Algunas definiciones frente a la llamada sociedad del conocimiento
En el gran tema actual de la Biotecnología, una cuestión escasamente discutida y prácticamente ignorada, refiere al avance de los derechos de propiedad intelectual y, más precisamente, a la aplicación de los patentamientos industriales a organismos vivos (tanto a plantas, animales, microorganismos, como a genes y hasta material genético humano).
Esta problemática desafía de manera evidente parámetros éticos fundamentales sobre los que se han basado hasta el presente las sociedades humanas; y comprende varias cuestiones interrelacionadas, que dan forma al paradigma de lo que se conoce como la “Sociedad del Conocimiento”:
1) La apropiación privada del conocimiento resultante de la investigación científica. Ese conocimiento deja de ser un bien público para convertirse en un bien privado que se vende y se compra en el mercado, como una mercancía más, que cotiza en las bolsas de valores.
2) El bloqueo de la investigación científica en general, debido a la cantidad de elementos patentados por las grandes corporaciones de la Biotecnología, bloqueos que dificultan la realización de otras investigaciones;
3) El uso y abuso de las patentes para lograr mantener los controles del mercado, prácticas ensayadas de manera profusa por la industria farmacéutica y que hoy en día se extienden a la biotecnología y en general a la biotecnología agrícola;
4) La manipulación de los poderes del Estado en función de los intereses económicos, a través de legislaciones específicas que promueven o facilitan la instalación del modelo biotecnológico, tal como la Ley de promoción de la Biotecnología , así como de la Ley de Promoción de los Biocombustibles, en el caso de nuestro país. Esto ha implicado el rediseño de las políticas científicas, orientando fondos y recursos humanos hacia la investigación biotecnológica patentable, en claro y fuerte detrimento de otras disciplinas;
5) La imposición de un modelo del Agronegocio y de cadenas agro alimentarias, ha facilitado que la alimentación y la salud de la población, sean controladas por unas pocas corporaciones con poderes económicos y políticos superiores al del Estado mismo. Esas cadenas se complementan con el supermercadismo, la centralizació n de los mercados y el peso creciente de la intermediació n. Desaparecen las ferias y los pequeños centros de comercializació n, también desaparecen del mercado los alimentos frescos y los no procesados;
6) El establecer por encima de los gobiernos, políticas de Estado para una creciente pérdida de la Soberanía Alimentaria, mediante legislaciones que estimulan la producción de agrocombustibles, bioplásticos y otros bienes comerciables a partir de OGM, en detrimento de la producción de alimentos para las poblaciones;
7) La consolidación de un modelo científico de apropiación del conocimiento a todos los niveles académicos, mediante la firma de convenios de cooperación y de confidencialidad entre universidades nacionales, el INTA y el CONICET, con corporaciones multinacionales;
8) La formación de los científicos jóvenes, en el marco de nuevas practicas científicas orientadas al mercado y motivadas, de manera importante, por la firma de convenios con las multinacionales, a la vez que, la aceptación de onerosos equipamientos provenientes de las empresas. Tal como es de público conocimiento, este proceder de corporaciones como Monsanto y muchas otras empresas en la Argentina , condicionan esas prácticas científicas, tanto como los resultados de las investigaciones, en total detrimento de la antigua noción de ciencia puesta al servicio de sociedad.
9) La fragmentación de los procesos científicos y tecnológicos, con arreglo a un diseño de ensamblado industrial de los conocimientos en general y de la aplicación de los paquetes tecnológicos biotecnológicos, en particular, que facilita que los diferentes actores no se sientan responsables de las “externalidades” del proceso, es decir de los impactos sobre el medio ambiente y la sociedad que se producen como resultado de la acción del conjunto. Estas políticas se complementan con un rol del Estado, en que actúa como mero legitimador de los procesos y políticas públicas que diseñan las empresas.
Estas son algunas características que muestra el ingreso a un estadio denominado y promocionado como "sociedad del conocimiento" , resultado de la constitución de una ciencia empresarial que privilegia ciertos saberes y algunas tecnologías, por ejemplo la tecnología transgénica, distante del interés público y de toda necesidad social, bajo el criterio de la ganancia empresarial y del control de la vida y de los alimentos, en detrimento de otros saberes, de otras tecnologías, de los ecosistemas, de la sociedad, y del patrimonio intelectual y cultural de los pueblos.
Fuente: Grupo de Reflexión Rural