Boletín N° 539 de la RALLT - Número especial sobre Panamá
"Los médicos panameños luchan por el respeto a la salud de los panameños. Han denunciado como las políticas públicas recientes han aumentado los riesgos a la vida de una simple hospitalización, así como la disminución drástica del presupuesto en el campo de la salud pública. La introducción de los transgénicos abre otro flanco a favor de los negocios en contra de la salud de los panameños." Red por una América Latina Libre de Transgénicos
RED POR UNA AMÉRICA LATINA LIBRE DE TRANSGÉNICOS
BOLETÍN 539
Número especial sobre Panamá
Maíz transgénico:
- LOS NEGOCIOS PRIMERO, ADIÓS A LA SALUD
- PANAMÁ: RECHAZAN CULTIVAR MAÍZ TRANSGÉNICO
Mosquitos transgénicos:
- PANAMÁ PLANEA USAR MOSQUITOS TRANSGÉNICOS PARA COMBATIR EL DENGUE
- MOSQUITOS TRANSGÉNICOS CONTRA EL DENGUE EN PANAMÁ
Salmón transgénico
- EL SALMÓN TRANSGÉNICO PASARÍA UNA ETAPA DE SU VIDA EN LAS MONTAÑAS DE PANAMÁ
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LOS NEGOCIOS PRIMERO, ADIÓS A LA SALUD
Marco A. Gandásegui, h.
Mientras los trabajadores de la salud y otros sectores luchan contra las pretensiones gubernamentales de destruir la salud pública en Panamá, se anunció la semana pasada que Panamá acogerá el maíz transgénico para beneficiar a las empresas norteamericanas Monsanto y Dupont. A escala mundial, los transgénicos han sido rechazados por sus efectos nocivos a la salud de los seres humanos. La falta de políticas de salud para cerrarle las puertas a los transgénicos refleja la política oficial del gobierno de convertir todo – incluso la salud de los panameños – en un negocio.
Panamá se prepara para iniciar un experimento transgénico con semillas de maíz que serán sembrados en la región de Azuero. Este maíz servirá de alimento para la población avícola, que – a su vez - será consumido por los panameños. La empresa Melo – representante de las trasnacionales norteamericanas – recibió permiso para la venta de estas semillas con la condición de que el maíz no fuera destinado al consumo humano. Sin embargo, se pasó por alto el hecho que las aves que consumen el maíz serán posteriormente sacrificadas para que los humanos las coman.
Quienes se oponen a este tipo de negocio señalan que no hay leyes en Panamá que protejan a los consumidores. Los productos deben ser debidamente etiquetados y el público debe ser informado de lo que está comprando. Los técnicos que están preocupados, señalan que se desconoce el impacto que tendrá este tipo de negocio sobre el ambiente y los pequeños productores. Se preguntan ¿por qué si en la mayoría de los países del mundo están sometiendo la producción de transgénicos a estrictos controles, Panamá decidió abrir sus puertas?
Los transgénicos son organismos a los que se les inserta material genético de especies distintas a la que pertenece mediante técnicas de ingeniería genética. Con estas técnicas, se rompen las barreras reproductivas que existen entre las diferentes especies, posibilitando la inserción de un gen de bacteria a una planta. Cuando esta técnica se aplica al maíz se modifica la planta. Los posibles daños al campo, que han sido comprobados, es que al introducirse transgenes a variedades nativas de maíz, éstas sufren una descompensación genética y fisiológica.
Los transgénicos adquieren capacidades inusitadas como la resistencia al uso de herbicidas, la planta mata insectos que la atacan y sus semillas pierdan la propiedad de reproducirse naturalmente. Se trata, entonces, de la creación de nuevas variedades que no existen como tales en la naturaleza, sino que han sido creadas de manera completamente artificial. Los nuevos organismos transgénicos han estado provocando propiedades indeseadas, sea para los consumidores (como la producción de alergias o la resistencia a antibióticos) o sea para la relación de estos organismos con otras especies de su medio ambiente.
La producción de organismos genéticamente modificados en su mayor parte son creaciones de empresas transnacionales a las cuales lo que les interesa es la generación de ganancias extraordinarias, con la menor cantidad posible de costos. Por ello, las nuevas variedades de maíz se diseñaron para resistir el consumo indiscriminado de herbicidas que la mismas empresas transnacionales producen (Monsanto, Novartis, Du Pont, etcétera). La resistencia a los herbicidas hace posible que la planta sea roseada con grandes cantidades de químicos sin que muera o bien le brinda a la planta la capacidad de resistir insecticidas más tóxicos que los usuales.
El grupo de investigadores Séralini en Francia condujo experimentos que mostraron la asociación entre el consumo de productos transgénicos con el incremento de muertes entre animales por cáncer de mama en las hembras o por lesiones graves de hígado y/o riñón en los machos. Estudios de mercadeo apuntan a que la mayor parte de los cereales con más probabilidades de contener maíz transgénico son los cereales para niños. La mayoría de los niños en EEUU están siendo alimentados con productos transgénicos de todo tipo (no solamente con maíz transgénico). Esto representa un experimento poco ético de parte de Monsanto ya que los efectos a largo plazo del consumo humano de los productos transgénicos son desconocidos.
Según una comisión de APEDE, hay que hacer una campaña a favor de un movimiento nacional para informar al pueblo sobre los productos alimenticios geneticamente modificados. ¿Hasta cuándo continuará el gobierno privilegiando los negocios, olvidándose del derecho que tenemos los panameños de prevenir enfermedades y tener acceso a los mejores servicios de salud?
Los gobiernos panameños no tienen remordimientos. En los últimos años sus políticas equivocadas en materia de salud han causado la muerte de neonatos, jóvenes, mujeres y hombres. Los negocios del gobierno con los alimentos de los panameños tienen una probabilidad de causar más muertes a corto plazo. Los especialistas en salud pública le han planteado al gobierno los peligros que implican sus políticas sin recibir respuesta alguna.
Los médicos panameños luchan por el respeto a la salud de los panameños. Han denunciado como las políticas públicas recientes han aumentado los riesgos a la vida de una simple hospitalización, así como la disminución drástica del presupuesto en el campo de la salud pública. La introducción de los transgénicos abre otro flanco a favor de los negocios en contra de la salud de los panameños.
- Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA) Ver aquí
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PANAMÁ: RECHAZAN CULTIVAR MAÍZ TRANSGÉNICO
Hispan Tv: Consumidores rechazan decisión del Gobierno de Panamá de cultivar maíz transgénico. Organizaciones de consumidores, científicos, productores y ecologistas se unieron para rechazar la introducción de 2500 bolsas de maíz transgénico autorizada por la Comisión Nacional de Bioseguridad de Panamá a partir de agosto de este año.
De acuerdo a las autoridades la cosecha será destinada solo al consumo animal, y los productores de la región de Azuero serán los únicos que podrán llevar a cabo tales plantaciones.
De acuerdo con el Ministerio de Desarrollo Agropecuario, Panamá consume cerca de 9.3 millones de quintales de maíz al año, pero solo produce 1.5 millones. Así, se justifica el cultivo transgénico de este rubro para consumo anima.
Fuente: aquí
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PANAMÁ PLANEA USAR MOSQUITOS TRANSGÉNICOS PARA COMBATIR EL DENGUE
Panamá pretende convertirse en el primer país en Centroamérica en emplear mosquitos transgénicos de Aedes aegypti para combatir la enfermedad del dengue.
Las pruebas se pretenden hacer en Nuevo Chorrillo, Princesa Mía y Lluvia de Oro en la localidad de Arraiján, unos 20 kilómetros al oeste de la capital, por parte del Instituto Conmemorativo Gorgas (ICG), un centro de investigaciones de enfermedades tropicales en Panamá.
El proyecto, que aún está en sus primera etapas, consiste en esparcir mosquitos machos alterados genéticamente para que se crucen con las hembras silvestres, normales, es decir que no han sido modificadas.
Los mosquitos machos se alimentan de néctar de las flores y no transmiten el dengue porque no pican a los humanos. Las hembras, en cambio se alimentan de la sangre para desarrollar sus huevos. Cuando la hembra se alimenta de sangre de una persona enferma con dengue y luego pica a otra persona le transmite el virus de la enfermedad.
La compleja alteración genética que sufre el mosquito en su estado embrionario conlleva a que la progenie muera en el estado de larva, sin llegar a una etapa adulta y por tanto no podrán propagar el dengue, y así baja la población del mosquito.
La tecnología con las que se experimenta en Panamá es desarrollada por la empresa Oxitec de Inglaterra.
El ICG, que lidera el proyecto en Panamá, aguarda a que una comisión especializada de bioseguridad otorgue los permisos para poder introducir en el país los primeros huevecillos alterados, provenientes de la empresa Oxitec.
Los huevecillos serán criados en el laboratorio, separados los machos de las hembras y finalmente esparcidos los machos en la comunidad que se elija para hacer los primeros estudios.
Para liberar los insectos requieren de otro permiso.
Los especialistas esperan elegir una de las tres comunidades que Pineda visita semanalmente para hacer allí la primera liberación de los mosquitos alterados. La localidad de Nuevo Chorrillo se perfila como el barrio escogido.
Si el proyecto resulta, entonces Panamá podrá llevarlo a otros comunidades o barrios más extensos.
La idea, empero, ha causado inquietud en algunos sectores ambientalistas que desde ya consideran que es inseguro.
"Este asunto tiene un enfoque ambiental y es la alteración del ciclo biológico de la especie... ¿Qué puede ocurrir después?", se preguntó Kafda Vergara, de la organización Voces Ecológicas.
Vergara se quejó también de la falta de divulgación sobre el proyecto.
Olmedo Carrasquilla, de la misma organización, expresó preocupación porque, según dijo, se desconoce si en otros países hay informes de "resultados que sean satisfactorios".
El uso de mosquitos transgénicos para controlar las poblaciones del vector del dengue se ha empleado de manera experimental en las Islas Caimanes y en Brasil.
El dengue no ha golpeado de manera tan severa a Panamá como sus vecinos centroamericanos, donde la incidencia y la mortalidad son mucho más altas.
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MOSQUITOS TRANSGÉNICOS CONTRA EL DENGUE EN PANAMÁ
Alberto Nájar
BBC Mundo - Lunes, 28 de mayo de 2012
Las autoridades sanitarias planean diseminar millones de mosquitos Aedes aegypti genéticamente modificados.
El dengue es uno de los mayores problemas de salud pública de Panamá. Y para combatirlo las autoridades sanitarias planean diseminar millones de mosquitos Aedes aegypti genéticamente modificados, que impedirían la reproducción de la especie vectora de la enfermedad.
Los insectos están programados para competir -y ganar- por las hembras y procrear larvas que morirán casi enseguida.
La estrategia, que ya se experimentó en varios países, ha sido cuestionada por grupos ambientalistas y académicos, que temen daños al ecosistema panameño.
Pero el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de Salud (Icges) dependiente del Ministerio de Salud y responsable del proyecto, descarta que haya problemas.
A los mosquitos transgénicos se les crea una proteína letal que impide el desarrollo de las larvas del insecto, y en caso de que sobrevivan no podrían transmitirse a otros seres vivos.
"Lo que se piensa es que el riesgo, si existe, es extremadamente bajo", le dice a BBC Mundo Néstor Sosa, director del Instituto.
"Se han hecho experimentos alimentando a otros seres con estas larvas y no se ha visto ningún efecto. Y las posibilidades de que el hombre entre en contacto con éstas son muy remotas", agrega Sosa.
Machos vs hembras
Los mosquitos transgénicos que se pretenden diseminar en Panamá fueron diseñados por la empresa Oxitec, del Reino Unido, que también ha emprendido proyectos en otros países con alta incidencia de dengue.
El proyecto consiste en modificar un gen de los insectos macho, el cual se transmite a los huevecillos cuando se aparean con las hembras.
"Se han hecho experimentos alimentando a otros seres con estas larvas y no se ha visto ningún efecto. Y las posibilidades de que el hombre entre en contacto con éstas son muy remotas"
Néstor Sosa, director del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de Salud
Cuando éstos se desarrollan en larvas mueren antes de completar la metamorfosis. El proceso se repite en cada ciclo de procreación, lo cual provoca que cada vez sean menos los insectos que nacen.
En el caso de Panamá el objetivo es reducir hasta en 80% las poblaciones de Aedes. Los sobrevivientes pueden ser controlados con métodos tradicionales.
El resultado sería una reducción importante en el contagio de dengue, especialmente del tipo hemorrágico que cada año causa la muerte a decenas de panameños.
Los investigadores del Icges esperan que la Comision Nacional de Bioseguridad autorice la importación de los huevecillos modificados genéticamente, e iniciar la experimentación en el laboratorio.
Luego los insectos serían diseminados en un área controlada, que en este caso sería una zona rodeada de bosques cerca de la capital de Panamá, y en caso de que hubiera éxito se podría aplicar en el resto del país.
Los primeros resultados, dice Sosa, empezarían a fluir en 2014.
Tetraciclina
Pero no todos comparten el optimismo del Instituto Gorgas.
Camilo Rodríguez Beltrán, investigador de la Universidad del Desarrollo de Chile, dice que es necesario completar todas las pruebas antes de aplicarla en campo.
"El problema es que la estrategia tiene un bache: hay una cantidad de mosquitos que van a sobrevivir", dice en conversación con BBC Mundo.
"Varios de los insectos genéticamente modificados van a permanecer en la naturaleza, y algunos serán hembras que transmiten el dengue", añade.
"El problema es que la estrategia tiene un bache: hay una cantidad de mosquitos que van a sobrevivir"
Camilo Rodríguez Beltrán, investigador de la Universidad del Desarrollo de Chile
Habría, entonces, una nueva población de Aedes modificados sin presencia previa en los ecosistemas. Hasta ahora se desconoce el impacto que tendrían en el entorno.
Hay, además, un riesgo adicional. La modificación genética se anula cuando los mosquitos entran en contacto con tetraciclina, un medicamento que en aguas limpias -el hábitat natural del Aedes- no existe, pero que sí aparece en desechos urbanos.
Algunos estudios muestran que poblaciones pequeñas de Aedes sobreviven en estos espacios. ¿Puede anular la estrategia panameña contra el dengue?
No, responde Sosa. La cantidad de tetraciclina en aguas residuales es "mucho menos" de la que necesitan las larvas del insecto para completar su desarrollo.
Y aunque lograsen sobrevivir, su número sería tan pequeño que no afectarían en la incidencia de contagio del dengue.
Fuente: aquí
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EL SALMÓN TRANSGÉNICO PASARÍA UNA ETAPA DE SU VIDA EN LAS MONTAÑAS DE PANAMÁ
BBC Mundo
Miércoles, 29 de mayo de 2013
En medio de un idílico paisaje montañoso en el interior de Panamá crece en cautiverio un super salmón genéticamente modificado que pronto podría acabar en el plato de cualquier estadounidense.
Boquete, en la provincia de Chiriquí, a unos 1.200 metros sobre el nivel del mar, parece un escenario insólito para albergar el polémico proyecto con el que la compañía estadounidense Aquabounty Technologies viene experimentando desde hace casi dos décadas.
De cumplir los requisitos de la Agencia de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos, (FDA por sus siglas en inglés) los salmones que crecen en sus tanques panameños podrían pasar a la historia como los primeros animales genéticamente modificados aprobados y comercializados para consumo humano.
Los peces, denominados AquAdvantage Salmon, son salmones del Atlántico modificados para crecer más rápido y alcanzar un tamaño mayor que sus pares silvestres, de ahí el apodo de "super salmones".
Eso, gracias a los genes "prestados" del salmón Chinook del Pacífico y de la anguila marina.
Tras 17 años de investigaciones, los científicos de la empresa Aquabounty lograron que los especímenes alcanzaran el tamaño de mercado en apenas 18 meses, casi la mitad de tiempo que le toma a sus homólogos no modificados.
Y desde hace esos mismos años, paralelamente a la investigación científica Aquabounty busca la aprobación de la FDA, algo que parece estar cada vez más cerca.
Los salmones crecen en tanques en la zona montañosa de Boquete, en el interior de Panamá.
Desde hace varios meses la aplicación del AquAdvantage Salmon se encuentra en la fase final de valoración de la FDA, en la que se analiza el posible impacto ambiental de los animales genéticamente modificados y se valora si son seguros para el consumo humano.
El pasado mes de diciembre la FDA emitió un informe en el que declaraba que el salmón transgénico AquAdvantage "no tiene un impacto significativo" para el medio ambiente, algo que normalmente precede a una aprobación.
Una de las preocupaciones principales de la Agencia estadounidense es que los salmones genéticamente modificados puedan escapar y, debido a su tamaño superior, puedan acabar desbancando a la población natural de salmón Atlántico.
Pero el propio estudio de la FDA concluyó que incluso si estos pescados transgénicos llegaran a escaparse de sus tanques en tierra firme y llegaran a aguas silvestres, sería poco probable que llegaran muy lejos ya que el agua cercana de Panamá es demasiado cálida como para que sobrevivan.
Aún así, esas valoraciones recibieron muchas críticas, tanto de organizaciones interesadas en la industria, entre ellas grandes cadenas de supermercados, como de grupos de activistas y ecologistas. Muchos temen que el pez transgénico pueda llegar a los mares, reproducirse y afectar al ecosistema.
El equipo de científicos canadienses reprodujo ese encuentro en el laboratorio. Y descubrieron que el 40% de las crías híbridas portaban la distintiva capacidad del salmón transgénico de crecer muy rápido.
"En condiciones de piscifactoría, los híbridos transgénicos crecieron más rápido que el salmón silvestre, que la trucha silvestre y que los híbridos silvestres. Los híbridos genéticamente modificados también crecieron más rápido que los salmones genéticamente modificados", le dijo a la BBC el doctor Darek Moreau, de la Memorial University de Newfoundland, en Canadá.
Según los investigadores, este estudio demuestra las posibles consecuencias ecológicas en caso de que un pescado genéticamente modificado se escape a un hábitat natural.
Los propios científicos admiten que el riesgo de que una escapada así suceda y de que además haya un apareamiento con una trucha marrón es bajo, sin embargo dicen que esta información debe ser tomada en cuenta por quienes tomen la decisión de la FDA.
Pero desde AquaBounty desestiman la alerta de este estudio.
"Vale la pena mencionar que en 1995 Peter Galbreath y Gary Thorgaard, de la Universidad de Washington State, publicaron una investigación en la que dicen que el híbrido entre el salmón del Atlántico y la trucha marrón es estéril. Si esto es verdad, un híbrido así poca amenaza ecológica podría suponer, ya que no puede reproducirse", dijo Ron Stotish, director ejecutivo de AquaBounty Technologies.
Además, la compañía insiste en que los salmones modificados genéticamente son hembras infértiles y criadas en instalaciones aisladas físicamente, por lo que es poco probable que el pez se reproduzca en un hábitat natural.
De cualquier modo, muchos de los opositores a la solicitud del super salmón argumentan que el sistema de regulación estadounidense no está preparado para lidiar con los casos que generan las nuevas tecnologías, como los animales genéticamente modificados para consumo humano.
La FDA está regulando la petición de AquaBounty como un caso de "medicamento animal".
Muchos críticos argumentan que se trata también de un caso de salud pública, y temen que la aprobación del salmón transgénico pueda abrir la puerta para el futuro consumo de todo tipo de animales genéticamente modificados.
Fuente: aquí