En defensa de la vida: ¡No a la privatización del agua!
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 22 de marzo de cada año como el Día Mundial del Agua (Resolución 47/193 del 22 de diciembre de 1992). Once años después, por Resolución 58/217 del 23 de diciembre del 2003, proclamó el período 2005 al 2015 como Decenio Internacional para la Acción “El agua, fuente de vida”. Sin embargo, en el mismo lapso, la mercantilización del agua ha sido y es una de las políticas sistemáticas de los Estados como parte de la imposición del neoliberalismo extractivista.
En los países de la Región Andina y todo el Abya Yala se debaten hoy proyectos de ley del agua tendientes a su privatización. Al verla como un “recurso”, priorizan su uso para actividades extractivas como la minería, que no solo la acapara y consume en ingentes volúmenes sino que contamina irreparablemente sus fuentes.
Los pueblos indígenas y sus organizaciones nos resistimos a esta agresión a la Madre Naturaleza, en defensa del futuro de la humanidad y todos los seres vivos, amenazados por la alarmante escasez del agua, producto de su acaparamiento en manos privadas, su contaminación y la peligrosa y creciente desglaciación.
América del Sur concentra más de la quinta parte de las reservas de agua dulce de todo el mundo. Los Andes albergan glaciares que son fuente de vida y que producto de la crisis climática vienen desapareciendo. Hoy es más urgente que nunca recuperar para todos el Buen Vivir en diálogo y armonía con la Madre Naturaleza, para salvar las fuentes de agua que harán posible la supervivencia de la vida.
Proponemos al mundo la visión del agua de los pueblos indígenas:
El agua como ser vivo. El agua es un ser vivo, proveedor de vida y de animación del universo. Con el agua se dialoga, se le trata con cariño, se le cría. El agua no es un “recurso”, un “objeto” del que se pueda sacar provecho o al que se trata sin respeto.
El agua como ser sagrado. El agua proviene de Wirakocha, fecunda la Pachamama y permite la reproducción de la vida. Es, por tanto, un ser sagrado que está presente en los lagos, las lagunas, el mar, los ríos y todas las fuentes.
El agua como base de la reciprocidad y complementariedad. El agua permite la integración de los seres vivos, la articulación de la naturaleza y de la sociedad humana. Es la sangre de la tierra y del universo andino. Permite practicar la reciprocidad en la familia, los grupos de familias y comunidades andinas. Ordena la vida de los individuos, presenta la diferencia no como oposición sino como complementariedad, y facilita la solución de los conflictos sobre la base de acuerdos comunitarios.
El agua como derecho universal y comunitario. El agua es de todos. Pertenece a la tierra y a los seres vivos, incluyendo al ser humano. Se distribuye equitativamente de acuerdo a necesidades, costumbres y normas comunitarias, y según su disponibilidad cíclica.
El agua como expresión de flexibilidad y adaptabilidad. El agua se comporta de acuerdo a los ecosistemas, sin seguir normas rígidas. Depende del tiempo, clima, y topografía. La sociedad andina, como el agua, está en continua apertura frente a todo lo que enfrenta, incorporando elementos de otras culturas complementarias.
El agua como ser creador y transformador. El agua sigue leyes naturales, de acuerdo a los ciclos estacionales y a las condiciones del territorio. Su uso sustentable implica la generación y aplicación de conocimientos y habilidades obtenidos durantes siglos, así como la construcción de una infraestructura hidráulica que permita cosechar y distribuir el agua sobre la base de una gestión mancomunada y eficiente.
El agua como recreación social. El agua es la recreación de la diversidad en el espacio y el tiempo, en las organizaciones comunitarias, en la participación de la población, permitiendo la autodeterminación de las comunidades, en discusión y diálogo permanente con la naturaleza.
En este Día Mundial del Agua, la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) reitera su rechazo a la privatización del agua y reitera su compromiso de promover la adopción de una Declaración Universal de Derechos de la Madre Tierra por las Naciones Unidas.
Lima, 22 de marzo de 2010.
- Miguel Palacín Quispe es Coordinador General CAOI.
Fuente: ALAI