Declaración Política IV Asamblea de la Juventud de La Vía Campesina
"Luchamos por la democratización de nuestras sociedades y la total participación de las/los jóvenes en los procesos políticos y de toma de decisiones. Debemos asegurar que en nuestras organizaciones y movimiento los y las jóvenes puedan desarrollar sus capacidades de liderazgo. Exigimos políticas públicas fuertes, incluyendo una Reforma Agraria Popular e Integral para garantizar que las/los jóvenes tenemos el derecho de conservar y permanecer en la tierra."
Nosotros, las jóvenes de La Vía Campesina, nos encontramos en nuestra IV Asamblea en Euskal Herria para fortalecer nuestro movimiento por la Soberanía Alimentaria. Somos campesinos, campesinas, pescadores, pescadoras, pueblos Originarios, de diversas partes del mundo África, ambas Américas, Europa, Asia y Oriente Medio y representamos a organizaciones de 47 países. Nos reunimos para intercambiar ideas, desarrollar estrategias y alzar la voz de las /los jóvenes.
Las luchas de la juventud son el reflejo del contexto político mundial que nos afecta directamente. La crisis mundial tiene dimensiones económicas, sociales, políticas, culturales y ambientales. Nos enfrentamos a un ataque creciente a la democracia de la mano del capitalismo. Experimentamos violencia estructural y la criminalización de nuestros movimientos sociales, así como nuestras luchas. Cada vez más activistas ambientales y campesinos y campesinas son perseguidos y asesinados. Sufrimos migraciones forzosas debido a las guerras, al cambio climático y a las condiciones opresivas económicas y sociales. Las industrias extractivas, incluyendo el agronegocio, las actividades mineras y el sector de las energías renovables (plantas hidroeléctricas, parques solares, etc.) se apropia de nuestros recursos (tierra y territorios, semillas, recursos marinos y agua, etc.). El trabajo de las/los jóvenes y de los migrantes está infravalorado y brutalmente explotado.
El patriarcado y la discriminación por razón de edad restringen nuestra visibilidad y participación en los procesos y espacios de toma de decisiones. Los medios de comunicación dominantes capitalistas continúan propagando la noción falsa de que no hay futuro en el campo y que la prosperidad solamente se encuentra en el empleo formal y urbano.
La tierra y los territorios ahora se ven como mercancías, explotados por la inversión especulativa y el acaparamiento de tierras, lo que provoca altos costes y disponibilidad limitada, esto restringe la capacidad de la juventud de tener acceso a la tierra, especialmente para las mujeres jóvenes. Al mismo tiempo, la cruda realidad y los bajos ingresos en agricultura hacen más difícil que los jóvenes puedan prosperar en la tierra. El acaparamiento de tierras por parte del capital transnacional para invertir en industria, producción de energía, extractivismo y desarrollo de un lugar común. Además, los efectos severos y diferenciados del cambio climático hacen que la situación se agrave cada vez más.
Todo ello, hace que estos procesos nos obligan a la juventud campesina a migrar y a dejar las áreas rurales. La juventud está siendo despojada de nuestros territorios y de su oportunidad y responsabilidad de seguir teniendo un papel importante en el proceso de alimentar a los pueblos y de cuidar a la Madre Tierra. El campo tiene una población envejecida, lo que provoca unas consecuencias directas y urgentes para el presente y el futuro de la Humanidad.
Luchamos por la democratización de nuestras sociedades y la total participación de las/los jóvenes en los procesos políticos y de toma de decisiones. Debemos asegurar que en nuestras organizaciones y movimiento los y las jóvenes puedan desarrollar sus capacidades de liderazgo. Exigimos políticas públicas fuertes, incluyendo una Reforma Agraria Popular e Integral para garantizar que las/los jóvenes tenemos el derecho de conservar y permanecer en la tierra.
Insistimos a la ONU a que adopte la Declaración de los Derechos Campesinos y Campesinas, afirmando nuestro derecho universal como jóvenes a la tierra, las semillas, la autodeterminación y la Soberanía Alimentaria.
Condenamos los asesinatos, injusticias y masacres del capitalismo patriarcal. Declaramos nuestra solidaridad con todos los pueblos oprimidos que luchan por la paz y la dignidad.
Basándonos en nuestra experiencia, rechazamos la afirmación de que el libre comercio aumenta el bienestar de nuestra sociedad. Solicitamos que la producción de alimentos y bienes naturales se excluya de los acuerdos de comercio y exigimos que nuestra voz de jóvenes campesinos y campesinas sea reconocida en todos los procesos relacionados con la toma de decisiones.
La agroecología campesina es el único camino para la Soberanía Alimentaria y la solución para la crisis mundial a varios niveles. Nuestra agroecología es una visión ideológica, una forma de vida y una fuente de conocimiento que proviene de nuestros ancestros. Rechazamos cualquier tipo de cooptación por parte del agronegocio. Hemos creado en nuestro movimiento varios procesos agroecológicos y escuelas que están creciendo en todo el mundo con una gran variedad de experiencias positivas. Reafirmamos la formación agroecológica como un proceso integral, fortaleciendo las visiones técnicas, políticas e ideológicas, incluyendo las capacidades comunicativas clave y las herramientas metodológicas. Valoramos el método de campesino a campesino usado en nuestras escuelas agroecológicas como un instrumento exitoso e importante para compartir conocimientos y fortalecer la comunicación y los procesos de formación en nuestros movimientos de la Vía Campesina. Reconocemos que esta técnica respeta los conocimientos tradicionales de nuestros territorios y de nuestros pueblos, para así transformar esa experiencia a otras generaciones. Nos proponemos expandir y defender nuestra metodología de formación en agroecología y colocarlo de manera tal que sea accesible a todo nuestro movimiento y en todo el mundo.
Estamos trabajando para reducir las diferencias entre la juventud rural y la urbana. Los retos a los que nos enfrentamos, aunque puedan parecer diferentes, son el resultado de las mismas fuerzas opresoras del capital global y de poder. Debemos incluir en nuestro movimiento a toda la juventud que participa en la agricultura urbana, que intenta volver a la tierra, que construye Soberanía Alimentaria comunitaria o que trabaja para la justicia social.
No hay Soberanía Alimentaria o justicia sin feminismo e igualdad para todos y todas. Debemos reconocer y respetar la diversidad en todas sus formas, incluyendo razas, género, sexualidad y clase. Eliminaremos el patriarcado y la discriminación donde quiera que exista. Nos comprometemos a la difícil tarea de auto evaluarnos y evaluar las maneras en las que podemos eliminar el patriarcado y el racismo.
La lucha de la Juventud en el mundo no es solo nuestra. Necesitamos continuar creando solidaridad y convergencia entre nuestras luchas mediante el intercambio de información y la creación colectiva de conocimiento
Nosotros y nosotras, la juventud de La Vía Campesina, a través de la lucha constante y la movilización activa, debemos sacar nuestra convicción de gran diversidad cultural, geográfica, de identidad y de idiomas para continuar fortaleciéndonos.
Reafirmamos nuestra lucha por la tierra, los territorios y nuestro derecho colectivo a los recursos necesarios para practicar la agroecología campesina como forma de vida. Reafirmamos nuestra capacidad, compromiso y derecho a cumplir con nuestra función esencial en la construcción de la Soberanía Alimentaria. Las semillas que plantamos en el presente nos alimentarán en el futuro. La tierra está lista y es fértil.
Invertir en la juventud campesina ¡Sembrar presente para cosechar futuro!
Fuente: La Vía Campesina