Ecuador: manifiesto por la soberanía alimentaria frente a la crisis alimentaria
"Fortalecer y defender nuestra soberanía alimentaria es fundamental y debe convertirse en parte de la agenda prioritaria del Estado. Nuestra vida y nuestras culturas comunitarias dependen de que ahora tomemos la decisión a favor de la biodiversidad; de la agroecología; de la atención preferente por los mercados locales y el nacional; por la alimentación sana, nutritiva y adecuada culturalmente; de descolonizar nuestras prácticas agrícolas y de consumo; de seguir tejiendo redes solidarias de intercambio entre el campo y las ciudades; de tener el coraje de volver a las fuentes donde nuestro país mantiene el potencial natural y cultural para ser soberano, de una vez por todas, frente a las empresas que por tanto tiempo han lucrado del agronegocio y ahora pretenden arrebatarle a la humanidad el derecho fundamental a la alimentación."
Varias organizaciones del campo y la ciudad, fieles a nuestra identidad andino amazónica, nos reunimos en Quito este 17 de Junio para analizar las causas e implicaciones de la crisis alimentaria, declarada insistentemente por organizaciones internacionales como la FAO y el Banco Mundial. Desde las prácticas cotidianas y comunitarias que impulsamos, realizamos y defendemos, como son la producción de alimentos libre de agrotóxicos, su distribución y comercialización alternativas, y el consumo consciente y responsable, nos pronunciamos para alertar a la población y demandar de las políticas públicas lo siguiente:
1 Un puñado de empresas transnacionales como Monsanto, Cargill, ADM, y las grandes cadenas de supermercados, son los mayores responsables del incremento de los precios de varios productos básicos como el arroz, aceite, trigo, entre otros. Aprovechándose del control que han acumulado dentro del sistema alimentario mundial, se han dedicado a especular con los alimentos, desatando crisis profundas en varios países, sobre todo en aquellos donde el Banco Mundial, el BID, el FMI, impusieron sus recetas de apertura de mercados. A consecuencia de esto, actualmente la cifra de hambrientos en el mundo es de casi mil millones de personas.
2 Otra razón para la crisis alimentaria, la expansión de agrocombustibles en suelos actualmente dedicados al cultivo de alimentos, resulta inaceptable. Por esta razón rechazamos el actual Plan Agropecuario para el Ecuador, que impulsa la expansión de al menos 150 mil hectáreas de monocultivos de caña, palma aceitera y maíz, para la obtención de etanol y bio-diesel en función de responder a demandas del mercado internacional. Esto sin contar las 50 mil hectáreas de piñón, cuya siembra se está impulsando en Manabí.
3 Sin embargo, nuestra mayor preocupación tiene que ver con las soluciones que se están impulsando para supuestamente enfrentar la actual crisis de alimentos. Durante su reciente cumbre, del 3 al 5 de junio, la FAO selló un convenio para una “nueva revolución verde” basada en mayor liberalización de mercados y más tecnología tóxica. Lamentablemente, nuestro país estaría insertándose dentro de esta tendencia. Se ha denunciado, por ejemplo, que bajo la equivocada justificación de que es necesario incrementar la producción agrícola, estaría por difundirse semillas transgénicas en el campo ecuatoriano. Así mismo, se han lanzado, vía decreto ejecutivo del pasado viernes 13 de junio, un conjunto de medidas que incluyen el subsidio al uso de agrotóxicos a través de devolver a los agricultores lo que gasten en estos venenos, y de exonerar del IVA a las empresas que los importan.
4 Rechazamos rotundamente la utilización de la crisis alimentaria para agravar las condiciones de dependencia en que ya se encuentran miles de familias campesinas, que son obligadas a comprar a las empresas las semillas y el paquete de agrotóxicos. Esto ha llegado al extremo de poner a muchos campesinos, mediante la agricultura-bajo-contrato, en condiciones de semi esclavitud, al servicio de empresas como Pronaca o Agripac.
5 En nuestro país muchas comunidades campesinas e indígenas han logrado sobrevivir a la pesadilla de la revolución verde, cuidando y últimamente rescatando y recuperando biodiversidad en base al intercambio generoso de semillas que los abuelos, sabiamente, supieron conservar y ahora hacen posible que renazca la agriCultura, dándonos a todos la oportunidad de volver a empezar, y reconciliarnos con la Pachamama.
6 Fortalecer y defender nuestra soberanía alimentaria es fundamental y debe convertirse en parte de la agenda prioritaria del Estado. Nuestra vida y nuestras culturas comunitarias dependen de que ahora tomemos la decisión a favor de la biodiversidad; de la agroecología; de la atención preferente por los mercados locales y el nacional; por la alimentación sana, nutritiva y adecuada culturalmente; de descolonizar nuestras prácticas agrícolas y de consumo; de seguir tejiendo redes solidarias de intercambio entre el campo y las ciudades; de tener el coraje de volver a las fuentes donde nuestro país mantiene el potencial natural y cultural para ser soberano, de una vez por todas, frente a las empresas que por tanto tiempo han lucrado del agronegocio y ahora pretenden arrebatarle a la humanidad el derecho fundamental a la alimentación.
Quito, 17 de junio del 2008
Red de Ecologistas Populares