Cada rincón es un centro
Hoy compartimos en la columna "Desde los fuegos", las reflexiones de Ramón Vera-Herrera junto a los dibujos de su hijo, Mateo. "Decir que cada rincón es un centro, es reconocer y reivindicar nuestra propia constelación de circunstancias".
impedir que las personas,
las comunidades y las organizaciones
resuelvan por sus propios medios creativos
lo que más les importa,
lo pertinente, lo que las hace libres
y las devuelve al cuerpo social.
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arrancar a la gente de su entorno de subsistencia,
y menospreciar, marginar, prohibir e incluso criminalizar
sus medios y estrategias
(todos los saberes, cuidados, creatividad,
técnicas y trabajos locales,
ancestrales y/o contemporáneos).
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desincrustar, desenraizar-desarraigar,
desmadrar todos los procesos que antes tenían un cauce
y estaban situados, localizados, eran pertinentes a una situación
y surgían del corazón mismo de relaciones
que ocurrían ahí, en racimos y constelaciones.
*
eregir así una verdadera torre
de Babel de mediaciones y procesos, haciendo exterior cualquier relación con las situaciones, las condiciones
y los flujos propios de cada lugar.
*
queda claro:
esto es y ha sido a propósito.
una guerra expresa
contra
toda creatividad independiente.
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su fin expreso,
establecer una situación de precariedad y dependencia
a partir del reino de la escasez.
*
romper el vínculo mágico entre creatividad propia
y necesidades cumplidas
con el fin de someter a alguien
a los designios de otros:
la violencia del capital.
*
presenciamos el asesinato o borroneo
de los cuidados de reproducción
que cada quien con sus propios fines
y medios ejercía con su propia creatividad
(esa nuestra autonomía).
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para someterlo todo
al trabajo abstracto,
a los dictados de la producción
y la sola y omnipresente reproducción del capital
para sus fines e intereses.
*
lo llamamos deshabilitación.
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así nos roban nuestra creatividad, aprendizaje y crianza mutuas, nuestra salud y bienestar,
nuestro nacimiento y muerte.
*
nuestra búsqueda
de una responsabilidad compartida,
con justicia y equilibrio.
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el poder nos ha robado y nos borra
al punto de hacernos suponer que todo lo que nos ocurre es normal,
que todo lo que sufrimos es normal porque somos ineptos, incapaces, absurdos, redundantes, obtusos, fragmentados,
ignorantes, mezquinos, ramplones.
*
dejar de juzgarnos
con los criterios de quienes nos oprimen.
comenzar
la reconstitución de todas y todos
como sujetos de nuestras condiciones y situaciones.
*
en vez de someternos al imperio
de quienes nos oprimen,
habitar nuestros entornos y nuestro fluir
desde el centro
de nuestra experiencia.
*
volver a habitar nuestras propias premisas,
emprender nuestros cuidados, nuestras visiones,
nuestra autonomía.
*
intentar entender juntas, juntos
*
recuperar nuestra historia
y nuestros saberes:
situados, localizados,
incrustados, pertinentes.
*
articular procesos que nos fortalezcan como sujetos,
que nos potencien y promuevan creatividad mutua,
autogestión.
*
defendernos
contra
el despojo,
el acaparamiento
y la devastación
y defender nuestros territorios.
*
el territorio: ámbito del nosotros:
tejido y retejido constante
de relaciones significativas.
*
el lugar donde habitas,
tu centro paramétrico,
pero también donde habitamos
un entendimiento,
que siempre es compartido.
*
buscar entender
con las demás personas:
el intento por figurar
un sentido en común
y la construcción
de saberes en colectivo;
(eso puede sentirse
como una gran responsabilidad).
*
tal vez la más antigua responsabilidad:
la búsqueda de sentido
o significado.
esa urgencia por crear sentido
la conocemos
como impulso narrativo,
es siempre colectivo.
el motor más básico
de nuestra socialidad.
*
decir que cada rincón es un centro
es reconocer y reivindicar
nuestra propia constelación de circunstancias.
*
y que somos centro único
de nuestra experiencia,
de nuestra historia y camino.
*
así, somos iguales
porque somos diferentes.
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puntos en una línea compleja,
compuesta por un tramado de líneas
que confluyen
y que si miramos en un instante, solamente,
es un instante cercenado
de la historia.
*
somos centro de un círculo entreverado e imbricado
conformado por todas las memorias, los legados, las historias,
las herramientas con que nos cubrieron quienes nos precedieron, nuestros ancestros, nuestros muertos,
desde tiempos inmemoriales.
*
tenemos que entender,
con Bolívar Echeverría
que la cultura no es causa sino el efecto presente, en vilo, en proceso continuo y permanente pero cambiante de nuestro sentido en común
y todos los cuidados
de nuestra reproducción
permanente, cíclica, recurrente…
*
dice Panikkar que cada persona
es un cruce de caminos;
el yo-tú-él/ella del lenguaje
es la proposición mínima
del entendimiento.
*
entonces la comunidad,
tan vilipendiada,
no es sino la insistencia mutua
en una relación,
que si se vuelve histórica,
es un intento reiterado de entendimiento
y responsabilidad.
*
una construcción colectiva entre los procesos vivos
un tramado infinito en que te reconoces
y te vuelves a reconocer.
*
y hay violencia, desasosiego, no es perfecta
nada lo es.
solos (cada quien) estamos podridos, dicen los ñuhú,
pero juntos tal vez podamos transfigurarnos…
*
y navegar la lluvia, por ejemplo
Dibujos: Mateo Vera-Villa
Fuente: Desinformémonos