Conocimiento y manejo del bosque. Los Uitotos en la Amazonia colombiana, por Hernando Castro Suárez y Sandra Galán Rodríguez

Los pueblos denominados como gente del centro (Andoke, Uitoto, Muinane y Nonuya) han vivido en la selva húmeda tropical de la Amazonia y han desarrollado un conocimiento propio en el uso y manejo de los recursos naturales durante miles de años, que es fundamental para la preservación de la biodiversidad y de las múltiples culturas que sobreviven en Colombia

Publicado en Revista Biodiversidad, sustento y culturas N° 38

La Fundación Tropenbos Colombia viene apoyando el proceso de investigación propia que realizan los indígenas de la región de Araracuara Medio Río Caquetá, en el cual se han desarrollado trabajos encaminados a explorar el saber indígena en cuanto al uso y manejo del bosque, y que además sirve como puente para el acompañamiento por coinvestigadores indígenas en trabajos relacionados con los sistemas de producción, la utilización de los recursos naturales y de la biodiversidad de la zona.

"Nadie, aparte de nosotros mismos, puede determinar el futuro de los recursos naturales en nuestro territorio del Medio Río Caquetá. Para organizar nuestro futuro debemos organizar primero el pensamiento, la palabra y obra en nuestro territorio; ya que en él está el conocimiento, la educación, la salud, los recursos naturales y la vida. También reconocemos que debemos llegar a relacionarnos armónicamente con las otras culturas, aprendiendo de ellas y enseñándoles lo que sabemos". (Testimonio de Hernando Castro).

De este apoyo surgen propuestas como la esbozada en este artículo, donde se conjuga el interés de un indígena Uitoto de elaborar el calendario ecológico y recopilar el origen de su etnia _con la visión de manejo y enriquecimiento del bosque a través del uso de frutales cultivados en los rastrojos de un núcleo familiar Uitoto en Araracuara_, y el interrogante planteado y desarrollado como tesis de grado por una estudiante de ecología de la Universidad Javeriana.

La comunidad indígena El Guacamayo está ubicada en la región de Araracuara Medio Río Caquetá. Los pueblos de la región presentan algunas características socioculturales comunes entre las que se destacan el sistema de producción basado en utilizar tres espacios de manera sostenible, como es el monte, el río y la chagra. El sistema de producción tradicional chagra, rastrojos y monte de los indígenas en el Medio Caquetá, se establece a partir de la organización del conocimiento heredado de generación en generación, por miles de años, sobre la estructura del monte, intercalado con la utilización de diferentes unidades de paisaje, la siembra de gran diversidad de especies y técnicas propias de uso del suelo.

El establecimiento de la chagra culmina después de un recorrido de cinco etapas, en las cuales se manifiesta todo el conocimiento del agricultor indígena en cuanto a la selva que lo rodea; estas etapas, en su orden, son:

1. Elección del suelo, según lo que va a sembrar;

2. Socola o roza de masetas, bejucos, plantas pequeñas, etc.;

3. Tumba de los árboles grandes;

4. Quema del área socolada y tumbada; y

5. Siembra de las diferentes especies tradicionales.

El sistema de producción y utilización del bosque se compone de áreas con cultivos transitorios generalmente menores de 2 ó 3 años - conocidas como chagras -, y de áreas con cultivos permanentes más antiguos _llamados rastrojos_ que se encuentran en etapa de regeneración. La comunidad tiene una producción de subsistencia y autoconsumo, basada principalmente en el cultivo tradicional, la caza, pesca y recolección de frutas en el monte (bosque natural). Este sistema se caracteriza por la presencia de una gran diversidad de especies y variedades que de forma escalonada se van estableciendo en el ecosistema. El resultado es una permanente disponibilidad de alimentos y materiales para otros usos.

"Uno siembra la yuca en toda la chagra (yuca dulce, brava y manicuera), la manicuera en lo bajo, la dulce en el centro, la de rallar en las orillas para arrancarlas rápido. Hay que dejar una semilla en la mitad para que el viento no la tumbe y la semilla crezca alto y rápido. Después vienen las hortalizas, batatas, fríjol, ñame, mafafa y dale dale, se siembran donde más se quemó la tierra y hay ceniza. La coca se debe sembrar por surcos, en la parte alta y se transplanta a los 3 años. Por aparte se siembra la piña. Para proteger la chagra de los animales se siembra bidi que suena y habla. Uno organiza siempre el trabajo, debe comenzar de abajo, nunca de la loma hacia acá, abajo quedaría canangucho que no va a secar las fuentes de agua, a continuación viene tabaco en la parte húmeda y ahí mismo también está la manicuera; en el medio quedaría uva, el guacure y los demás frutales, arriba en la orilla no tiene ningún problema, en la loma vaya y siembre chontaduro". (Testimonio de Iris Andoque).

El manejo de la selva es regulado por el calendario ecológico propio, ajustado a los ciclos anuales, las fases lunares y los cambios ambientales, entre los que se destacan los climáticos e hidrológicos, y en el cual es visible la capacidad de observación que poseen todos los indígenas.

"El tiempo, los meses, la época y el ciclo eso es lo que se tiene en cuenta, entonces hay tiempos por decir que vienen epidemias, nosotros hablamos más que todo por lunas, de pronto hay otros seres que también anuncian, también se mira por el tiempo de florecimiento, cuando florece de pronto el barbasco del monte está marcando invierno, cuando ya termina de florecer entra el dolor de cabeza (enfermedad)". (Testimonio de Aurelio Suárez).

El bosque o monte es un espacio que se podría definir culturalmente como centro de asentamiento, experimentación, aprendizaje, transformación y adaptación de los pueblos étnicos que habitan la región.

"La madre de creación ya había dicho al hombre que si encuentra bejucos no los debe perder, eso le puede servir para posteriormente, para que con ella saque tiras y pueda ser canasto de ella; el llarino también le puede servir para cernidor o colador, es un material útil para cuando ya esté la yuca; igual manera está el matafrío, no puede perder ese carguero porque o si no con que va a exprimir la masa; el incienso es cuando se siente mal, dolor de cabeza, otro ambiente con ella usted puede despejar ese ambiente de noche; para la luz de su casa puede traer el popay. Antes de jechar la chagra o antes de la cosecha ya tiene cernidor, ya tiene colador, ya tiene canasto, ya hizo rayador, matafrío". (Testimonio de Aurelio Suárez).

"Desde un principio todas las cosas fueron creadas y ordenadas por un padre creador, reproducidas y armonizadas por la madre naturaleza y administradas por las personas humanas. El creador nos entregó la palabra de cómo cuidarla y administrarla para que no haya desequilibrio". (Testimonio de Hernando Castro).

Según la visión indígena, el origen del bosque se puede transcribir por un solo camino, pero en las diferentes narraciones persiste el origen único a partir del aire, nubes, agua y árbol-yerba, que conlleva al conocimiento tradicional del mundo uitoto; un oriente occidente y un abajo (sur) arriba (norte), dimensiones que requieren espacios como el bosque y el río para su definición.

"De acuerdo a los principios de cada grupo étnico viene la realidad, el origen tiene un solo principio, pero la tradición ya depende de las etnias, clanes; es diferente, la tradición trae el manejo más que todo del suelo, la parte ecológica depende de la tradición de la etnia, el origen es uno solo tanto para los animales como para el hombre, naturalmente la madre naturaleza orienta, administra y cuida la parte de conocimiento, la parte humana eso es lo que se orienta acá". (Testimonio de Aurelio Suárez).

El árbol-yerba traspasó la tierra hasta el padre creador, es considerado la primera yuca; este árbol-yerba dio firmeza al mundo, alrededor de éste se formaron las demás capas de la tierra, arriba para los humanos y abajo para los animales. A partir de este momento se da el proceso de creación, aparecen los cuatros estantillos o primeros árboles, llamados capitanes, por que de allí saldrá la descendencia de las tribus; estos árboles son también las futuras estructuras de la maloca, representación microcósmica que persiste y contiene los patrones culturales aún inmodificados. El bosque en aquellos tiempos míticos de la creación, donde el hombre aún era pensamiento, era el espacio donde germinaba la semilla de yerba que daría comienzo a la vegetación.

"Independizarse de la madre de creación, es el mal que se le dio al hombre, mas antes el hombre vivía de todos los alimentos silvestres pero hubo problemas, no había entendimiento, no había unidad por eso la madre de verano trajo directamente los alimentos, los condimentos, medicamentos para independizarse del hombre, ella regresó convertida en diferentes especies de semillas, para sembrarlas ella vino con el nombre de madre de verano, ella misma es". (Testimonio de Aurelio Suárez).

La capacidad de los grupos indígenas de la región de conseguir su sustento alimenticio de un trozo de selva transformado, en el que han aprendido a manipular y a aprovechar semillas, suelos y condiciones ambientales, es una prueba más de que su conocimiento milenario es muy rico y útil en el ámbito de uso del bosque de manera sostenible. La visión indígena de uso temporal del terreno permite que durante mucho tiempo después de instalada la chagra, aun en el bosque maduro, se encuentren algunas especies frutales u otra especie que demuestra el manejo escalonado que tienen los habitantes de su entorno.

"Uno mira los espacios, cuando se levanta el rastrojo quedan espacios donde hubo piña y coca, que se limpiaba. Cuando hay frutales grandes es cuando uno dice que es chagra de frutales". (Testimonio de Aurelio Suárez).

La diversidad está condicionada a las especies con más significado y ventajas, pero aun así son numerosas las variedades de frutales que se pueden encontrar en los rastrojos de una familia indígena; esto los convierte en agricultores con un amplio conocimiento y una muy considerable experiencia agrícola. Estas especies son sembradas año tras año con el fin de conseguir un abanico de plantas en diferentes estados de crecimiento, además intervienen sobre los procesos de regeneración, lo que los hace unos agricultores enriquecedores del bosque.

"Dicen los ancianos a lo que hay que poner cuidado más que todo: en la parte donde uno siembra lo que es tubérculo y hortalizas son a las malezas, y en cambio en los frutales son los árboles que deben tener su mantenimiento; los árboles grandes decimos que son poderosos, se desaparecen, mientras una maleza no". (Testimonio de Aurelio Suárez).

La presencia de frutales en el bosque en regeneración no es al azar, el reemplazo de su equivalente silvestre es una característica típica dada por la necesidad de una reciprocidad con la naturaleza de la que se espera un buen rendimiento.

"Cuando uno va a hacer chagra, pide permiso, es como un convenio. En el monte hay uva de monte, caimo de monte, guamo, chontaduro de monte que es el coco espinoso, estos frutales son de los animales, uno dice yo voy a tumbar y luego reemplazo todo lo que tumbe por frutales domesticados, si tumbé laurel silvestre siembro laurel, si tumbé palmas siembro canangucho o chontaduro, entonces cuando estos frutales crezcan en los rastrojos se comparte con los animales". (Testimonio de Hernán Moreno).

La selección de las semillas, la técnica de siembra y la distribución de los árboles en el campo de cultivo son el aporte del agricultor indígena para que estas especies se conviertan en un recurso útil a la familia y sean el medio por el cual se enriquece un bosque después de que ha sido fabricado de nuevo.

"Dentro de la cosmovisión indígena se ve de manera integral la relación hombre naturaleza; el territorio es nuestra madre, somos hijos de ella y por lo tanto la cuidamos con la palabra, herencia de nuestros antepasados y alimento para el conocimiento, crecimiento y desarrollo de la vida en armonía con la naturaleza. La recuperación del saber tradicional de los mayores en cuanto a la utilización de los recursos naturales y llevarlos a diferentes diseños, es lo que los mayores dicen: hacer amanecer la palabra". (Testimonio de Hernando Castro).

Para lograr que este tipo de trabajos se implementen y den frutos en toda la región se requiere de una mayor socialización de los resultados, pues se están elaborando gran cantidad de materiales que no son presentados en todas las comunidades de la región y por lo tanto no son utilizados en la enseñanza. Es necesario que los trabajos desarrollados en las diferentes líneas de investigación se integren para conseguir que se solidifiquen propuestas que generen alternativas económicas que incentiven la participación de las comunidades indígenas de la zona en trabajos que involucran el saber propio de las diferentes etnias.

En la investigación con comunidades la herramienta clave es el diálogo de saberes tradicional y occidental, pues así se conjugan los conocimientos que las dos culturas han desarrollado por años permitiéndonos construir una visión global.

(*) Hernando es un indígena Uitoto habitante de la comunidad "El Guacamayo"; Sandra es estudiante de Ecología de la Pontificia Universidad Javeriana. Este es un resumen del artículo publicado en el Nº 20 de la Revista Semillas, agosto de 2003.

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