Es posible pensar el mundo desde un nosotros
Cuenta la gente que en la comunidad de San Pedro y San Pablo Ayutla (Tukyo'm en lengua Ayuujk que significa "lugar de tortugas"), ubicada en la Sierra Mixe de Oaxaca, habita una mujer apasionada por su lengua y su cultura, ella es Yásnaya Elena Aguilar Gil, una lingüista Mixe.
Yásnaya se describe a sí misma como una mujer nacida en tierras Ayuujk que le trae un sentimiento de gusto, de disfrute. Le gusta mucho hablar Mixe, le gusta mucho su lengua, le gusta mucho la organización comunitaria, la fiesta, y se siente muy afortunada de eso. Agradece mucho haber nacido en el bosque, en una comunidad que tiene tan cerca el campo. Ella fue criada por su abuela a quien recuerda con cariño y representa una parte muy importante de su caminar. Uno de los recuerdos que tiene grabados de su niñez, es cuando un día su bisabuela, la mama de su abuelo, estaba sentada en una mesa y dejó dinero sobre la mesa. Ella, pensando que era dinero para su abuela, lo agarró. En ese momento su bisabuela le dio un manazo en la mano como diciendo "no lo hagas" y, entonces, se puso a llorar mientras salía corriendo para abrazar a su abuela.
Su esperanza anida en poder cambiar la cultura de muerte hacia la vida. Eso implica cambiar los patrones de consumo, hacer algo por la emergencia climática a la que el capitalismo y el mercado nos ha llevado.
¿Cómo nace tu pasión por la lengua y la lingüística?
El interés por el lenguaje estaba ahí desde siempre, me gustaban mucho las historias. Mi abuela nos decía la importancia de la palabra y todo eso, era algo muy importante. Me gustaba mucho lo relacionado con el acto de escribir, como el acto mecánico de trazar. En ese momento no sabía que se podía estudiar lingüística y lo más cercano que veía era ser secretaria, y quería ser secretaria porque quería escribir. Como un acto mecánico de hacerlo, la lingüística siempre estuvo ahí. Yo también quería estudiar agronomía en Chapingo, era mi ilusión, pero en la prepa me doy cuenta, al hacer unos test y una investigación en orientación educativa, que existía literatura. Entonces, me puse a estudiar eso y fue ahí en la carrera que me di cuenta de que todo lo que aprendí para el español no lo tenía en Mixe, y ese contraste me llevó a estudiar más e irme hacia el Mixe.
Me di cuenta de que no sabía leer y escribir en mi propia lengua, me di cuenta de todas las carencias que tenía de no saber su gramática y tal, y también me di cuenta de que ya había un proceso de 40 años en las "Semanas de vida y lengua Mixe" donde habían estado luchando por la lengua, entonces, me adscribí a ese proceso con mucho entusiasmo.
De la memoria del poder, al poder de la memoria
¿Cuando eras niña cómo era tu relación con la tierra y los alimentos, cómo ha cambiado ahora?
La gente sembraba más, había más personas en el campo. Aunque sigue siendo grande en Ayutla, ya que el 70% de la población se dedica al campo al igual que la proporción que se dedica al comercio, ya que siempre ha sido un pueblo comerciante. Mi abuela, hasta que falleció, sembró, y yo hasta este año sigo sembrando para no perder la semilla, esperando que todo salga bien. Estamos por cosechar ahora en luna llena.
Considero que es malo cuando cada vez más hay presencia de alimentos que son industrializados. De niña me acuerdo de que tomábamos refresco de vez en cuando, como un marcador de fiesta, a lo mejor te tocaba medio, pero se compartía con otras personas, era muy de vez en cuando. Ahora hay más presencia de comida industrializada y eso se ve en el aumento, desgraciadamente, de enfermedades como la diabetes. Pero también hay mucha gente que está impulsando que las mujeres jóvenes nos involucremos en el campo. Existe una oposición en el tema de estudiar para que no sufras en el campo, y es una falsa disyuntiva. Podemos atender el campo y estudiar, pero hay una desvalorización de un trabajo tan fundamental como es el del campesino.
Parte de lo que nos enferma son estos alimentos, que ni siquiera los llamaría alimentos; no nutren y hacen que se coma eso que te enferma. Crees que puedes dejar de sembrar, pensando que el alimento va llegar de algún lado. Y aparte el transporte de los alimentos es uno de los elementos que más contamina y que más provoca gases de efecto invernadero. Está cambiando todo el planeta y nos tiene al borde de esta crisis climática, entonces, afecta muchísimo no tener esta Soberanía Alimentaria en donde podamos tener productos de diferente tipo y que puedan intercambiarse de manera cercana; que no tenga que llegar el maíz de muy lejos, sino de aquí mismo. Tener mercados más locales que no dependan de estos grandes mercados capitalistas.
¿Cómo ves la situación del agua?
Es preocupante que se empiecen a vender los futuros de agua en la bolsa de valores de Estados Unidos. Una cosa bastante compleja que, sin embargo, es un hecho simbólico. El agua ya ha estado sujeta al capitalismo, desde cómo funciona Conagua con las concesiones para usos industriales (que lamentablemente esto ha sucedido de muchas maneras). Pero la privatización del agua como en Chile, donde se puede tener el agua como propiedad privada, suena fuerte simbólicamente que esos bonos de futuro de agua estén cotizando en la bolsa. En la ciudad de México ya hay lugares que pagas y entras como a un jardín zen, un jardín japones donde te venden cierto tiempo para respirar aire puro. Incluso eso ya está pasando por el mercado y es muy alarmante. Si sacamos los costos del agua podían decir ellos que no te venden el agua, sino que te venden la purificación, el transporte y tal, pero si sacas las cuentas sí te están vendiendo el agua. El agua es un bien común que está siendo privatizada en una botella de plástico que, además, tomas en tres minutos y generas ese desecho que es tan difícil de manejar.
En Ayutla hay una presencia muy fuerte de la ritualidad que sigue siendo muy fuerte para los jóvenes. A diferencia de otras comunidades que son más abiertas, en Ayutla es muy fuerte y sagrada; de esos rituales no se habla, tienen un halo de sacralidad muy importante que implica el mundo de los muertos y, también, muchos lugares sagrados, entre ellos los del agua. La religiosidad mixe la veo muy fuerte. Hay muchas personas que a lo mejor ya no hablan Mixe pero los rituales los tienen muy presentes, y más con lo que pasó con el conflicto del agua. Hay una consciencia más fuerte y también con los incendios; sigo sintiendo muy fuerte el pensar de los jóvenes. Aquí somos muy hacia adentro, por ejemplo, los rituales de cambio de autoridad se hacen a media noche en la cueva; en los lugares donde surge el agua, se pide permiso. Todo está muy relacionado con elementos naturales. No se habla mucho de esas cosas porque son muy sagradas, muy para adentro.
Espiritualidad y tiempo, espacios ambiguos (que se sienten en el cuerpo)
Para ti, ¿cuál es la diferencia entre religión y espiritualidad?
Hay una cosa universal que es la relación del mundo con lo sagrado que existe en todas las culturas; es muy interesante y hay varias teorías que tratan de explicar de dónde surge esta necesidad de crear una relación con un mundo de lo sagrado. Hay especialistas, personas y momentos en los que se establece esta relación, que es el ritual, como parte de la teoría de las religiones. Entonces existe esa relación entre el mundo de lo sagrado y de lo que nos es sagrado. En lo sagrado puede haber dioses como en la tradición judío-cristiana, donde puede haber uno solo, o en otras que puede haber muchos. También puede haber fuerzas y potencias como es el caso Mixe. En este mundo de lo sagrado habitan entidades que son muy abstractas, que no son entes individuados o masculinos necesariamente. Yo llamo religión a toda la institucionalización de esa relación con lo sagrado. Entonces el caso del judaísmo o el islam implica una institucionalización, en el caso de la iglesia católica todavía mucho más, porque durante mucho tiempo ejerció labores de estado. Incluso hasta la fecha el vaticano es un estado que tiene un banco… Hay un cuerpo de dogmas que establece cómo tiene que ser esa relación con lo sagrado, y hay una estructura centralizada con el papa y los sacerdotes que son los especialistas de los rituales católicos.
En cambio, existen otras formas de la relación con lo sagrado que no pasan por la institucionalidad que sería el caso Mixe. Todas las personas que leen el maíz, los que encabezan los rituales, no están asociados a una institución que vaya a decir quién sí o quién no a un cuerpo de dogmas que los unja, no hay un ente rector que administre esa relación del pueblo Mixe con lo sagrado. El problema es cuando la relación con lo sagrado se administra y se institucionaliza, es lo que le llamo religión, aquello que se institucionaliza. Incluso en la religión católica hay movimientos que son distintos, la iglesia católica no es un monolito y tiene espiritualidad muy propia. Por ejemplo, en los místicos, San Juan de la Cruz, Santa Teresa era otra visión, estaba la Teología de la Liberación. Diría que son movimientos espirituales que van en contra de la propia institucionalización de esa relación con lo sagrado.
En el caso de la interculturalización, con la parte de la espiritualidad Mixe, era muy interesante. Yo creo que como en toda la relación con lo sagrado, hay momentos de lo profano y momentos de lo sagrado; se vive de manera distinta porque las entidades que habitan el mundo de lo sagrado, como el agua y el viento, son mucho más cercanos a la naturaleza, son entidades distintas. Eso permite que todo el tiempo estén presentes de otra manera, pero en las religiones también depende de la corriente. Aun cuando la iglesia ha institucionalizado muchas cosas, no ha cooptado toda la religiosidad propia de la tradición cristina.
¿Cómo se vive la percepción del tiempo en Ayutla?
El tiempo es una categoría abstracta que, para poder platicar de ella, incluso en Mixe, se necesitan de metáforas de espacio. Hay una parte que está bastante cooptada por la racionalidad del reloj y del calendario, eso es innegable, pero también es verdad que el paso de la luna, esperar el paso de la luna para la cosecha, está mucho más relacionado con el paso de las estaciones. Aquí en la alimentación se siente el paso de las estaciones, contrario a lo que, muchas veces, pasa con esta visión capitalista de tener disponibles los alimentos todo el año. Aquí si comes depende de las estaciones, eso va impactando en tu cuerpo, también el paso del tipo de viento y de la ritualidad. Si influye muchísimo en la vida de las personas y de la comunidad. Hay una percepción en la gente de que el tiempo está cambiando y que tiene que ver con la crisis climática. En el diálogo hay toda una parte de la gente mayor que resguarda el pasado, entonces cuando se habla de las historias y las enseñanzas del pasado, el pasado cobra una gran relevancia. También se habla de las crisis que van a venir y cómo tenemos que prepararnos; en los consejos que se da a una pareja de recién casados se habla del futuro. Estos diálogos dependen mucho del espacio ritual. Como en toda cultura, se puede hablar del tiempo en metáforas de espacio tanto hacia el pasado como hacia el futuro.
Definiciones y límites cuestionables
¿Qué representan los 500 años de la caída de Tenochititlan?
Tiene un peso super fuerte, por un lado, distinguir las guerras de conquista y, por otro lado, el establecimiento del orden colonial. Las guerras de conquista tienen que ver con una lógica del reordenamiento del poder político en el que muchos pueblos utilizaron a los españoles para sus propios intereses, pero que pensaron que podía ser otro tipo de alianzas, y con eso se fue estableciendo el orden colonial. Lo que pasó hace 500 años tiene toda una influencia en la realidad de ahora. Si pensamos, el racismo tiene su raíz hace 500 años, porque justo por el colonialismo fueron a África a secuestrar personas para trabajo esclavo. La categoría afrodescendiente no se explica sin pensar que pasó hace 500 años. Lo que pasó hace 500 años no le pasó a México, le pasó al mundo. Cambiaron las relaciones del mundo. El hecho de que países se consideran de primer mundo y de tercero mundo tiene que ver con eso, tiene que ver con qué países fueron los beneficiarios del sistema colonial y quiénes fueron los expoliados. La categoría de los pueblos indígenas tiene que ver con eso, el desarrollo del capitalismo no puede explicarse sin la esclavitud, eso empezó hace 500 años. No le paso a España y a México, le paso al mundo entero, reordenó al mundo y lo a llevado a una crisis climática.
En un encuentro que tuviste con los miembros del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en el 2018, mencionaste que en lugar de decir "Nunca más un México sin Nosotros", había que estar creando " Un Nosotros sin México". ¿Qué cosa es ese nosotros sin México?
Ese nosotros es el mundo, pensar en un mundo que no esté organizado en estados nación, ese nosotros lo relaciono a la humanidad completa, y en especial a los pueblos indígenas. Es posible organizar la vida en común de otra manera. Ser mexicana para mí es un estatus legal, que se me confirió obligatoriamente y del cual no puedo escapar. No puedo salir de estas fronteras, arbitrariamente impuestas, si no es con un documento. Porque si no, me expongo a una serie de violencias que podrían poner en peligro mi vida. Esas fronteras están ahí por una serie de decisiones políticas, para mí es estar sujeta al marco legal mexicano porque así alguien lo decidió, y ese alguien no pertenece a la comunidad a la que pertenezco, es un estatus legal. Por otro lado, ser mixe es pertenecer a una nación con una lengua en común, un pasado en común, un territorio y la conciencia de una historia compartida.
¿Qué es lo que Oaxaca, como territorio, aporta a México como país?
La división de las entidades federativas fue arbitraria y desde el poder. No entiendo por qué Tuxtepec está del lado de Oaxaca y no de Veracruz. No pienso en la legitimidad de un estado como Oaxaca, me gusta más, y en todo caso, hablar de Mesoamérica. Toda esta región en que, no porque pase una línea, deja de tener elementos en común con los pueblos mayas. De hecho el pueblo Zoque, que es mixezoquiaño, está del lado de Chiapas. Esta definición entre entidades federativas no me parecen significativas más que por administración estatal. Pienso en todo lo que aporta al mundo la diversidad lingüística y cultural superpotente, ser cuna de una de las civilizaciones madres de toda la humanidad. Uno de los lugares donde se creó la escritura fue Mesoamérica, la milpa, todo el cuerpo de conocimientos y de historia compartida. Por eso, más que en Oaxaca pienso en Mesoamérica, y pienso que el pueblo Mixe está en el corazón de esa área del mundo.
Sobre Yásnaya Aguilar Gil
"Yásnaya Aguilar (Ayutla Mixe, 1981) forma parte del COLMIX, estudió Lengua y Literaturas Hispánicas y cursó la maestría en Lingüística en la UNAM. Ha colaborado en diversos proyectos sobre divulgación de la diversidad lingüística, desarrollo de contenidos gramaticales para materiales educativos en lenguas indígenas y proyectos de documentación y atención a lenguas en riesgo de desaparición. Escribe el blog #Ayuujk en la web de Este País". También escribe para El País.
Recientemente Yásnaya publicó el libro “ Ää: Manifiestos sobre la diversidad lingüística” de editorial Almadía. En palabras de Federico Navarrete:
Leer los artículos de Yásnaya Aguilar reunidos en este volumen es un placer que recomiendo de todo corazón a las lectoras y lectores. A lo largo de estos textos, tan amenos como refrescantes, queda claro que Yásnaya Aguilar ha sido capaz de ver más allá de las imposiciones y de la violencia, impulsada por su profunda pasión por las lenguas, por la lingüística, por la literatura, para rebasar los confines de su nativo Ayuujk y de su aprendido español, hasta acercarse a los idiomas más hablados del mundo, como el ruso, pero también a las incontables lenguas indígenas que en todo el planeta se encuentran marginadas, amenazadas y, a veces, al borde de la desaparición. En su uso sin pretensiones del llano dialecto mexicano del castellano, destaca la generosidad constante de su estilo, su humor y sinceridad, que le permite construir una defensa tan apasionada como razonable, tan rigurosa como amena, del valor de las lenguas indígenas, de la pluralidad cultural, de la vitalidad de las tradiciones de nuestros pueblos originarios. Esta claridad da mayor fuerza también a sus denuncias contra la discriminación lingüística, contra el menosprecio a las lenguas indígenas y contra la prepotencia de los defensores del español como lengua nacional. Escrito a lo largo de una década, este libro está destinado a ser un exponente de un auténtico florecer y renacimiento del pensamiento contemporáneo hablante de lenguas indígenas.
Palabras de Yásnaya Aguilar en el conversatorio titulado "Miradas, escuchas, palabras: ¿prohibido pensar?" organizado por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en el 2018 en Chiapas.
Fuente: Más de México