El agua y la tierra son inseparables

Idioma Español
País Chile

Una vez más necesitamos hablar de cómo la Madre Tierra está siendo destruida por la ambición del capital y con ello se destruyen nuestras formas de ser, de vivir, de convivir y de producir. Queremos unir nuestras miradas y reforzar una vez más el compromiso de que nuestras luchas vayan de la mano para construir una sociedad justa y digna.

Treinta años atrás, Chiloé era una zona donde el agua abundaba. Teníamos suficiente lluvia, buenas napas, buenos pozos. Era una zona que después de sufrir las criminales "guerras de pacificación” fue relativamente olvidada por los grupos de poder y permitió espacios de vida para comunidades indígenas y campesinas. Pero el gran capital llegó disfrazado de distintas maneras. Se instaló con la acuicultura, contaminando y destruyendo zonas costeras, ríos y lagos. Se instaló con las plantaciones forestales, despojando y acaparando tierras, invadiendo territorios mapuche, destruyendo los suelos y secando todo a su paso, rodeándonos con un desierto verde que ha provocado los terribles incendios que hemos conocido en los últimos años. Se instaló con la minería, que hoy amenaza toda la zona cordillerana y precordillerana, y a los pueblos y comunidades que la habitan.

El poder económico se instaló también con las grandes haciendas de los megamillonarios: Benetton, Tompkins, Turner, Walbrook, y muchos otros, invadiendo territorios sin freno alguno. La desaparición forzada de Santiago Maldonado nos trae de nuevo los tiempos de terror de las dictaduras y aquí preguntaremos una y otra vez: ¿Dónde están Santiago Maldonado y todos nuestros desaparecidos? El avance del capital nos ha traído muerte, expulsión, pobreza, falta de trabajo. Y de paso ha destruido la naturaleza y lo que nos sustenta.

El cambio climático ha hecho que ya no podamos confiar de la lluvia, del sol, o del viento. Enfrentamos mega sequías y luego mega temporales. Ya no hay agua en los pozos, dependemos de 500 litros semanales que nos traen en camiones, haciéndonos frágiles y dependientes. Enfrentamos olas de calor cada vez mayores y más prolongadas, pero no tenemos posibilidades de regar. Los bosques se van secando, desparecen vertientes, disminuyen los ríos y arroyos. Hay cada vez menos pesca, menos recolección y menos posibilidades de cultivar nuestros alimentos.

A lo anterior se ha sumado la invasión de los territorios. En nombre de la ecología o del progreso económico, según les convenga, nos van quitando los territorios. Han privatizado el agua y los mares, no podemos tocar la naturaleza que nos rodea, porque pertenece a alguna transnacional. Si algo queda para cuidar es porque los pueblos indígenas y los pueblos campesinos –y en esta región especialmente el pueblo Mapuche Huilliche- hemos cuidado la Madre Tierra.

La represión a la resistencia es criminal. En Argentina, la desaparición de Santiago y la represión a las comunidades. En Chile, la ley antiterrorista y otras amenazas legales contra las y los que luchan y sus organizaciones. A pesar de todo, seguimos aquí, resistiendo, viviendo, produciendo, luchando y organizándonos.

Por todo esto estamos aquí. Porque seguiremos resistiendo y luchando. Porque nuestra lista de demandas es larga: desprivatizar el agua, recuperar los territorios, parar las invasiones, detener la minería, acabar con las plantaciones forestales, fin a la represión y a la criminalización. Seguiremos construyendo soberanía alimentaria, organización, identidad campesina e indígena, defenderemos nuestras semillas, nuestra agricultura, nuestras organizaciones y nuestras y nuestros luchadores.

Todo eso haremos porque también queremos defender el agua. En esta gran región está una de las mayores reservas de agua dulce y el capital la está destruyendo. Queremos más reflexiones sobre qué hacer para que el agua siga viva, para que no desaparezca, para que siga permitiendo la vida de todos los seres, humanos y no humanos. Queremos conversar sobre cómo proteger nuestras organizaciones, nuestras y nuestros luchadores. Cómo hacer para que crezca la conciencia y la capacidad de lucha de todas y todos, en el campo y en la ciudad.

Por eso seguimos aquí, para escucharnos, para debatir, para salir con nuevas fuerzas, para resistir, luchar y permanecer.

Mónica Hormazábal

Presidenta de Anamuri

Curaco de Vélez, octubre de 2017

Fuente: ANAMURI

Temas: Agua, Tierra, territorio y bienes comunes

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