Colombia, Cauca: Minga de siembra para devolverle el equilibrio a la Madre Tierra
Las comunidades indígenas de Corinto continúan cumpliendo con el mandato ancestral de la liberación de la Madre Tierra, por eso convocaron a todo el pueblo del norte del Cauca a participar en la minga de siembra que se realizó los días 24 y 25 de marzo de 2015, en las haciendas que ocupan pacíficamente.
Ya han pasado más de tres meses de haber iniciado la Liberación de la Madre Tierra y la comunidad de Corinto continúa concentrada pacíficamente en las haciendas que hoy son propiedad de Ingenio
Incauca. Han llegado delegaciones de otros cabildos como Jambaló, Toribío, Tacueyó, de los cabildos de la ORIVAC, entre otros que siguen sumándose a su lucha. Continúan, a pesar de las dificultades propias de estas situaciones como la falta de víveres, el hambre, la incertidumbre al ser vigilados por los actores armados del estado y la guerrilla. A pesar de la cruel arremetida del ESMAD hace ya más de un mes (entre el 25 y el 28 de febrero), siguen fuertes y con ánimo, dispuestos a permanecer allí por tiempo indefinido y han decidido las condiciones en que entrarán en diálogo con el gobierno.
Tras varios espacios de reunión, las comunidades definieron y dejaron en claro que la Liberación es un proceso a largo plazo y para entrar en diálogo con el gobierno, primero éste debe entregar las cuatro fincas donde permanecen concentrados pacíficamente: Quebrada Seca, Miraflores, Cultivos y Caucana. Estos territorios, que fueron expropiados con violencia y muerte, les pertenecen ancestralmente a las comunidades indígenas nasa.
“Esto es un derecho inamovible e innegociable” declararon las comunidades. Que el gobierno devuelva estos territorios a sus legítimos dueños es la condición para luego se abran los espacios de diálogo sobre los acuerdos incumplidos, por parte del gobierno, y que corresponden a las haciendas La Emperatriz, El Japio, García Arriba, La Margarita, entre otras que la comunidad viene reclamando hace años (15.000 hectáreas de tierra aproximadamente). Sobre el derecho ancestral sobre los territorios, que declararon las comunidades, un guardia del cabildo de Corinto comentó que “el sentido de la liberación tiene dos objetivos. El primero es el mandato ancestral de liberarla del yugo de las multinacionales, de ese veneno al que la tienen sometida. El segundo es reclamar estos territorios “porque ancestralmente fueron de nuestros abuelos. De eso no hay duda, eso nos consta, ahí están las guacas donde nuestros abuelos se enterraron con sus tesoros”. Todos los comuneros tienen claros estos objetivos porque son principios ancestrales. Es por eso que no hay hambre, sol, represión o cualquier adversidad que los obligue a abandonar su lucha. Continúan con la convicción de seguir cumpliendo con el mandato ancestral de liberar la Madre Tierra, por eso convocaron a todo el pueblo del norte del Cauca a participar en la minga de siembra que se realizó los días 24 y 25 de marzo de 2015. Las comunidades se levantaron temprano el lunes 24 y por grupos de aproximadamente 100 personas se distribuyeron el trabajo de roce de caña y siembra de semillas. El sol ardía en los extensos lotes y la caña era alta y frondosa, pero en los brazos fuertes de los comuneros nasa, los cañaduzales de Ardila Lulle caían hojas de papel.
Las comunidades han ido adelantando el roce de la caña y para esta minga ya tenían lotes sembrado y otros listos para recibir las semillas. “La gente sabía que aquí se vino a sembrar y han estado trayendo muchos colinos de plátano, semilla de yuca, semilla de maíz. Ya hemos sembrado 10 arrobas de maíz, se puede ver ya el plátano y el frijol creciendo… La gente está muy entusiasmada y aquí se va a quedar” comentó un comunero. La minga de siembra es uno de los momentos más importantes del proceso de liberación porque es aquí donde se hace práctico ese objetivo de devolverle el equilibrio a la madre tierra a través de la limpieza y el cultivo de semillas orgánicas y variadas. “La gente tiene claro que esto tarde o temprano tenemos que convertirlo en una despensa de alimentos, porque la gente ya entiende que si permitimos que siga el monopolio de la caña vamos a sufrir de una gran hambruna. Para vivir dignamente como verdaderos hijos de la tierra, del sol y del agua y continuar el legado que nos dejaron nuestros antepasados” comentó un guardia indígena de Corinto. El segundo día de la minga, el martes 25 de marzo, el ejército ingresó en la mañana a la hacienda Miraflorez y destruyeron el sitio donde se encontraba la ‘Tulpa de los mayores’, al parecer aprovechando el cambio de guardia, le prendieron fuego. La tulpa es un lugar de respeto donde la comunidad y los mayores se reúnen a planear las labores colectivas y donde realizan los rituales de armonización. Los soldados también destruyeron gran parte de los cultivos que la gente había sembrado. Una vez más, la fuerza pública actúa cobardemente, a escondidas y sin poner la cara ni reconocer los daños que causan.
Mientras algunos miembros de la comunidad verificaban los daños ocasionados, el ejército se instalaba al pie del guadual en la hacienda Miraflores, justo al frente de donde un grupo de la comunidad cortaba la caña.
Un grupo de comuneros se acercaron a los soldados para exigirles que se retiraran de la hacienda, argumentando, una vez más, que la presencia de actores armados ponía en riesgo a la comunidad. El comandante salió a discutir con los comuneros y luego de casi una hora de alegato no se llegó a ningún acuerdo, los comuneros volvieron a sus labores de la minga y los soldados reiteraron que no se retirarían porque estaban obedeciendo órdenes. Cuando los comuneros seguían cortando la caña, aproximadamente 50 soldados se instalaban con cambuches y fogatas al pie del guadual, mientras varios de ellos tomaban fotografías y grababan videos de los comuneros que trabajaban en la minga. Es de recordar que este procedimiento es el que ha utilizado ESMAD, ejército y policía, en movilizaciones anteriores para abrir procesos de judicialización contra los comuneros que participan en estas acciones. Este tipo de registros en video y fotografías hechos por la fuerza pública son ilegales y violan el derecho a la protesta. La comunidad no se dejó amedrentar y continuó cortando caña a pesar de la vigilancia de los soldados. Al medio día un lote grande ya estaba rozado. “La gente está viviendo acorralada en los altos de las montañas, prácticamente vive colgada de los barrancos, a la intemperie, con la tierra agrietada; con todas las necesidades. Pero aparte de eso está hacinada en sitios que son de reserva como los páramos. Nosotros queremos volver a la parte plana porque estos territorios les pertenecieron a nuestros antepasados. La liberación la queremos hacer no sólo desintoxicando la tierra de los monocultivos sino conservando los humedales y los ojos de agua que están en los páramos. De que volvamos a la parte plana también depende el rescate del equilibrio de la Madre Tierra” Explicó un guardia indígena de Corinto. Finalmente, una comunera nos recuerda la importancia de la Liberación de la Madre Tierra para la pervivencia del pueblo nasa: “Queremos liberar el territorio con el fin de hacernos a la tierra. Nosotros no pensamos que aquí nos vamos a llenar de plata. Lo que queremos es dejar un sendero para nuestras generaciones venideras para que ellos sigan con esta labor de la liberación.”