Argentina: los espacios vacíos, la tierra sin gentes y los grandes negocios
Uno de los grandes argumentos de los constructores de megainfraestructura para Amazonia y el gran pantanal Brasilero, Boliviano y Paraguayo, es que son tierras o bañados sin gente, espacios vacíos que se deben aprovechar para que la civilización pueda hacer sus aportes, modificar el mundo y la vida, dominar el vacío salvaje, vacío, sin nada ni nadie.
Y así avanzar mega hidroeléctricas, grandes canalizaciones en los ríos y carreteras uniendo unas y otras, con la desforestación llevándose todo puesto, cada día, cada hora, cada minuto.
Con el mismo agrumento quieren ahora en la tierra de los ríos libres, Entre Ríos, hacer las islas productivas.
Es que la escala del vacío mental de estos productivistas es así de gigantesca, como sus propias mega ideas.
Las islas, los humedales de los que forman parte, son una biblioteca milenaria de diversidad biológica y productiva, además de cultural.
¿Qué decimos aquí?. Decimos que de esta biblioteca la ciencia nacional solo ha leído no más del 5 o 10 por ciento. De lo demás, nada sabe, absolutamente nada sabe. Todo esta por descubrirse, en cuanto a medicamentos y alimentos.
¿Porque también aquí avanzar con un modelo que ha simplificado la naturaleza y destruido la diversidad biológica, productiva y cultural en la Argentina?
¿Porqué trasladar el modelo agropecuario a las islas de la mano de grandes empresas extranjeras y los diez productores más grandes de la provincia? ¿Porqué?
¿Qué respaldo científico y político avala y acompaña esta decisión del Gobierno de la Provincia?
¿Donde están los estudios de impacto ambiental, social y económico de semejante medida en semejante superficie?
¿Donde los estudios hidrológicos, de calidad de agua, de efecto esponja, de inundaciones con este escenario trasladado a futuro con millones de islas endicadas, o protegidas de las inundaciones, donde están?
¿Y los pescadores?, ¿qué será de los pescadores y su cultura también centenaria?
¿Qué pasará con las comunidades de peces y sus sistemas de reproducción? más allá de los daños imposibles ya de cuantificar que este modelo les ha producido.
¿Qué será de los reinos de vida, todos, con los agroquímicos por todos lados, inyectados ahora directamente en los humedales?
¿Qué lugares eligirá el agua dentro de 10 años para inundar lo que ya no puede inundar más? ¿que nuevas áreas serán inundadas cuando el río de la plata tenga mayor altura por el cambio climático? no más de algunas decenas de años.
Con el mismo dinero asignado por la ley de privatización por 99 años de todos los humedales públicos o los que los señores del poder decidan, se podría equipar todas las áreas naturales protegidas ya creadas por Ley, designar sus guardaparques, darles todo el equipamiento y sus viviendas, brindarles energías alternativas solar y eólica como lo sabe hacer el Conicet de Diamante, garantizar su recorrido diario integral, controlar los incendios, realizar acuerdos con los pescadores de convivencia y colaboración, hacer seguimiento de ciertas especies en vías de extinción, acordar estudios con el Conicet y nuestras Universidades, con los Institutos de investigación sobre medicamentos y producción de medicinas naturales y con los escenarios de producción de alimentos naturales y agroecología con el INTA y otros institutos y ONGs especializadas de la Argentina y Sudamérica.
Pero lo más importante, se podría mantener sana a la fuente de agua potable más maravillosa y gigantesca existente en Sudamérica y provedora la región más poblada de la Argentina, como también la más contaminada desde Rosario al sur en su cauce principal. Entonces, su preservación es una política central para Entre Ríos y la Argentina toda.
Ya el taslado de la ganadería descontrolada ha sido un gran problema para los humedales, ¿porqué trasladar ahora todo el paquete productivista y su modelo tecnológico depredador y contaminate?
Tantas preguntas. Una sola respuesta. Una ley construida y sancionada como ha sido la de ésta Sociedad de Anónimos, para un negocio modelado hacia muy pocos ricos productores, no les importa un solo milímetro responder a estas preguntas, porque lo que solo les importa es su negocio casi inmortal de 99 años, no les importa un solo espacio vivo de vidas, solo sus propios espacios vacios, vacios de lo más hermoso que la vida nos da, las vidas, muchas milenarias y aún desconocidas.
Este artículo se escribe como una manera de recordar al Ingeniero Juan de Dios Muñoz y al Profesor Carlos Galano, Docente de la Escuela Marina Viltes de la CTERA, y Director de la Carrera de Educación Ambiental y de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNR.
Artículo de libre publicación.
Jorge Daneri