Desarrollismo y fase de commodities: la agricultura de Ecuador en la crisis capitalista
La línea ecuatorial es un paralelo, pero para analizar la evolución rural ecuatoriana en los últimos años requerimos de una mirada que reconozca varios paralelos. En la República del Ecuador de la segunda década del siglo xxi, la ruralidad tiene una trascendencia social y geográfica relevante: 30% de la población habita en zonas rurales; asimismo, es uno de los países con mayor biodiversidad del continente, a la par de una gran diversidad étnica: pueblos y nacionalidades indígenas, afrodescendientes y montubios tienen su principal asentamiento en territorios rurales.
La agricultura es una actividad económica importante: alrededor de 70% de los alimentos que consume el conjunto de la población nacional proviene de la producción local; a esta actividad también le corresponden los principales rubros de exportación no petrolera.
Sin embargo, en Ecuador, la ruralidad en general y la agricultura en particular están atravesadas por profundas inequidades y contradicciones estructurales; la modalidad colonial hacendataria-colonial pervivió hasta los años setenta del siglo xx, cuando se implementaron dos procesos de reforma agraria, y aún persisten rezagos; adicionalmente, el modelo primario-exportador se consolidó a principios del siglo xx y se mantiene predominante en lo que va del siglo xxi. La concentración de la tierra, y en general de los recursos naturales, es un tema estructural complejo, pues atraviesa por construcciones de poder económico y político profundas. Mientras las unidades productivas con una extensión mayor a las cien hectáreas controlan la tercera parte de la tierra cultivada, pese a representar sólo 2%, en contraste, las que cuentan con una extensión de hasta 2.5 hectáreas controlan apenas 15% de la tierra cultivada, pero representan 50% de las unidades productivas.
El índice Gini de acceso a la tierra a mediados de los años setenta se ubicaba en 0.86 y apenas evolucionó a 0.76 para el 2014. Respecto a la pobreza en Ecuador, ha evolucionado de la siguiente manera: para el sector rural, en el 2006 se reconocía que 60% de la población vivía en condiciones de pobreza, y eso cambio en el 2013, a 42%. El registro sobre extrema pobreza en las zonas rurales se ubicaba en 17% en ese mismo año.
Por condición étnica, los niveles de pobreza, para 2013, eran los siguientes: población indígena, 50%; población afroecuatoriana, 34%; población montubia, 43%. De manera paralela a esta condición estructural tenemos el dinamismo de los procesos sociales. En la historia reciente de Ecuador, un evento importante fue la posibilidad de que los movimientos sociales indígenas y campesinos pudieran, en el transcurso de los años noventa e inicios de los 2000, articular un programa de cambio para interpelar a todo el país y poner en cuestión los fundamentos del Estado-nación estructura do a lo largo de los siglos anteriores.
Pero el régimen económico y político que emerge de este proceso social, el posneoliberalismo del 2007 y los años siguientes, lo subordina a un proyecto de modernización capitalista donde el eje para el campo es el incremento de la productividad. Esta evolución no puede entenderse si no se considera la situación global de la “fase de los commodities” como parte de la evolución de la crisis capitalista, que se expresa con la quiebra del sistema financiero en 2007-2008 y sus variantes de salida. La denominamos “fase” para indicar que se trata de un periodo económico, social y político específico, que se caracteriza por un inusitado incremento de precios de las materias primas por factores característicos de la coyuntura, una vía de escape de los capitales especulativos para paliar la crisis que ellos mismos desencadenaron.
- Para descargar el documento completo (PDF) haga clic en el siguiente enlace: