Boletín 390 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos

Idioma Español

Contenido: Mundo: 50 % de población mundial sufrirá alergias por alimentos transgénicos; Argentina: Fumigaciones en Córdoba: "El problema tiene una envergadura que no se puede dimensionar"; Consejo para la Transparencia obliga al SAG a entregar ubicación de cultivos transgénicos en Chile; Estado Español: ¿Por qué se boicotean los campos experimentales transgénicos?, entre otros.

RED POR UNA AMÉRICA LATINA LIBRE DE TRANSGÉNICOS

 

BOLETÍN 390

 

 

Contenido:

 

 

Análisis:

 

Mundo: 50 % de población mundial sufrirá alergias por alimentos transgénicos

 

 

Entrevista:

 

Argentina: Fumigaciones en Córdoba: "El problema tiene una envergadura que no se puede dimensionar"

 

 

Noticias regionales:

 

Consejo para la Transparencia obliga al SAG a entregar ubicación de cultivos transgénicos en Chile

 

Noticias sobre banano transgénico

 

 

Otras regiones:

 

Estado Español: ¿Por qué se boicotean los campos experimentales transgénicos?

 

 

El Parlamento Europeo ha reiterado su posición a favor de la prohibición de los alimentos producidos con animales clonados.

 

 

Agrocombustibles:

 

Exxon Mobil y Synthetic Genomics desarrollan combustibles a partir de algas

 

 

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Mundo: 50 % de población mundial sufrirá alergias por alimentos transgénicos

 

 

Servindi, 8 de julio, 2010.- Entre el 40 y el 50 por ciento de la población mundial sufrirá algún tipo de alergia a mediados de este siglo como consecuencia de alto consumo de alimentos transgénicos, informó Pedro Guardia, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla en España.

 

 

Explicó que esta situación es producto del uso cada vez más extendido no solo de alimentos transgénicos sino también de las frutas y verduras que usaron productos químicos potenciadores en su madurez, el uso de antibióticos en animales y la propia contaminación ambiental de las ciudades.

 

 

Pedro Guardia sostiene su posición en que el 15 por ciento de todas las consultas al alergólogo en menores de edad “lo son ya por alergias a los alimentos”.

 

 

Además, se registró en el período de 1995 a 2005 que las consultas por alergias a alimentos, como frutas, verduras o productos que contienen lactosa, huevo o maíz, se duplicaron.

 

 

Señaló que cuando hacen madurar de manera artificial estos alimentos ocasionan “una reacción inmunológica de respuesta, generando unas proteínas de defensa que a la postre son las que el ser humano reconoce como un alérgeno (sustancia extraña al organismo)”.

 

 

De igual forma, aludió a las reacciones a la lactosa de la leche como consecuencia “del paso a la leche de la propia vaca de los antibióticos que el propio ser humano le suministra al animal para que no contraiga infecciones de diversa índole”.

 

 

Asimismo, sobre los alimentos producidos a partir de un organismo modificado genéticamente, Guardia se mostró a favor del etiquetado donde se “recoja de forma clara y detallada su composición”.

 

 

Fuente: Redciecuador

 

 

Argentina: Fumigaciones en Córdoba: "El problema tiene una envergadura que no se puede dimensionar"

 

 

Agencia de Noticias Biodiversidadla

 

 

 

13-7-2010

 

 

"Oncativo, ciudad cordobesa de 14.000 habitantes, no sólo se ve afectada por la fumigación de sus campos, sino también por la aplicación intensiva de agroquímicos en las plantas de acopio que han quedado encerradas dentro de la ciudad."

 

 

Oncativo es una ciudad cordobesa de 14.000 habitantes. En los últimos 20 años registra un crecimiento económico "muy interesante", según cuenta Marcos Tomasoni, miembro de los Vecinos Autoconvocados de la Ciudad por un Ambiente Sano. En esa localidad, la zona urbana termina tras cruzar las calles de tierra que la separan de los campos. "No hay ninguna hilera de árboles: está el campo, la calle y la casa", dice Tomasoni y agrega: "El problema de la fumigación llega hasta el centro del pueblo". Oncativo no sólo se ve afectada por la fumigación de sus campos, sino también por la aplicación intensiva de agroquímicos en las plantas de acopio que "han quedado encerradas dentro de la ciudad".

 

 

Tomasoni integra, además, el capítulo local de la campaña Paren de Fumigar. "Es un colectivo de pueblos ―explica este ingeniero químico de 29 años―, de vecinos movilizados. El hecho que nos une a todos es la afección a la salud que implica el tema de las fumigaciones". Si bien se reconocen como afectados, Tomasoni aclara que en el grupo no hay personas que presenten algún tipo de enfermedad relacionada con la utilización de químicos agrícolas.

 

 

"No hay aplicación segura"

 

 

―¿El problema con las fumigaciones surge por los productos que se utilizan o por la forma de aplicación? ¿O es una combinación de ambos factores?

 

 

Tomasoni.―Uno puede referirse a los estudios que demuestran la relación causa-efecto de una serie de enfermedades respiratorias, cánceres, malformaciones, pérdidas de embarazo. Hay una vasta bibliografía que explica la relación que esas enfermedades tienen con los plaguicidas. Después está el método: nuestro lema es que no hay una fumigación segura como plantea la ley que tiene la provincia de Córdoba, la 9164. Básicamente, permite fumigar frente a una vivienda. Nosotros demostramos con fundamentos técnicos que los residuos de los plaguicidas quedan dando vueltas en el polvillo de la tierra luego de una semana de aplicación. Por factores ambientales como la relación térmica algunos plaguicidas se vuelven a volatilizar y generan nubes en las ciudades.

 

 

Políticamente, sabemos que este flagelo está relacionado con el monocultivo, que es una forma de producción que ha invadido a toda la pampa agrícola. Esta realidad se traslada a, por lo menos, todos los pueblos de la zona sur de la provincia de Córdoba, Entre Ríos, Santa Fé y Buenos Aires.

 

 

―¿Y si el uso de agroquímicos se hiciera de una forma correcta? En el largo plazo, ¿generaría los mismos impactos en la salud de las poblaciones?

 

 

Tomasoni.―Hay una vastedad de plaguicidas que son productos de alta volatilidad: llegarían por más que uno los aplicase a 10 kilómetros de una vivienda. Hay otra gama de productos que son menos volátiles, como es el caso del glifosato. Si uno pudiese correrlo a 1000 metros o más de una vivienda y poner un vallado de árboles, quizás el flagelo disminuiría, pero estamos hablando de disminuir la contaminación. No hay aplicación segura. Los millones de litros que se aplican en cada cosecha en los campos argentinos hacen que el problema tenga una envergadura que no se puede dimensionar. No hay una dimensión real porque los estamentos gubernamentales corren atrás del problema, haciendo oídos sordos en la mayoría de los casos.

 

 

"Bajo el principio de la duda"

 

 

―¿Qué valoración hacen de los recientes fallos judiciales que limitan las áreas fumigables y piden estudios para determinar la peligrosidad de los agroquímicos?

 

 

Tomasoni.―Es irse acercando al principio precautorio, que es un principio contenido dentro de la Ley General del Ambiente, una legislación bastante nueva en Argentina porque tiene pocos años de creación. En su mayoría, los jueces y abogados la desconocen. Esto de invertir el peso de la carga, que quien compruebe la no nocividad de los productos sea el que los está vendiendo, quien los quiere aplicar, es bastante novedoso para el país. Para nosotros es potencialmente bueno porque reconoce nuestro derecho a la salud, lo potencia. Cuando uno empieza a luchar contra este flagelo tiene que andar buscando informes técnicos para demostrar la relación de estos productos con las afecciones a la salud. Eso no es lo que dice nuestro derecho ambiental: bajo el principio de la duda, el que tiene que demostrar es el que está siendo dudado.

 

 

―Si recién ahora se determina que hay que estudiar si estos productos son inocuos, ¿cómo es que se aprobó su utilización en la agricultura?

 

 

Tomasoni.―La lógica y la dinámica que lleva el sistema legal no condice mucho con la lógica y la dinámica que lleva la realidad, más cuando esa realidad la mueve el poderío económico de estas empresas que vienen echando agroquímicos en nuestros campos, desde hace más de 30 ó 40 años en esta zona. Incluso en las áreas técnicas y científicas de las universidades el problema de la relación ambiental con las enfermedades no está muy difundido, no está todavía reconocido. En Córdoba hay apenas 2 ó 3 ciudades que han aprobado ordenanzas que restringen la aplicación de plaguicidas y el resto está con intendentes o concejales que niegan la problemática.

 

 

"No podemos estar esperando"

 

 

―¿Y quiénes tendrían que hacer los nuevos estudios?

 

 

Tomasoni.―Cuando se piden estudios el ojo de la credibilidad cae en las universidades públicas, que entendemos que sí están capacitadas porque las conocemos. Sabemos que existe dentro de las áreas nacionales de investigación la capacidad técnica, tanto material como intelectual, para llevar adelante estos estudios. En la mayoría de las líneas de investigación, más con respecto a las cuestiones agrícolas, los recursos monetarios los están poniendo las empresas privadas. El Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) termina autorizando los productos con las investigaciones de las propias empresas. Si alguien debe hacer estas investigaciones, es el Estado. Pero con la celeridad que el problema demanda.

 

 

―¿Qué opinás sobre el reciente informe de la Comisión Nacional de Investigación sobre Agroquímicos (CNIA)? Sus conclusiones indican que utilizando el glifosato y sus formulaciones responsablemente y cumpliendo con las condiciones de uso autorizadas no implicaría riesgo para la salud humana o el ambiente.

 

 

Tomasoni.―Ése puede ser un párrafo que resalten las empresas, porque otros párrafos siguen echando dudas sobre la peligrosidad de estos productos. De hecho, una resolución que salió el 9 de febrero crea un sistema de vigilancia sobre plaguicidas. El primer párrafo de los fundamentos comienza diciendo: "Todos los plaguicidas son perjudiciales para la salud humana". Si bien uno puede echar mucha duda sobre cómo ha funcionado la Comisión o si ha estado a la altura de las circunstancias, lo que hace es crear otra serie de organismos para controlar, vigilar y difundir la problemática, algo que en este país no se estaba haciendo. El vecino vive la realidad de que al lado le pasa la fumigadora... Los problemas repercuten y se ven. No podemos estar esperando tanto movimiento o tanta discusión a nivel jerárquico-científico cuando el problema necesitamos resolverlo.

 

 

"Cuesta encontrar apoyo en las instituciones"

 

 

―¿Están trabajando con médicos? En tal caso, ¿se muestran interesados en participar analizando el tema o existe cierta reticencia?

 

 

Tomasoni.―En todo este proceso, que ya lleva más de dos años, se han sumado médicos, biólogos, bioquímicos e ingenieros agrónomos, incluso que están planteando otro modelo agropecuario. Tenemos un grupo de médicos que participa activamente. Como siempre, lo hacen más por la urgencia del vecino preocupado, por saber que son ciudadanos que tienen que participar y movilizarse, que desde la institución a la que pueden pertenecer. Hemos estado tratando de instalar algunas líneas de investigación epidemiológica en la provincia. Eso está en proceso de llevarse a cabo. Hoy cuesta encontrar apoyo en las instituciones: dentro del mismo INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) hay líneas encontradas. Estas estructuras son muy grandes, muy difíciles de mover.

 

 

―En las denuncias que reciben, ¿existen casos de gente afectada por el consumo de alimentos contaminados con agroquímicos? ¿O mayormente sufren la fumigación directa en el lugar donde viven?

 

 

Tomasoni.―La fumigación tiene más repercusión porque uno ve al mosquito que le pasa frente a su casa, se siente rociado, ve que sus plantas y su huerta se secan. En Córdoba hubo denuncias por parte de un fiscal que encontró residuos de pesticidas en frutas y verduras por fuera de los límites permitidos. Hubo toda una discusión en torno a eso que se encendió y se apagó lentamente. Dentro del grupo Paren de Fumigar hoy no es la discusión principal. La alternativas que empiezan a quedarnos, además de tratar de alejar las fumigaciones de nuestras viviendas, son empezar a consumir orgánico, a producir nuestras propias huertas, como lo hacían nuestros padres. Son conceptos que en paralelo comienzan a circular por los grupos.

 

 

"Los temas ambientales se hilan todos"

 

 

―¿Como Paren de Fumigar qué están pidiendo? ¿Mayor control, el cese total de las fumigaciones...?

 

 

Tomasoni.―Estamos pidiendo el cese total de las fumigaciones en la periferia de las casas, de los pueblos. La consigna más fuerte que resuena en el Paren de Fumigar es lograr una ley provincial que pueda alejar las fumigaciones de nuestras viviendas para que no sea una lucha aislada de pueblos, sino que sea una cuestión provincial. Luego sí, estamos poniendo en tela de juicio la fumigación y el modelo productivo sojero y de los transgénicos.

 

 

―¿Ven posible alcanzar esos objetivos?

 

 

Tomasoni.―Estamos en eso. Dos años atrás uno veía bastante lejana la posibilidad de instalar la discusión y hoy estamos con una dinámica muy avanzada. Ha sido producto de la lucha. Vemos muy posible a corto plazo una ley provincial y, por qué no, una ley nacional. En el marco en que se vaya reconociendo la peligrosidad de estos productos, sea cual fuere su categoría toxicológica, creemos que vamos a ir avanzando hacia una producción más sustentable y armónica con la naturaleza. Atrás de esto y mancomunados vamos discutiendo los desmontes, la problemática del agua..., los temas ambientales se hilan todos. Al fin y al cabo estamos poniendo en tela de juicio el modelo capitalista de consumo y producción.

 

 

Raquel Schrott y Ezequiel Miodownik para la Agencia de Noticias Biodiversidadla

 

 

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Consejo para la Transparencia obliga al SAG a entregar ubicación de cultivos transgénicos en Chile

 

 

Las compañías argumentaron que en otros países los lugares de plantaciones de semillas transgénicas han sido objeto de atentados y actos vandálicos.

 

 

S. Rivas y F. Vial

 

 

El Consejo para la Transparencia resolvió que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) deberá entregar la ubicación exacta de los cultivos de semillas transgénicas que existen en el país.

 

 

El fallo unánime de los cuatro consejeros de la entidad señala que el SAG tiene 15 días hábiles para cumplir con el requerimiento de María Rozas, coordinadora regional de la organización ambientalista Red de Acción en Plaguicidas de Chile.

 

 

El 20 de abril de 2009, ella solicitó al organismo público "la ubicación exacta y el nombre del propietario y/o entidad responsable, autorizados para cultivar y acopiar semilla transgénica de exportación, como también para la experimentación científica en vegetales transgénicos", así como las solicitudes en trámite.

 

 

El 18 de mayo de ese año, el SAG respondió que como la información afectaba a terceros, procedió a consultar a las empresas si estaban de acuerdo en entregar la información. De 26 firmas notificadas, sólo accedieron Viveros del Sur y Ventria Bioscience.

 

 

Entre los argumentos para negar la entrega de información, las empresas plantearon al Consejo que la información afectaba sus derechos comerciales y económicos; que la resolución exenta 1.523 de 2001 del SAG les garantizaba el "carácter reservado" de los datos y que divulgarlos provocaría una pérdida de la confianza internacional que podría perjudicar inversiones y causar graves daños al negocio.

 

 

También argumentaron que en otros países los lugares de plantaciones de semillas transgénicas "han sido objeto de atentados y actos vandálicos", por lo que podría peligrar su seguridad.

 

 

Rozas replicó que su pedido abordaba "actos administrativos del Estado que tienen consecuencias ambientales, sociales y en la salud de las personas", y que los cultivos orgánicos podrían verse en riesgo por "la posible contaminación genética" de las semillas.

 

 

El Consejo evaluó jurisprudencia internacional, particularmente la experiencia europea, donde los datos de ubicación de transgénicos están a disposición de los ciudadanos. Sobre el reclamo de confidencialidad, precisó que la resolución exenta del SAG fue derogada tácitamente en 2005 al entrar a regir la reforma constitucional que garantiza el acceso a la información.

 

 

Junto con resolver que la información es pública, el Consejo indicó que la resolución ayudará a una mayor participación social en el debate público sobre los transgénicos en Chile.

 

 

Reacción del SAG

 

 

El SAG y las empresas afectadas pueden recurrir a la Corte de Apelaciones, pero el director del servicio, Víctor Venegas, anunció que no van a apelar y que no han negado la entrega de información.

 

 

En contra

 

 

Las empresas argumentaron que los datos son reservados y que divulgarlos provocaría una pérdida de la confianza internacional que podría causar graves daños al negocio.

 

 

A favor

 

 

El Consejo indicó que la resolución ayudará a una mayor participación social en el debate público sobre los transgénicos en Chile.

 

 

Más informaciones:

 

CONSEJO PARA LA TRANSPARENCIA

 

RAP-CHILE

 

 

Noticias sobre banano transgénico

 

 

Dos países están trabajando en el desarrollo de plátano transgénico: Australia y Uganda. El proyecto tiene un subsidio de $ 5 millones de la Fundación Bill y Melinda Gates, bajo el programa Iniciativa Grandes Desafíos en Salud Global.

 

 

En Australia la Queensland University of Technology trabaja en incrementar el contenido nutricional del plátano Cavendish, que es el que más circula a nivel internacional. El trabajo está dirigido a la población africana, donde el banano es un alimento básico.

 

 

Con base a los primeros resultados obtenidos, el equipo de investigación se va a concentrar en la pro Vitamina A usando un gen de maíz amarillo y del cultivar de banano Asupina del sudeste de Asia Islas, rico en carotenoides y pro-vitamina A contenido que se convierte en vitamina A por nuestro cuerpo. Están también trabajando con el incremento de hierro y la acumulación de hierro en la fruta, usando un gen de la soja “ferritina”.

 

 

Los planes son que los bananos biofortificados se cultiven en Uganda, en colaboración con la Organización Nacional de Uganda de Investigación Agrícola. El proyecto tiene previsto ampliarse a Kenia, Tanzania y Rwanda.

 

 

Ya se ha experimentado con 132 líneas diferentes de banano transgénico en pruebas de campo confinadas, donde el banano transgénico ha sido manipulado con un sólo gen de manera independiente.

 

 

Fuentes: Nicole Eckersley. BANANAS: FIRST HARVEST SHOWS PROMISE Australian Food News, Australia. 18.03.2010, aquí

 

 

NEW BANANA BREED TO REDUCE MALNUTRITION The New Vision, Uganda. 02.03.2010 aquí

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Estado Español: ¿Por qué se boicotean los campos experimentales transgénicos?

 

 

Amigos de la Tierra considera que los responsables de estos actos son el Gobierno y la industria que imponen los transgénicos

 

 

http://www.tierra.org/spip/spip.php?article1100

 

 

Ante los actos de protesta que se han producido en varios campos experimentales de transgénicos los últimos días, Amigos de la Tierra, que hizo pública su localización exacta a nivel de parcela hace unas semanas, quiere reiterar el derecho de la población a conocer la ubicación de estos experimentos, ratificado por el Tribunal Europeo de Justicia. Asimismo, Amigos de la Tierra considera que frente a una legislación que no protege derechos básicos, que deja desamparados legalmente a consumidores, agricultores y víctimas de contaminación, y ante la absoluta falta de transparencia o control, estas protestas son acciones en defensa del medio ambiente, la salud pública, el medio rural y los derechos de los consumidores y consumidoras.

 

 

Mientras que países como Reino Unido, Portugal o Alemania publican la situación de estos ensayos en sus páginas web, en España tuvo que ser Amigos de la Tierra quien publicó su localización exacta a nivel de parcela el pasado 6 de mayo [1]. Estos datos han sido obtenidos tras años de solicitudes y reclamaciones ante el defensor del pueblo, y han sido facilitados gracias a la sentencia favorable del Tribunal Europeo de Justicia de febrero de 2009 [2].

 

 

“Los transgénicos se están liberando al medio ambiente y se están introduciendo en nuestra agricultura y alimentación pese a la oposición social mayoritaria” afirmó David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra. “Su introducción impide que las personas consumidoras puedan elegir una alimentación libre de transgénicos y que los agricultores y agricultoras puedan cultivar sin verse contaminados, con riesgos e impactos ambientales y para la salud.” La situación de los transgénicos en España es especialmente grave, con una absoluta falta de transparencia y control ya que [3]: La legislación no ampara a los agricultores y agricultoras, impidiendo adoptar ninguna medida para protegerse de la contaminación e imposibilitando que se puedan denunciar los daños producidos.

 

 

La legislación no ampara a las personas consumidoras en su derecho a elegir una alimentación libre de transgénicos, ya que entran en nuestra dieta sin que exista información adecuada. España es el único país de la UE que cultiva transgénicos a gran escala mientras otros los prohíben en base a sus impactos ambientales, incertidumbres para la salud e imposibilidad de evitar la contaminación de la agricultura convencional y ecológica. España acoge el 42% de todos los experimentos con transgénicos al aire libre que se realizan en la Unión Europea. Esto ha sido posible gracias al oscurantismo deliberado del Gobierno y la imposibilidad de vecinos y agricultores de conocer su localización y protegerse de la contaminación.

 

 

Los mecanismos de control y aprobación de los campos experimentales son sesgados, insuficientes y dominados por la industria. La situación de descontrol es tan grave que en España se han vendido incluso animales transgénicos ilegales, sin que haya sido detectado por ninguna autoridad competente. La liberación de estos cultivos al medio ambiente no está justificada por motivos económicos, ambientales, científicos ni democráticos. Ante esta situación, Amigos de la Tierra considera que los responsables de las protestas y acciones que se puedan llevar a cabo contra los cultivos experimentales transgénicos son la industria que los impone para favorecer sus intereses frente a la mayoritaria oposición social y el Gobierno por su complicidad y colaboración en esta imposición. Tras publicar la localización de los campos experimentales, desde la industria de los transgénicos y sus fundaciones se lanzó una campaña de intimidación contra Amigos de la Tierra por ejercer el derecho al libre acceso a la información ambiental [4]. “No vamos a permitir que se nos hagan falsas acusaciones ni se criminalice al movimiento de oposición a los transgénicos.

 

 

El debate importante no son estas acciones sino el contexto de imposición e indefensión jurídica frente a los transgénicos. Si alguien quiere buscar responsables, sería mejor buscarlos en el Gobierno y en la industria.” añadió Sánchez.

 

 

Declaración completa de Amigos de la Tierra (PDF)

 

 

Notas:

 

 

[1] Un mapa y el listado completo de campos experimentales solicitados en España en 2010 está publicada aquí

2] La Sentencia establece textualmente: “El derecho de acceso del público a la información se aplica a la liberación de transgénicos. Los Estados miembros no pueden invocar una excepción de orden público para oponerse a la divulgación del lugar de la liberación de organismos modificados genéticamente”. Se puede consultar en el comunicado del Tribunal Europeo de Justicia, de 17 de febrero de 2009 sobre la sentencia en el asunto C-552/07: aquí

 

[3] Amigos de la Tierra pone a disposición un documento de posicionamiento sobre estas acciones y una descripción del contexto de los transgénicos en España. aquí

 

[4] Ver nota de prensa de Acess info: “Lo responsable es publicar, no ocultar, información sobre transgénicos” aquí

 

 

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El Parlamento Europeo ha reiterado su posición a favor de la prohibición de los alimentos producidos con animales clonados. Los diputados han introducido una serie de modificaciones, en segunda lectura, a una directiva que fija las condiciones para la autorización y el uso de nuevos alimentos. El PE exige una moratoria en el uso de la nanotecnología en los alimentos hasta que se demuestre que no perjudica a la salud. Los nuevos alimentos, obtenidos a partir de nuevos procesos de producción o que tradicionalmente sólo se consumen fuera de la UE, han estado sujetos a regulación desde 1997. La Eurocámara se ha pronunciado sobre la revisión de la normativa vigente. Los diputados apoyan simplificar el procedimiento de autorización de estos alimentos, que debe incluir una evaluación de riesgos a cargo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Sin embargo, el PE se ha opuesto a autorizar el uso de animales clonados y la nanotecnología en la alimentación. Por otra parte, la Eurocámara reclama que los productos elaborados a partir de animales alimentados con piensos modificados genéticamente sean etiquetados con los términos «producido a partir de animales alimentados con piensos modificados genéticamente».

 

 

En caso de que el Consejo no acepte la posición en segunda lectura del Parlamento Europeo, este tema tendrá que ir a conciliación

 

 

Fuente: Europarl

 

 

Exxon Mobil y Synthetic Genomics desarrollan combustibles a partir de algas

 

 

Exxon Mobil y Synthetic Genomics están trabajando en un programa de agrocombustibles en base a algas, experimentando con la espuma de la charca fuera de un entorno de laboratorio.

 

 

Su objetivo es producir gasolina o diesel a base de algas gran escala. Para hacer viable el combustible de algas, se debe producir por lo menos 2.000 galones de aceite por acre anualmente, Si el programa sigue su curso con éxito, Exxon Mobil podría terminar gastando más de $ 600 millones en su empresa conjunta con Synthetic Genomics, del científico empresario J. Craig Venter.

 

 

Fuente: Ángel González. Newswires DOW JONES

Temas: Transgénicos

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