Asamblea Nacional de Mujeres de Pueblos Originarios de Chile
Hemos evaluado el contexto nacional e internacional que nos rige. La economía de libre mercado imperante sin duda ha calado hondo en nuestros territorios, hoy en día seguimos bajo la subyugación de este modelo capitalista y neocolonialista, mediante la privatización de los medios de producción y los recursos naturales.
El capitalismo se ha instalado a sangre y fuego en nuestras comunidades e incide en nuestras relaciones sociales, políticas, económicas y culturales. El saqueo permanente a la madre tierra por parte de la industria del capital, la sistemática violencia y vulneración de nuestros derechos humanos por sobre los intereses del imperialismo es para nosotras intolerable.
Como mujeres indígenas hemos visto con impotencia la migración forzada de nuestros territorios, consecuencia del capitalismo en su etapa superior de extractivismo. La agroindustria, minera y forestal, que con la venia del Estado como garante, se han transformado en los mayores saqueadores de nuestros recursos naturales favoreciendo intereses de las elites dominantes y en desmedro de nuestras comunidades.
Otro aspecto clave que no podemos descuidar, es cómo hacemos frente a la nueva oleada imperialista con relación a los nuevos tratados de libre comercio, hoy materializado en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica-TTP. Este es un acuerdo comercial que por estos días se encuentra en el parlamento para ser votado, sin previa consulta indígena. Es de suma importancia que tomemos consciencia, estemos alerta y con una posición activa frente a este flagelo que sería la peor de las catástrofes que nos pudiera ocurrir como pueblos originarios y sociedad en su conjunto, puesto que de ser aprobado se pone en riesgo nuestros conocimientos tradicionales, perderemos por completo nuestro patrimonio cultural como las semillas y con ellas todo el desarrollo productivo y alimentario de nuestros pueblos.
Dialogamos respecto de nuestra cosmovisión, sabemos que desde los inicios de la colonización española hasta hoy, se ha desarrollado un proceso sistemático de avasallamiento e intento de exterminio de cada uno de nuestros pueblos originarios, los que aun siguen en resistencia, nosotras hemos acumulado a demás de tristezas, profundo anhelo de sobrevivir, de revitalizar nuestros conocimientos, prácticas culturales y religiosas. Estas representan nuestra cosmovisión, el conocimiento de nuestras formas de sentir y ver el mundo, en equilibrio con la madre tierra que siempre nos ha otorgado todo lo necesario para vivir.
En defensa de nuestra forma de vivir, denunciamos la violencia y militarización del territorio mapuche, así como la violencia que afecta a las recolectoras de orilla y la pesca artesanal, siendo el mar uno de los recursos con sobre explotación por las empresas pesqueras al desmedro de su gente que vive de estos recursos.
Todo lo anterior va en contra de nuestra relación con la naturaleza, a la que entendemos como nuestra madre, a la que respetamos y agradecemos por todo lo que nos provee. Por ello promovemos intercambios solidarios y mercados internos, para el crecimiento económico y sustentabilidad económica ambiental. No obstante, nuestra aspiración es que los recursos naturales vuelvan a estar en manos de los pueblos.
También hablamos de feminismo, estamos aprendiendo, estamos desmitificando, es un proceso valido, que se desarrolla en forma individual y que también daremos en forma colectiva, en base al respeto y a nuestra diversidad.
Tenemos la necesidad de cambiar el actual estado de sumisión y de inequidad social al cual nos somete la Constitución política de la República de Chile, en consecuencia de realizar un trabajo de restauración entendiendo su inconstitucional creación y promulgación, ya que esta fue producto de la toma del poder mediante una dictadura militar que marcó una ruta de contra reformas, expropiaciones de tierra y otros bienes sociales en función de la instalación de un modelo de desarrollo económico al servicio del imperialismo norteamericano y el empresariado capitalista nacional.
Este espacio de encuentro nos ha permitido elegir una nueva Comisión Indígena y también nos ha permitido clarificarnos en cuanto a los objetivos que deben guiar su quehacer durante el próximo periodo de dos años.
Partimos de la base de que es posible avanzar en nuestras definiciones políticas por el buen vivir, que como mujeres organizadas hemos ido construyendo en cada uno de nuestros encuentros nacionales a partir del año 1998 y en los dos congresos de ANAMURI. Son siempre tantas las razones que nos indican que unidas iremos a pasos más firmes conquistando mejores condiciones de vida, desde cada uno de nuestros pueblos y desde el complemento de nuestras cosmovisiones.
Sin duda esta etapa constituye un momento histórico en relación al tipo de sociedad que necesitamos construir. Recordando a nuestras ancestros, las mujeres indígenas han tenido una importante participación en las demandas por el derecho a la autodeterminación y al reconocimiento constitucional, de tierra y territorio. Promover una participación política sustantiva de las mujeres indígenas a nivel local y nacional resulta indispensable para avanzar en el respeto y protección de los derechos humanos y en la superación de la discriminación racial, la marginación económica y la exclusión social que caracteriza nuestra realidad.
Por la unidad de las mujeres de los pueblos originarios organizadas en ANAMURI
Mujeres Aymara,Quechua,Atacameña, Colla ,Diaguita y Mapuche.
Chaltumay, jallalla, jallalla
Fuente: ANAMURI