Colombia: después de 516 años y 40 días de Barbarie: Minga por la Libertad!
Hoy, la Minga llega a la Plaza de Bolívar a entregar una decisión de denunciar y superar un modelo de poder basado en la codicia insaciable que debe terminar. 516 años y 40 días resistiendo y luchando y sufriendo para que esto cambie tan pronto como podamos lograrlo. No venimos de tan lejos solamente para que nos den unos mendrugos. No queremos seguir siendo parte de este horror. Queremos que se acabe para siempre.
A 516 años y 40 días de iniciada la barbarie, nos sentamos a ponerle palabras a lo que no alcanza a nombrarse. La amargura, la tristeza y la rabia empujan estas palabras. ¿Cómo nombrar tanto dolor?
Ayer, 20 de Noviembre de 2008, en Soacha, escuchamos testimonios tan terribles, tan tristes, tan perversos, que se nos despierta una memoria de pena acumulada que hoy vamos a caminar hacia la Plaza de Bolívar. En medio de la algarabía de la Minga en la Universidad Nacional, gris, bañada por llovizna y frío, había un silencio terrible y contagioso.
El silencio de quienes asistieron a la audiencia. Cada vez que les saludamos o les hablamos se desbordaban las lágrimas. Una Mayor intentaba anoche decir unas palabras a la audiencia de estudiantes de la Escuela Superior de Administración Pública. Les dijo que sentía lástima por quienes vivían en "esta ciudad tan bonita, que yo veo como una cárcel porque la desconfianza hace que uno se cuide de los demás y camine a toda hora preocupado y solitario". Dijo también "es la rabia la que nos hace seguir caminando. El cuerpo no da más. Tenemos hambre, mucho cansancio, tristeza, pero esa rabia nos obliga a seguir para no ahogarnos en la amargura, para no dejarnos envenenar". No pudo comer en todo el día. Sintió náuseas. Lloraba todo el tiempo recordando las historias de lo que habían hecho policías y soldados con gente inocente. Evitó mirar Policías y Soldados para no odiar, para no envenenarse, para tratar de entender que son instrumentos de un sistema, responsables, culpables, pero también obedientes de otros que son los que diseñan y organizan las políticas y los instrumentos del horror que ellos aplican.
Escuchando los relatos de terror de familiares, de hermanas y de madres. 516 años y 40 días de Terror. 516 años y 40 días de amargura acumulada, de rabia contenida como consecuencia de la aplicación de ese terror frío, calculado, sistemático que se ha utilizado como herramienta para robar, para despojar, para imponer la codicia de unos pocos. 516 años y 40 día en los que se sabe que el poder egoísta ha acumulado experiencia y armas para entrenar y ejecutar la barbarie sobre pueblos y personas. 516 años y 40 días de memoria del terror y la injusticia acumulada en las víctimas. Es un dolor tan intenso, tan inmenso, tan profundo, que ha exigido lo mejor de todas y todos para no convertirnos en resentidos. Una rabia tan colectiva y constante, que no encontrará alivio mientras no llegue el día en el que Nunca Más se pueda repetir. El día en el que todo el terror se convierta en remordimiento acumulado de los perpetradores. El día en que queden señalados y avergonzados permanentemente. El día en que ocupen los titulares y las portadas de periódicos y libros, pero esta vez y para siempre como lo que son: símbolos y verdugos de la verguenza que hasta hoy gobierna e impone. Nunca más poderosos, ni venerados, ni respetados. Nunca más el terror hecho poder.
Verdad, justicia y reparación permanentes. Ese día llegará. Lo estamos trayendo desde el futuro paso a paso y en Minga. Pero mientras tanto, dolor, mucho dolor, tanto dolor y rabia. Una rabia sana que no odia, pero que ahoga.
Hoy, la Minga llega a la Plaza de Bolívar a entregar una decisión de denunciar y superar un modelo de poder basado en la codicia insaciable que debe terminar. 516 años y 40 días resistiendo y luchando y sufriendo para que esto cambie tan pronto como podamos lograrlo. No venimos de tan lejos solamente para que nos den unos mendrugos. No queremos seguir siendo parte de este horror. Queremos que se acabe para siempre. Mientras tanto, la rabia nos hace decir la verdad para que se contagie poco a poco y no la entretengan, ni la encubran, ni la maquillen, ni nos compren más. Ese modelo se ha servido del terror y por eso hoy, 516 años y 40 días después de iniciada la barbarie y un día después de hacernos un alma con el dolor de las madres de los "falsos positivos" de la codicia global, decimos con serenidad y fortaleza que e n la agenda dice mucho más que Derechos Humanos, dice Defensa de la Vida, decimos NO! al terror del régimen para seguirnos despojando de la dignidad y de la vida.
La maquinaria del Terror debe nombrarse y la nombramos, para que se sepa, para que se sienta, para que no se olvide, para que no nos hayan masacrado cumpliendo órdenes, para nada, para que no hayamos sufrido la mayoría, indios, negros, mujeres y hombres, empobrecidos y excluídos, para nada. No, esto no ha sido para nada. Tanto dolor no será para que algunos sacien su egoísmo.
Nos negamos a permitir que nos pudran la memoria con los recuerdos de la barbarie que nos nieguen la humanidad y la alegría. Por eso, para que quepan todos los recuerdos, los de la alegría, los de la sabiduría, los de la vida que sigue a pesar de todo; para defender una Memoria que nos permita vivir y rescatar la Libertad, en nombre de todas la víctimas de la codicia del Modelo que volverán a la vida cuando se repare su enorme dignidad, vamos a caminar a la Plaza en Minga para decir que este camino termina cuando termine el Terror! Con nosotras y nosotros llegan todas las víctimas. Es su palabra la que nombra nuestra agenda. Es su Mandato el que hace Minga. Es su Memoria la que vamos conviertiendo en camino. Es su palabra hermosa la que tenemos que caminar. Hoy en la Plaza, estarán ellas y ellos y volverán a la vida cuando la agenda de los pueblos, de todos los pueblos derrumbe el modelo del odio y la codicia, reemplace las leyes del despojo, haga cumplir la palabra comprometida y se teja en el país que queremos. El terror se va a acabar cuando lo transformemos en Libertad. Nadie habrá sufrido más para nada.
Fuente: Nasa - ACIN