Claudia Vega: “cuando hay actividad minera la contaminación de mercurio se exacerba"

Idioma Español
País Perú
- Minería en Madre de Dios. Foto: Tom Laffay

"Estamos trabajando en cómo la actividad minera influye en la exposición al mercurio y cómo eso lo ves reflejado en el aire, en los peces, en las aves, murciélagos y, dependiendo del consumo de alimentos de las personas, también en poblaciones humanas. Cuando hay actividad minera la contaminación de mercurio se exacerba, dependiendo en donde lo estás midiendo, puede multiplicarse de dos a cinco veces".

Claudia Vega se topó por primera vez con los efectos del mercurio cuando investigaba a los pingüinos de Magallanes que llegan todos los años a Brasil. Poco a poco fue llegando a la Amazonía oriental y desde 2010 se encuentra trabajando con poblaciones amazónicas de Madre de Dios, en Perú.

Actualmente, coordina el Programa de Mercurio del Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA), una organización enfocada en la investigación científica. Así, Vega se adentra en lo que llama “la dinámica del mercurio”, un mineral tóxico que se utiliza principalmente en la actividad minera y que está ocasionando contaminación en los ríos de la Amazonía y afectando la salud de las personas que la habitan.

Vega es salvadoreña, se formó en parte en Brasil y vive en Perú. Es veterinaria de formación con una maestría en Salud Pública y Medio Ambiente. “Los pingüinos de Magallanes llegaban a Brasil. Algunos morían en las playas de Río de Janeiro y del sur del país”, cuenta.

- Claudia Vega es la coordinadora del Programa de Mercurio de la organización CINCIA. Foto: gentileza CINCIA.

“Analizábamos las carcasas de los animales y buscábamos contaminantes. Así empecé”, recuerda en diálogo con Mongabay Latam. Entonces, hallaron en las muestras que recolectaron mercurio, cadmio y plomo. “Era el primer estudio en pingüinos de Magallanes y mercurio. Los recolectamos en un río del sur y en Río de Janeiro. Se veía que la contaminación era más fuerte en los animales que llegaban a Río de Janeiro. La hipótesis es que pasaban por más áreas contaminadas”, afirma.

-¿Cuáles son los impactos ambientales del mercurio en la Amazonía?

-Estamos trabajando en cómo la actividad minera influye en la exposición al mercurio y cómo eso lo ves reflejado en el aire, en los peces, en las aves, murciélagos y, dependiendo del consumo de alimentos de las personas, también en poblaciones humanas. Cuando hay actividad minera la contaminación de mercurio se exacerba, dependiendo en donde lo estás midiendo, puede multiplicarse de dos a cinco veces. En aves hemos visto que, a veces, donde está la actividad minera, los niveles de mercurio son cinco veces más altos que cuando no hay actividad minera. Todavía estamos viendo cómo medir efectos porque la mayor parte de los efectos en, por lo menos la biodiversidad, los han medido más en el hemisferio norte. Casi no hay estudios acá. Tenemos acceso a lugares donde hay actividad minera cerca, entonces hacemos esas comparaciones. Podemos decir que cuando hay actividad minera los niveles son más altos.

-¿Qué rol cumple el mercurio en la explotación minera?

-Lo usan para sacar el oro, o sea, para separar el oro del sustrato. En la Amazonía la forma de oro es oro aluvial, no es piedra de oro, digámoslo así, sino que es como una arenilla. Entonces, para extraer ese oro de ese sustrato o de esa arenilla, le ponen mercurio. Se hace una amalgama que es una aleación entre oro y mercurio porque tienen bastante atracción. Toman la amalgama y la separan. Después de eso queman la amalgama y ahí el oro queda porque el mercurio se evapora. Eso lo hacen al aire libre. En un proceso bastante antiguo que no ha cambiado porque es una cosa fácil de usar.

-¿Qué se puede saber hasta ahora sobre el impacto en la salud de las personas que viven en la zona?

-Los lugares donde esto pasa generalmente son de difícil acceso, aislados o ilegales. Entonces hacer estudios a largo plazo es un problema. Es complicado. Hay pocos estudios hechos, generalmente en la Amazonía brasileña. Pero si ves la literatura, el mercurio es un elemento tóxico. De hecho está entre las diez sustancias más peligrosas declaradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es un problema para la salud pública y de hecho el mercurio es el único elemento que tiene un convenio, el convenio de Minamata, donde alrededor de 128 países se han comprometido a reducir el uso de mercurio para la protección de la salud humana y la salud del ecosistema porque se reconoce su alta toxicidad. Una de las cosas que más preocupa en mercurio es que puede atravesar la barrera hematoencefálica y placentaria. Eso quiere decir que si una mujer embarazada come mercurio, este puede atravesar la placenta y llegar al cerebro del feto. Puede afectar al niño en edades tempranas y tener impacto para toda su vida. Los niños no pueden pararse, no oyen.

-¿Hay señales a primera vista que le indiquen que una persona puede estar expuesta al mercurio?

-En el caso de Minamata, en Japón, que fue el caso más estudiado, los efectos se vieron primero en gatos. Le decían los gatos bailarines, parecía que estaban locos. Después empezaron a ver ese efecto en las personas y estos nacimientos con sintomatología. Esto se da cuando los niveles de exposición son altos. El mercurio produce una contaminación silenciosa, afecta más el sistema nervioso central y, por ejemplo, puede disminuir la capacidad de aprendizaje. Entonces se puede ver en algunos casos, pero no siempre se ve. Se está descubriendo que el mercurio también puede aumentar los problemas cardiovasculares en personas maduras, principalmente en hombres adultos. Pero son síntomas que no son específicos solamente del mercurio. Entonces es un poco complicado. Tenés que hacer un estudio epidemiológico bien diseñado para poder realmente comprobar dosis, efecto, exposición, sintomatología.

En Minamata se tardó 25 años para ver los efectos de la contaminación: llegó la empresa, se instaló en la bahía, empezó a contaminar la bahía, aparecieron los síntomas en gatos, luego en personas. Luego, el Gobierno reconoce que es mercurio. Y se trata de una bahía, que es un sistema cerrado. La Amazonía es un sistema abierto. O sea que la dilución que puede haber en los sistemas en todos los ríos es bastante alta. Entonces, ¿cuánto tiempo nos vamos a tardar para ver síntomas en la población? ¿Queremos esperar no sé cuántos años? ¿O queremos hacer algo antes de que eso pase porque sabemos que es un tóxico? Ese es un hecho. Cuando hablamos con políticos, siempre digo: ¿queremos esperar para ver los efectos, para actuar? ¿O queremos prevención y ver cómo disminuimos el factor de riesgo?

-¿Cómo reaccionan los políticos cuando la escuchan decir eso?

-Hay de todo. Una vez, me dijeron que sí, pero que los síntomas no están comprobados. Pero eso no quiere decir que no exista. Algunas veces dicen : “Pero se tienen que hacer los estudios acá”. Lamentablemente en nuestros países tenemos otros problemas más visibles. De repente el mercurio pasa a un segundo plano y más si es una contaminación silenciosa que no puedes diagnosticar tan fácilmente.

-¿Cómo es el trabajo para detectar la presencia de mercurio en el ser humano, por ejemplo? ¿Cómo se trabaja?

-Un indicador que usamos es el cabello, porque es fácil muestrear cabello y no tenés que preservar en hielo. El mercurio sufre una transformación en los cuerpos de agua y se transforma de mercurio inorgánico a mercurio orgánico. El metilmercurio, [compuesto de mercurio orgánico], es una de las formas más tóxicas del mercurio y es el que atraviesa la barrera hematoencefálica. El metilmercurio se concentra en los peces y, generalmente, mucho más en peces predadores o carnívoros. Los peces que no son predadores tienen niveles más bajos y son más seguros de comer. La persona se ve expuesta por comer pescado contaminado. Entonces, cuando sabemos que es una población expuesta por consumo de pescado, se colecta cabello, sangre también, pero si estás en poblaciones ribereñas preservar sangre se complica. Ahora, cuando la persona se ha expuesto por inhalación, que es generalmente lo que les pasa a los mineros que están quemando y están evaporando y respirando el mercurio, el indicador que se ocupa es la orina, porque ese tipo de mercurio, que es otro mercurio, es un mercurio inorgánico, se elimina principalmente por la orina.

- El lugar exacto donde los ríos Madre de Dios y Manupare se juntan. Esta belleza natural está dentro del área protegida. Foto: Cortesía Revista Nómadas

-¿Hay algún reconocimiento oficial o extraoficial de las autoridades de Perú sobre estos impactos en las poblaciones de la Amazonía?

-El país firmó el convenio de Minamata, alguna preocupación ha de haber. La principal fuente de mercurio en el mundo es la minería artesanal. Más o menos del 38 % al 40 % de todo el mercurio de la actividad humana viene de la minería artesanal. El 53% viene de Sudamérica y de eso, 80 % viene de Amazonía. Estamos peleando contra el oro. Supuestamente Lula da Silva está reconociendo más, está intentando apoyar, pero no lo vemos en Perú todavía y en los otros países. Siento que hay problemas de salud más visibles. Las poblaciones amazónicas generalmente son poblaciones olvidadas y si son indígenas, más todavía. Yo sí respeto mucho a los indígenas porque son los guardianes del bosque. Y el bosque tiene un servicio, o sea, el bosque da vida, el bosque tiene agua, el bosque tiene aire.

-¿Estamos muy lejos de hablar de una política de salud pública para frenar los efectos de la contaminación en estas poblaciones locales?

-Infelizmente, yo creo que sí.

-¿Qué es lo que más le ha impactado trabajando sobre este tema en la Amazonía?

-Trabajar con las comunidades ribereñas. Son poblaciones olvidadas y muchas veces uno como investigador va a diagnosticar algo para lo que tampoco tenemos solución. En las comunidades me dicen mucho cuando voy a tomar muestras: “Usted me ve mercurio alto y ¿qué me va a dar?”. A veces sientes esa impotencia de que estamos diagnosticando un problema pero que todavía no tenemos claro cómo llegar a la solución. Hay una forma de llegar, pero requiere de la colaboración de varias entidades, gobiernos. La impotencia de que lo que hacemos no se traduzca en un beneficio para las poblaciones que estamos estudiando y que los gobiernos tienen esas poblaciones olvidadas. Y a mí me incomoda y es una cosa que me guía bastante: todo el oro se va para afuera, ¿cuánto beneficia a las poblaciones de acá? Y, sin embargo, la Amazonía sí tiene beneficios, no solo para la región amazónica, sino para todos en general. Produce el 20 % del agua del planeta. ¿A qué le estamos poniendo valor? Al oro no te lo puedes comer, no lo puedes respirar. Y la Amazonía sí produce cosas que podemos comer, nos puede dar medicinas. Eso digamos que es como la frustración y el mismo motor también de lo que hacemos. Tenemos que intentar proteger más.

-¿No hay ningún tratamiento que se podría aplicar a las personas que están expuestas? ¿Cómo sería la solución?

-La misma pregunta de las poblaciones. El Mercurio no tiene un quelante [compuesto químico que se une con firmeza a los iones metálicos]. Es decir que, si utilizas otra sustancia para que lo agarre y te ayude a sacarlo del organismo, te barre del cuerpo no solo el mercurio, sino otros elementos que sí necesitas, como hierro, micronutrientes que el quelante no diferencia. Por eso es que solo se usa cuando tienes intoxicaciones súper agudas. Pero cuando es una intoxicación por consumo de pescado que comes todos los días, entonces ahí lo que se hace es cambio de dieta. Se le pide a la persona no que deje de comer pescado, sino que elija un pescado que tenga menos concentraciones. Esa es la información que llevamos a las comunidades, pero no siempre se acata. Es cultural. Cada dos años, se realizan conferencias internacionales de mercurio, donde se juntan los expertos. La primera vez que fui, un canadiense expuso su trabajo sobre contaminación de mercurio en los inuit en Canadá, que habitan el Ártico y que son poblaciones bastante contaminadas. Entonces él dijo que estaban contaminando a nuevas generaciones, y eso quiere decir menor capacidad de aprendizaje, de desarrollo, menor capacidad productiva para un país. Tiene un costo y no lo sabemos valorar todavía.

-Usted estudia la relación del selenio con el mercurio. ¿De qué se trata?

-Todavía se está intentando entender una respuesta específica. Se sabe que el selenio es un antagonista del mercurio. Hay varias teorías. Una dice que el selenio con el mercurio se unen y forman unas piedritas y se ha visto en aves marinas que quedan almacenadas en el riñón. Otra teoría es de que el selenio es antioxidante y el mercurio parte del daño que produce es también oxidación,entonces ayuda a reducir. Hay varias hipótesis del mecanismo. Han habido experimentos en los 70 con peces contaminados y con otras especies. A las que no se les daba selenio presentaban sintomatología más rápida o llegaban a morirse. Y a los que les daban selenio no presentaban sintomatología o eran más sanos. Todavía se tienen que hacer más estudios.

-¿La solución en el corto plazo es el fin de la minería en la Amazonía?

-Son varias las soluciones. La minería es algo que exacerba la contaminación, pero el mercurio de todos modos está ahí. También la información de qué pescado es más seguro comer. Y te doy un ejemplo, en Estados Unidos a las mujeres embarazadas les recomiendan no comer atún durante el embarazo por el mercurio. También creo que hay pocas investigaciones sobre qué elementos pueden interactuar más con el mercurio en las dietas amazónicas. Nosotros también hablamos mucho de una dieta variada, antioxidante. Muchas veces algunas poblaciones han vuelto su dieta más monótona. Con unas poblaciones indígenas en el Parque Nacional del Manu, con poblaciones de contacto reciente, intentamos rescatar saberes del bosque e intentar buscar qué otras cosas pueden comer y en qué época. Yo creo que la solución un poco es trabajar con la comunidad y entender un poco más las opciones que tienen en nutrición. Y claro, la minería sí es otro de los factores. Se tiene que controlar. No debería usarse mercurio, deberían usar otras metodologías y no dejar que la minería se expanda en áreas clave de biodiversidad o de poblaciones ribereñas o indígenas.

-¿Cuánto hace que trabajan en Madre de Dios? ¿Piensan extender los estudios a otras zonas?

-En esta sección llevamos ocho años. La información científica apunta a que la actividad minera aumenta la contaminación de mercurio en aire, en peces, en aves, en murciélagos, en personas. Entonces eso lo tenemos más o menos mapeado aquí y hace dos años hemos extendido a Loreto, que es Amazonía peruana norte, donde la minería está llegando. Entonces es un poco como hacer conciencia de lo que ha pasado acá para que la gente actúe antes y no esperar a que la contaminación llegue. Además, Loreto es el departamento de Perú que más consume pescado. O sea, el per cápita es muchísimo más alto que cualquier otra parte del Perú. Y si yo contamino ese pescado, estoy exponiéndolos todavía más. O sea, el riesgo para la salud en esas poblaciones es todavía más alto.

También trabajamos con otras instituciones porque el problema de minería es súper complejo. Estamos en el Observatorio de Minería Ilegal aquí en Perú, donde hay especialistas en leyes, otros en biodiversidad, nosotros en la parte científica. Entonces en general estamos buscando estrategias para atacar a diferentes niveles el problema.

-¿Cómo es el trabajo en el territorio?

-En Madre de Dios trabajamos con mineros formales, o sea que están en proceso de formalización, mineros que quieren hacer cambios. La minería artesanal es diferente de la minería industrial de oro. La industrial ocupa cianuro y son minerías grandes. Es otro proceso. El industrial es otro proceso. Aquí, en Madre de Dios, la característica es que no le gusta mucho asociarse, cada quien trabaja por su lado. Sin embargo, nosotros tenemos un par de años de estar trabajando con mujeres, líderes de minería artesanal, líderes que quieren hacer las cosas bien. Hay algunos que dejaron de usar mercurio, otros que están viendo producciones alternativas, de otras cosas en la misma concesión. En Perú es más fácil ser ilegal. No te fiscalizan, no te cobran nada y cuando llega la policía te vas, después regresas otra vez y ya está. Entonces ser formal es más difícil.

-¿Qué dicen las mujeres mineras cuando le cuentan de la contaminación?

-Tienen más conciencia de lo que es correcto y lo que no. Cuando hablo con mujeres siempre empiezo con las afectaciones a niños porque realmente es lo que toca más, que a una mujer que le digan que su hijo va a nacer con problemas. Admiro la persistencia de querer hacer las cosas bien.

Fuente: Mongabay

Temas: Extractivismo, Minería

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