Costa Rica: manifiesto sobre las semillas criollas
Encuentro de personas del campo convocado por MAOCO: "Las semillas criollas son el futuro de nuestros países latinoamericanos, o Latinoamérica se queda sin futuro. Ellas son parte de nuestra cultura ancestral, parte de nuestra historia, un pedazo de nuestras vidas"
Guadalupe de San José, 17 y 18 de abril 2007
Nosotras y nosotros, hijas e hijos de la tierra que como semillas regamos diariamente nuestros sudores en el territorio de Costa Rica, reunidos en el Día internacional de la lucha campesina,
MANIFESTAMOS QUE:
- Para las personas del campo un derecho fundamental es el cultivo, cuidado e intercambio de la semilla criolla.
- Nuestra experiencia nos enseña que los cultivos y productos orgánicos son sinónimo de salud para todas las personas, promoción del campesinado, organización comunal y Vida plena.
- Las semillas criollas son el futuro de nuestros países latinoamericanos, o Latinoamérica se queda sin futuro. Ellas son parte de nuestra cultura ancestral, parte de nuestra historia, un pedazo de nuestras vidas.
- La persona del campo que no cumpla el mandato bíblico de "cuidar la creación" y descuide sus semillas criollas, no merece el nombre de agricultor, pues su cultura no es del agro.
- Nos desconcierta que nuestros legisladores no vislumbren la tragedia que significará para las personas que trabajan la tierra, la eventual aprobación de los convenios UPOV y de Budapest en los cuales se considera las semillas una simple mercancía o microorganismo comerciable más.
- El alarmante crecimiento de monocultivos en nuestras regiones atenta contra el ambiente, elimina animales y plantas necesarios para mantener el equilibrio ecológico, contamina los suelos y las aguas con agroquímicos, despierta plagas poco comunes y en no pocos casos irrespeta nuestra cultura local. El modelo de desarrollo vigente lleva a la exclusión de la gente del campo.
- Los tres cantones de nuestro país que se han declarado libres de cultivos transgénicos (Santa Cruz y Nicoya de Guanacaste y Paraíso de Cartago) se han convertido para la gente del campo en gobiernos municipales modelos dignos de imitarse.
POR LO TANTO:
- Nos oponemos a los tratados comerciales entre naciones (Convenio UPOV, TLC) que sólo nos permiten guardar semilla para fines no comerciales y dejan por fuera el derecho al intercambio, venta y propagación del material de nuestras fincas
- Pedimos a los Gobiernos Locales tomar en serio la intromisión de cultivos transgénicos que atenta seriamente contra otros cultivos y la salud de los habitantes del cantón. Deseamos que muchos otros se unan en valientes declaratorias que los hagan ver con transparencia libres de esas manipulaciones genéticas perjudiciales. Del mismo modo los convocamos para que estimulen y promocionen las ferias orgánicas e intercambios de semillas criollas.
- Pedimos a nuestros legisladores implementar acciones para proteger, conservar e incentivar el uso de la semilla criolla, natural, orgánica, como patrimonio de la humanidad y no de pocas transnacionales.
- Pedimos a los líderes religiosos de nuestras Iglesias, que nos hanenseñado que la Palabra de Dios es como un puñado de semillas regadas por nuestros caminos, a que escriban comunicados y Cartas Pastorales que manifiesten el valor espiritual y material de la semilla para las personas del campo.
- Debemos compartir e imitar los adelantos de la gente del campo cubana que en situaciones más difíciles que la nuestra han salido adelante y hoy son modelo en el cuidado y conservación de la semilla criolla.
- Nosotros nos comprometemos a levantar "Santuarios de semillas" donde se recojan, cuiden, multipliquen e intercambien con veneración las semillas criollas producidas ancestralmente por la sabiduría de las personas del campo.
- Nosotras, mujeres del campo, nos comprometemos a ser "Sacerdotisas de la Semilla Criolla", multiplicándola, haciéndola crecer, cuidándola y fomentando en todas las mujeres y hombres de buena voluntad un culto de respeto y valoración junto a nuestros esposos, hijas e hijos más pequeños.
Dado en San José, Costa Rica el 17 de abril de 2007