Es hora de Soberanía Alimentaria
"Para erradicar el hambre para siempre en este país, no solo hay que pensar en la seguridad alimentaria de los argentinos, es decir, que las familias tengan acceso a una determinada cantidad de alimentos que cubra sus necesidades, sino que hay que poner en el foco qué alimentos producimos como país, quiénes los producimos, de qué forma los producimos y para quienes los producimos".
Alrededor de la actualización en las retenciones a la exportación, el “campo” argentino está en el centro de los debates de estos últimos días. Tratar de agrupar la diversidad de producciones, intereses, capacidades, vínculos y realidades de los que desarrollamos agricultura y ganadería bajo un mismo paraguas no permite analizar la diversidad y complejidad de “los campos» argentinos y responde a una estrategia de los grandes productores en alianza al complejo agroindustrial exportador y las empresas transnacionales, de identificar sus necesidades de clase con un elemento clave de la identidad argentina como es el campo, homogeneizando y monopolizando su representatividad en los medios de comunicación y ante la sociedad.
En el campo somos muchos y diversos, e incluso entre los pequeños productores de grano y oleaginosas y los grandes terratenientes y fondos de inversión agrícolas, las diferencias son tan grandes que no tienen intereses coincidentes sino opuestos. Frente a este escenario, hay que reivindicar y visibilizar a las y los productores de alimentos en Argentina.
La nueva gestión de Alberto Fernández puso la problemática del Hambre en el centro de las políticas públicas a desarrollar y éste es un eje alrededor del cual todas nos podemos sentir llamadas a contribuir, especialmente aquellas que producimos alimentos en los territorios.
Para erradicar el hambre para siempre en este país, no solo hay que pensar en la seguridad alimentaria de los argentinos, es decir, que las familias tengan acceso a una determinada cantidad de alimentos que cubra sus necesidades, sino que hay que poner en el foco qué alimentos producimos como país, quiénes los producimos, de qué forma los producimos y para quienes los producimos.
Esto es lo que desde la Vía Campesina llamamos Soberanía alimentaria.
Después de 4 años de desaparición del estado en la agricultura familiar, con el desmantelamiento de la Secretaría de Agricultura Familiar y ninguna política de apoyo, sino todo el contrario, recrudeciendo en algunos casos medidas que han favorecido el avance del agronegocios y del capital financiero, con desalojos, persecución y criminalización de los movimientos campesinos y originarios en lucha permanente por el territorio donde viven, producen y recrean las culturas, ha llegado nuestro momento.
Es momento que el Estado argentino haga una apuesta definitiva por los que producen alimentos sanos para el pueblo, para que los argentinos de los barrios populares accedan a una alimentación suficiente y diversificada y para que el pueblo argentino tenga soberanía sobre las políticas agrícolas y de comercio de alimentos.
Es hora que Argentina camine hacia la Soberanía Alimentaria, con la defensa de las semillas criollas, con una justa redistribución de tierras para quienes quieran hacer una vuelta al campo, con apoyo al desarrollo de tecnologías aptas en manos del históricamente invisibilizado, el campesinado, los pueblos originarios y los trabajadores rurales, el campo con sujetos productivos, y económicos diversos existentes en todo el país.
Es hora que las mujeres y jóvenes, que no han estado ausente en la resistencia y estrategia de mantenerse en la tierra, trabajando, produciendo y defendiéndola, vean fortalecido y visibilizado su rol protagónico en la producción de alimentos y en la organización de los productores de la agricultura familiar, campesina e indígena.
Es hora de producir para alimentar al pueblo, es hora de Soberanía Alimentaria en Argentina.