Comunidades indígenas buscan crear una reserva ante la desaparición del bosque de La Mosquitia

Idioma Español
País Honduras

Varias comunidades indígenas de Honduras están tratando de establecer la reserva antropológica indígena Warunta, que les permitirá continuar con sus prácticas tradicionales de caza y pesca mientras gestionan el bosque junto con el Gobierno. La reserva abarcará 65 369 hectáreas en el departamento de Gracias a Dios, cerca de la frontera con Nicaragua.

En las últimas décadas, La Mosquitia se ha convertido en una de las regiones más peligrosas de Honduras. El narcotráfico, la ganadería y la tala ilegal han invadido los bosques y montañas aislados que se extienden a lo largo de la frontera sur y se han convertido en parte de una lucha cotidiana para muchas comunidades indígenas.

Las zonas protegidas de La Mosquitia, como las reservas de la biosfera de Río Plátano y Tawahka Asangni, reciben algunos recursos del Gobierno para hacerle frente al problema, pero los datos satelitales muestran que la  deforestación está aumentando incluso en estos lugares. Como resultado, algunas comunidades indígenas están tratando de establecer su propia área protegida cerca, administrada y controlada por quienes residen allí.

“Los mismos ancianos de la comunidad que protegieron esta zona durante muchos años hoy se ven obstaculizados por forasteros que han invadido la tierra ilegalmente”, dijo a Mongabay Daniel Kiapa, representante legal de varias comunidades indígenas de la zona. “Esperamos que haya paz en los próximos años y que el bosque se regenere”.

El área protegida que quieren crear no será un parque o reserva tradicional, ya que tales designaciones crearían restricciones para las comunidades indígenas, que todavía dependen de las prácticas ancestrales de la caza, la agricultura y la recolección de plantas con fines medicinales. En cambio, será una reserva antropológica indígena, con una zona de usos múltiples donde las comunidades podrán utilizar los recursos naturales.

La reserva antropológica indígena Warunta, que se proponen abarcará 65.369 hectáreas en el departamento de Gracias a Dios, en territorio gobernado por el Consejo de Ancianos de La Mosquitia (conocido como Bakinasta). En la zona están presentes los pueblos indígenas miskito, pech, tawahka y garífuna, que suman alrededor de 8000 habitantes en 15 comunidades.

Los residentes indígenas le dijeron a Mongabay que durante años han visto cómo los forasteros invadían sus tierras privadas, que tienen un título comunal, para talar el bosque para la ganadería,  una práctica frecuente de lavado de dinero entre los narcotraficantes en esta región de Honduras. Dijeron que otros grupos han aprovechado la presencia débil del Gobierno en la zona para reclamar secciones de tierra y luego revenderlas a familias pobres que intentan poner en marcha establecimientos agrícolas y ranchos.

Los residentes explicaron que están asustados por los enfrentamientos violentos y las amenazas, y que la deforestación ha comenzado a interferir con sus prácticas tradicionales de caza y pesca, así como con la disponibilidad de plantas utilizadas en medicinas ancestrales. Comentaron que la madera de ciertos árboles utilizados para construir barcos, su principal medio de transporte, también se ha vuelto escasa.

Algunas comunidades informan tener dificultades para mantener sus tierras de labranza, donde cultivan arroz, frijoles, maíz, yuca, banana y muchos tipos de vegetales.

“En esa zona recolectan medicinas tradicionales y obtienen alimentos para sus hogares”, afirmó Kiapa. “Es donde obtienen carne y pescado para alimentarse, entre una serie de actividades culturales. Pero hoy es un territorio amenazado con una invasión masiva”.

Los líderes del Bakinasta le dijeron a Mongabay que, hasta el momento, se ha talado entre el 12 % y el 15 % de los bosques de las comunidades para convertirlos en pasturas.

Bosque primario (verde), deforestación de 2001 a 2023 (morado), deforestación en 2024 (rojo), reserva propuesta (línea negra).

Esta estimación coincide con los  datos satelitales de Global Forest Watch, que muestran que Warunta perdió el 13 % de su masa forestal primaria entre 2002 y 2023. Los datos muestran que la pérdida de bosques había ido aumentando gradualmente antes de alcanzar un pico del 250 % en 2023. Sin embargo, los  datos preliminares respecto de 2024 muestran que el año pasado puede haber sido incluso peor, con grandes franjas de bosque perdidas en toda la zona protegida.

Los datos e imágenes satelitales muestran que la mayor parte de la pérdida de bosques en Warunta en 2024 ocurrió en la primera mitad del año. Los picos de deforestación suelen estar relacionados con la estación seca, que comienza a finales de año y dura varios meses.

Los funcionarios planeaban crear un parque nacional en la zona a principios de la década de 2000, pero nunca concretaron el proyecto. Impulsadas por la creciente deforestación de los últimos años, las comunidades decidieron promulgar protecciones nuevas en 2023 en forma de una reserva antropológica indígena. A partir del límite original del parque nacional inacabado, harán modificaciones donde resulte apropiado para la nueva reserva.

Las nuevas protecciones podrían derivar en una mayor vigilancia en la zona por parte de las fuerzas armadas y del Instituto de Conservación Forestal, un organismo gubernamental, e incluso permitir la construcción de un centro de control de supervisión, según explicaron los líderes de Bakinasta. En este momento, es limitado lo que pueden hacer los pocos funcionarios presentes en la zona y, según la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (Wildlife Conservation Society, WCS), que está asesorando sobre el proyecto, sufren amenazas de muerte y exposición de su identidad.

Las comunidades que podrían utilizar la reserva ya completaron el proceso de consulta previa y dieron su consentimiento para avanzar. Se podría consultar a otras comunidades más alejadas para ver si tienen interés en ampliar la reserva en otras partes del bosque, según agregó Kiapa.

Varios organismos gubernamentales aún deben realizar estudios técnicos y levantamiento de mapas, lo que podría llevar el resto del año, dijo WCS. Después de eso, el parlamento hondureño tendrá que votarlo para convertirlo en ley.

“Nuestra gente está clamando por esto”, dijo Kiapa. “Nosotros, como habitantes, queremos que esta zona sea declarada zona antropológica indígena para poder tener un control eficaz”.

- Traducido del inglés por Selene Follonier.

Fuente: Mongabay

Temas: Defensa del Territorio , Pueblos indígenas

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