Derechos vulnerados: la expansión del modelo minero-energético en Argentina y Chile
"Los proyectos de fuentes caracterizadas como ambientalmente amigables logran eclipsar que son una nueva expresión del proceso de enajenación de las fuentes y de mercantilización de la energía. Así, la crítica focalizada en los impactos ambientales deja flancos libres para el avance del capitalismo verde."
Por Hernán Scandizzo / Periodista, investigador del OPSur.
Los proyectos energéticos ocupan un lugar importante en el acumulado de luchas ambientales sostenidas durante los últimos treinta años en Argentina. La oposición a la construcción de represas, al desarrollo de centrales nucleares, a la ampliación de la frontera hidrocarburífera, las denuncias por la contaminación petrolera, la negación a que se instale la central carboeléctrica de Río Turbio (Santa Cruz), son algunos de los derroteros, con suertes diversas. En el momento actual confluyen fuertes debates y movilizaciones contra la avanzada del fracking –que es una realidad a partir del Yacimiento Petrolífero de Vaca Muerta y que lentamente se extiende a la Patagonia Austral–, la central nuclear proyectada en la provincia de Río Negro y las represas sobre el río Santa Cruz. Durante décadas los impactos socioambientales de las diferentes fuentes ocuparon un lugar preponderante en nuestras críticas, en la construcción de discursos y de saberes, pero no siempre nuestros análisis avanzaron sobre las relaciones sistémicas que determinan la necesidad y la escala de esos proyectos. Es decir, no siempre tuvimos en cuenta la centralidad que la energía tiene para la superveniencia del capitalismo, que demanda el crecimiento constante.
Fuente: OPSur
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