El tanque lleno. La panza, vacía
"Un sistema energético, no puede ser sustentable si está basado en que una parte de la población tenga un acceso diferente o directamente no tenga acceso a los servicios energéticos... En la medida en que no podamos discutir la base de la cuestión es muy difícil discutir energía en abstracto, sino siempre vamos a estar tratando de correr con la producción de energía a un consumo creciente e indiscriminado. En la medida que no avancemos sobre el para qué y para quién, es muy difícil avanzar en el núcleo de la cuestión energética"
El tipo de energía que se utiliza, la forma en que se produce, los mecanismos de acceso, distribución y los beneficios, determinan hoy más que nunca el estilo de desarrollo y los niveles de sustentabilidad posibles de alcanzar. Roque Pedace y Pablo Bertinat integran el Programa Argentina Sustentable. Ambos trabajan en el área de energía de Amigos de la Tierra y del Taller Ecologista de Rosario, respectivamente. Sobre alimentos, energía y desarrollo sustentable, nos hablan en la siguiente charla.
RP: Un sistema energético, no puede ser sustentable si está basado en que una parte de la población tenga un acceso diferente o directamente no tenga acceso a los servicios energéticos. Entonces, se puede decir, que existe una precondición de justicia, dentro de la misma generación, para que exista justicia intergeneracional. Si no existe un acuerdo dentro de la misma generación para eso, lo más probable es que se vaya a sistemas que agoten rápidamente los recursos como los combustibles fósiles, que son limitados, y además, que tengan impactos que sean irreversibles para las futuras generaciones. Ejemplo claro de eso es el modelo consumista actual.
Si nosotros continuamos con una parte de la población accediendo a “servicios” como los automóviles, lo que va a quedar es, además de una rápida eliminación de los recursos fósiles, una cantidad de gases de efecto invernadero que harían insoportable la vida en pocas generaciones. Hemos entrado entonces, en el tema de cambio climático, que probablemente es el que acusia más, porque si no se toman medidas en los próximos 5 años es muy poco probable que lleguemos a los niveles de emisiones que puedan evitar efectos como por ejemplo, la eliminación de todos los glaciares continentales y por ende, impactos muy serios en el acceso al agua de ciudades como Lima, Santiago, Mendoza, San Juan, etc.
PB: Lo que nosotros estamos planteando es tratar de dejar de hablar de crisis o no crisis, y tratamos de hablar de lo que entendemos nosotros por sustentabilidad energética. Además, el término sustentabilidad está bastante bastardeado en sí, bastante mal utilizado. Nosotros hablamos de sustentabilidad desde lo económico, lo ambiental, desde lo social, desde lo que tiene que ver con la democracia. Y en el tema de energía, cuando hablamos de sustentabilidad energética, hablamos de la relación de energía, consumo y medio ambiente, hablamos de la relación de la energía y la equidad, de distribuir equitativamente los bienes energéticos y los bienes de la naturaleza.
Hablamos de la cuestión de la democracia, que tiene que ver con la forma o los mecanismos con los cuales se deciden las políticas energéticas, y que tiene que ver con la necesidad de una democratización de las políticas energéticas y de una participación ciudadana en la definición de esas políticas, y por supuesto hablamos también de la seguridad de abastecimiento energético y de la vulnerabilidad del sistema. Habitualmente, lo que se trabaja cuando se habla de energía es la seguridad de abastecimiento, la necesidad de una sociedad determinada de contar con la energía necesaria para su desarrollo. Nosotros estamos tratando de cuestionar esta mirada en el sentido de pensar realmente, qué desarrollo, para qué esa energía, para quién va esa energía, esa es la idea de esta mirada de sustentabilidad energética.
El futuro, ¿llegó?
RP: La transición de un sistema basado en una matriz energética que utiliza, en más del 85%, el combustible fósil, a una edad post fósil en la cual no hay ninguna emisión de efecto invernadero, más allá de las que se producen por sistemas naturales, debe llevar muy poco tiempo. Debiera ocurrir en 50 años y no más, si se quiere evitar el cambio climático peligroso que prácticamente lo estamos viviendo acá, porque ya estamos viviendo consecuencias peligrosas.
Otras características con sociedades energéticamente sustentables, tienen que ver con la forma en qué se toman las decisiones. Los sistemas energéticos han tendido, en el régimen imperante actualmente, desarrollista y consumista, a centralizar las fuentes, y sobre todo a centralizar los focos de generación de energía. Por ejemplo, los focos de generación de energía eléctrica están muy centralizados, y eso tiene que ver con la forma en que se distribuye el poder. No solo el poder económico, sino el poder en sí mismo, el poder tomar decisiones.
Las centrales son cada vez mayores, y la posibilidad de elegir es cada vez menor. La consecuencia práctica de esta centralización es que hay una diferencia en el acceso a los bienes energéticos. En un sistema descentralizado hay mayor probabilidad de que la población marginada tenga acceso a esa energía. Si se propone la descentralización no vamos a tener mega urbes como Buenos Aires, que a su vez exigen un sistema de transporte que colapsa rápidamente, como el que tenemos. Estamos hablando de un cambio de civilización, donde la tendencia a la concentración, es reemplazada por la descentralización.
PB: Como sociedad, a lo que aspiramos es a poder satisfacer nuestras necesidades de alguna manera. Mirada como sociedad integrada, no como una parte de la sociedad como está hoy planteada, en donde tenemos 1.600, 1.800 millones de personas en el planeta que no tienen acceso a la energía eléctrica, y 50 millones de personas que no tienen acceso en el continente americano, y 100 millones que cocinan con biomasa. Lo que estamos planteando es que debiéramos repensar cuál es la estructura de necesidades humanas, en el sentido de poder pensar de qué manera se pueden satisfacer esas necesidades. Lo que abordamos es la discusión del modelo global de producción y consumo. Es inviable en el largo plazo el actual modelo establecido de producción y consumo, y cómo es inviable, es inviable la cuestión energética asociada.
Hoy en día, este es el modelo petrolero, en el cual estamos inmersos y en el cual se intentan buscar algunos sustitutos como los biocombustibles para sostener un mismo modelo. Debiéramos poder rediscutir qué es lo que producimos, para qué producimos, qué bienes queremos fabricar, si queremos tener un país que sea una potencia en lo que significa la industria automotriz, o es una industria que debiera desaparecer a largo plazo. Rediscutir el modelo es necesario porque sino caemos en la intención de tratar de conseguir energía de cualquier manera para abastecer un sistema qué es inviable en el largo plazo. Avanzar en la sociedad sustentable energéticamente, es avanzar en una sociedad sustentable de lo que producimos, lo que consumimos, y fundamentalmente creemos que el punto, es lograr avanzar en una cuestión de equidad, ahora entre nosotros, y de equidad intergeneracional, no dejar a las generaciones futuras sin recursos naturales, sin bienes, sin posibilidades de satisfacer las demandas de ellos a futuro.
Alternativas a lo mismo
RQ: Nosotros estamos buscando tecnologías que sean apropiadas para diversos usos, y que no tiendan a la concentración, tanto geográfica, como de poder, entonces las energías renovables se prestan a esta realidad. Por supuesto podemos encontrar formas de concentración de las mismas. Se puede hablar de parques inmensos tanto solares como eólicos. Si tal como está ocurriendo ahora, la tendencia mundial es a que la utilización de la biomasa sea para crear un mercado mundial de biocombustibles, más precisamente agrocombustibles, lo que vamos a tener es un fortalecimiento de sistemas que de por sí, están bastante concentrados por los agronegocios. Grandes productores, que integran el paquete tecnológico, como Monsanto, que se integran con la producción de un agroquímico que es el glifosato. Esa tendencia no es deseable, y sin embargo es perfectamente compatible con la utilización de semillas específicamente diseñadas por Monsanto para producir biocombustibles, por ejemplo, una semilla de maíz o soja que tenga un tenor más alto de aquella materia prima que es utilizada para la fabricación de determinado biocombustible, como ser el alcohol o el biodiesel.
Es un fenómeno que ya está ocurriendo y lo vemos en Argentina. Además, la concentración ocurre en toda la cadena. Tenemos grandes acopiadores de cereales como Cargill o Nidera, que a su vez están en casi todos los segmentos del negocio agrícola. Y tenemos también las petroleras que utilizan su infraestructura ya instalada, para simplemente cambiar un poco el tipo de combustible que se está dando, pero el sistema es el mismo. Mientras que si nosotros apostáramos a formas de biocombustibles a partir de biomasa, que ya se conocen y que son exitosas, como por ejemplo el biogás, la situación sería bastante distinta, y podríamos tener un sistema de una escala mucho menor, podría ser el de una chacra o un tambo, que podría producir para sí mismo y para el pueblo más cercano. Eso en el caso argentino es muy favorable, ya tenemos una red de gas instalada para el transporte que es la mejor del mundo. No tenemos muchas cosas que sean mejores del mundo. No requieren grandes inversiones, porque lo pueden hacer los propios productores.
PB: Tratar de sostener un modelo de producción y consumo, como el modelo petrolero, o con biocombustibles es inviable, no va a alcanzar el territorio que tenemos en el planeta, y sobre todo tener en cuenta los impactos sobre los territorios que esto ya está trayendo, solamente para reemplazar una parte de los combustibles fósiles. Pensemos que el proyecto europeo es incluir el 5% de biocombustibles sobre los combustibles para el año 2010. Son proyectos realmente chicos para sotener un modelo de consumo complejo, imaginémonos si hay que reemplazar todo el petróleo por biocombustibles, más allá de las consecuencias que ya está teniendo, como ser el incremento de precios en la canasta de alimentos. Los biocombustibles son una fuente renovable, pero es probable que no sean una fuente sustentable.
Empecemos de nuevo
RP: Lo que hay que buscar esencialmente es una respuesta social, y no necesariamente apostar a una solución tecnológica, o decididamente apostar a que ella vendrá de afuera. En Argentina existen numerosas oportunidades para que en nuestras regiones la biomasa cumpla un rol mucho más destacado de lo que cumplió hasta ahora. Podría reemplazarse el gas, por el uso de biomasa. El maíz que se usaba para alimento humano o de animales, ahora empieza a ser utilizado para producir alcohol, parte del alimento humano ahora puede ser utilizado y fermentado para producir alcohol, y aunque asi no fuera, de todos modos existe una competencia por la tierra. Una parte de la tierra agrícola se destinaría para estos fines. Hay una competencia directa entre autos y alimentos. Eso es un ataque directo a la soberanía alimentaria de varias regiones. El caso argentino es particular, porque al ser un exportador de alimentos, no se plantea en los mismos términos que centroamérica por ejemplo, que es importador de alimentos y prácticamente no tiene donde sembrar. De todos modos, aquí también será injusto, porque se estaría fortaleciendo un sistema que ya de por sí es concentrado e injusto, donde la renta generada en el agro termina en pocas manos.
PB: En nuestro país esta planteado con una fuerte presión sobre los territorios, que apunta a ampliar la frontera agrícola, a seguir deforestando sin analizar el impacto que tiene esto sobre el cambio climático. Por un lado se intenta disminuir las emisiones de dióxido de carbono suplantando combustibles fósiles por biocombustibles, pero al mismo tiempo se deforesta. En el país se está discutiendo sobre integración energética, y es probable que intenten avanzar sobre la región grandes obras como gasoductos, represas, emprendimientos hidrocarburíferos, y realmente creemos que es un momento importante para exigir a los gobiernos que se amplie la participación ciudadana en la toma de decisiones sobre las grandes obras, sobre todo de las poblaciones de territorios que se van a ver afectadas. En la medida en que no podamos discutir la base de la cuestión es muy difícil discutir energía en abstracto, sino siempre vamos a estar tratando de correr con la producción de energía a un consumo creciente e indiscriminado. En la medida que no avancemos sobre el para qué y para quién, es muy difícil avanzar en el núcleo de la cuestión energética.
Programa Argentina Sustentable
Fuente: Amigos de la Tierra