De cómo la crisis hace visible la red de nuestros bienes comunes
Tener en cuenta el rol de los bienes comunes obliga a una reorientación fundamental de la idea dominante de la propiedad. Disponer de bienes comunes con una orientación utilitaria tiene desventajas graves para la mayoría de los seres humanos en el presente y el futuro. Lo muestran el cambio climático y el consumo, que agota los recursos naturales, y también la economía financiera cuyo afán de lucro ha roto con cualquier vínculo.
La explosión en el avance del conocimiento, la tecnología y la productividad posibilitó un acrecentamiento sin precedentes de la riqueza privada durante los dos últimos siglos.No obstante que ello mejoró nuestra calidad de vida en muchos sentidos, a la vez hemos permitido que las fuentes se agoten y la riqueza social merme. Las crisis, interrelacionadas de múltiples maneras, lo hacen evidente. La crisis de finanzas, de economía, de alimentación, de energía y de medios ecológicos de subsistencia. Las crisis han provocado que se incremente en las personas la conciencia por la existencia y la importancia de los bienes comunes. Los bienes comunes naturales son indispensables para nuestra supervivencia, los bienes comunes sociales aseguran la cohesion social y los bienes comunes culturales son requisito para nuestro desenvolvimiento individual. Es tiempo que enfoquemos nuestro entusiasmo y nuestra creatividad, nuestros medios y nuestros talentos en el acrecentamiento de la riqueza social. En aras de este objetivo tenemos que cambiar las estructuras en la política, la economía y la sociedad.
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