguros de que lo “agroecológico” lo es realmente, o está en el año uno, dos, o cuatro de la compleja “transición agroecológica”, o nos están engañando? Deberíamos tener mecanismos accesibles para confirmarlo con certeza.

En nuestra sociedad no siempre es cierto lo que nos dicen comerciantes, autoridades, técnicos, productores o sus representantes. Normas y métodos claros, controles objetivos y periódicos pueden garantizan que nuestra salud, la de productores/as y trabajadores/as y el ambiente no estén en riesgo, pero muchas veces no es suficiente. Por eso se plantean mecanismos o “Sistemas” que procuran hacer transparentes los cambios técnico-productivo, actitudes y valores de los productores, “dando fe” o “garantizando” los mismos a la comunidad. Surgen dos interrogantes en ese sentido, mirando lo que nos viene pasando en el AMBA con las “verduras”, los responsables y participantes en los mecanismos, sistemas de “garantía”, “certificación”, “registro”, “sellos”, etc. que se están proponiendo para la agricultura familiar: ¿Qué cambios deberían darse para que la producción sea considerada realmente agroecológica? y ¿Cuáles son los actores sociales que deberían participar?

Algunos toman en cuenta el menor uso de agroquímicos o su reemplazo total o parcial por “bioinsumos”; otros suman el origen y manejo distinto de semillas y plantines, la calidad del agua utilizada para la producción y el manejo de la post-cosecha. ¿Deben incluirse además los cambios de actitudes y valores, que dignifican las condiciones de trabajo, de vida y la participación de productores/as y trabajadores/a? ¿que no haya trabajo infantil ni discriminación? Para estos últimos avanzar en la “transición agroecológica” es también caminar hacia una sociedad más democrática y solidaria.

Los principales responsables -productores/as y sus organizaciones- y técnicos del sector público están presentes en los “Sistemas de Garantía” puestos en marcha en los últimos años en el AMBA. Pero, a nuestro entender, es necesario “garantizar” que las transformaciones sean irreversibles, a lo que consideramos puede contribuir la participación de consumidores/ciudadanos organizados comprometidos con el cambio de actitudes y valores que lleva implícita la “transición agroecológica”. En un país con más del 90 % de población urbana, esta participación puede ser relevante, por lo que algunos Sistemas de Garantía Agroecológica -como el Sistema Participativo de Garantía-SPG, de la Fac. de Agronomía de la UBA- destacan que, el carácter “Participativo” de la “garantía” debe estar dado también por la participación de los consumidores/ciudadanos organizados.

Fuente: CALISA FAUBA

Temas: Agroecología, Soberanía alimentaria

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