AL GRANO: Mariposa monarca, adiós anticipado

Idioma Español
País México

"Existe evidencia científica contundente que demuestra que además de la pérdida de hábitat, la principal amenaza para la viabilidad de las mariposas monarca es el uso masivo de herbicidas que destruyen la planta de algodoncillo de la cual se alimentan exclusivamente las orugas monarca."

Monarch Butterfly, Danaus plexippus. Foto: Billings Brett / USFWS.

Por Emmanuel González-Ortega

6 marzo, 2018

Uno de los animales más representativos del norte del continente americano es la mariposa monarca (Danaus plexippus). Cada año, las monarcas emprenden uno de los procesos de migración más largos y espectaculares de la naturaleza: las mariposas adulto viajan desde el sur de Canadá y noreste de los Estados Unidos hasta los bosques de oyamel en el centro sur de México o hacia bosques de California para invernar. Las mariposas monarca poseen un papel esencial en el ecosistema por su actividad polinizadora, además son alimento de aves, reptiles y mamíferos pequeños y son un caso ejemplar de co-evolución, dada su relación altamente compleja con una planta conocida como algodoncillo (Asclepia spp), que es la única planta huésped para los huevecillos que darán lugar a las larvas, que a su vez se transformarán en orugas, y después en mariposas monarca adultas.

La migración multi-generacional de las mariposas monarca comprende miles de kilómetros y empieza al final del otoño del hemisferio norte. Prácticamente el 99% de las mariposas monarca viajan hacia México. Aún no se conoce científicamente cómo es que las mariposas monarca –varias generaciones después- encuentran la ruta de migración hacia los lugares templados que visitaron sus ancestros para pasar el invierno, ni cómo encuentran la ruta de regreso, que coincide con el nacimiento de las plantas de algodoncillo al comenzar la primavera.

Las mariposas monarca dejan sus huevecillos en el envés de las hojas de esta planta, y después de entre 9 y 14 días pasan por 5 estadíos de desarrollo hasta cambiar al estado de pupa. Para el caso de la mariposa monarca, la metamorfosis desde el estadío de larva hasta mariposa toma entre 25 días hasta 7 semanas, dependiendo de las temperaturas.

Aunque las mariposas adultas no dependen directamente de la planta de algodoncillo para alimentarse, si que obtienen de esta algunas sustancias durante las etapas larvarias que protegerán a las mariposas adultas de potenciales predadores al generarles un sabor desagradable, por lo que la presencia de áreas en las que existan plantas de algodoncillo es esencial para la replicación del ciclo de vida de las mariposas monarca.

Actualmente la supervivencia de esta especie de mariposa está en grave riesgo, las poblaciones han caído más de 80 por ciento desde mediados de la década de 1990, y estudios pronostican que hay una probabilidad entre el 10 y 57 por ciento de que la población se reduzca tan drásticamente, que termine la migración de mariposas monarca desde el este de los Estados Unidos. Estos insectos fueron incluidos en la Ley de Protección de especies amenazadas de los Estados Unidos por varias razones: la pérdida y degradación de su hábitat (tala inmoderada, cambio de uso de suelo), parásitos y enfermedades en las mariposas, el calentamiento global y el uso de herbicidas en la agricultura tecnificada. Dichos factores amenazan a la mariposa monarca de manera sinérgica.

La disminución en las poblaciones de mariposas monarca en las décadas recientes coincide con la aparición de los cultivos modificados genéticamente para tolerar herbicidas como el glifosato, o para resistir a insectos que podrían ser considerados plaga. El uso masivo de glifosato en el medio oeste de los Estados Unidos está arrasando la presencia de las plantas de algodoncillo y de otras plantas que son una fuente de néctar para la alimentación de las mariposas; mientras que por otro lado, progresivamente han aparecido plantas silvestres resistentes al glifosato. La planta de algodoncillo es particularmente sensible al glifosato y hasta ahora no se ha reportado la existencia de algodoncillo resistente a este herbicida.

A partir de la aparición de las “super malezas” resistentes a los herbicidas asociados a los transgénicos, las compañías agroquímicas han desarrollado variedades de cultivos tolerantes a varios herbicidas además del glifosato, a partir del razonamiento de que si el glifosato es asperjado en los campos de cultivo junto con otros herbicidas, las malezas que no sean eliminadas por el glifosato, lo serán por los otros herbicidas.

Sin embargo, varios de los herbicidas propuestos como alternativa para eliminar a las malezas resistentes a glifosato, ya han desarrollado resistencia a dichos químicos. La transnacional Monsanto ha puesto en el mercado nuevas variedades de cultivos transgénicos (soya y algodón) que contienen el ya conocido rasgo de tolerancia al glifosato, pero incluye la tolerancia a otro herbicida: el Dicamba. Este herbicida de amplio espectro imita la acción de una hormona vegetal –auxina-, que provoca un crecimiento descontrolado, lo que lleva a la muerte de las plantas en las que es aplicado.

Este herbicida no es nuevo, se utiliza en la agricultura desde hace más de 40 años, pero se le está dando un uso renovado en el contexto de la agricultura transgénica. Se estima que en 2017 en Estados Unidos se cultivaron más de 10 millones de hectáreas de algodón y soya transgénica tolerantes a Dicamba, y Monsanto prevé que para 2019 se siembren algodón y soya tolerantes a Dicamba y glifosato en una superficie de más de 24 millones de hectáreas.

El Dicamba es un herbicida extremadamente volátil, es decir, una vez asperjado en los cultivos, partículas y vapores del herbicida se mueven hacia zonas distintas a las que originalmente fueron rociadas. Esta característica del Dicamba provocó un desastre para la agricultura en los Estados Unidos, particularmente para la que no utiliza cultivos transgénicos (¡Sí, aún existe!) y para los ecosistemas cercanos a los plantíos, debido a que el herbicida se dispersa muy fácilmente por el ambiente.

La manera de determinar el tamaño de las poblaciones de mariposa monarca se estima al cuantificar el área de los bosques teñida de naranja por la presencia masiva de mariposas. Esta misma semana se hizo pública la información sobre el área ocupada por las mariposas monarca en México durante el invierno: casi media hectárea menos que el año anterior (de 2.91 a 2.48 hectáreas).

Existe evidencia científica contundente que demuestra que además de la pérdida de hábitat, la principal amenaza para la viabilidad de las mariposas monarca es el uso masivo de herbicidas que destruyen la planta de algodoncillo de la cual se alimentan exclusivamente las orugas monarca.

Se estima que debe haber por lo menos 225 millones de mariposas monarca para que la especie no esté amenazada de extinción, pero por otro lado, el pronóstico de Monsanto es que se emplearán más de 11 mil toneladas de Dicamba por año hasta la adopción completa de los cultivos transgénicos tolerantes a los herbicidas glifosato y Dicamba, o sea que continuará asperjándose masivamente glifosato, y ahora también Dicamba.

En México, además de la pérdida de hábitat debida a la tala masiva, ilegal y clandestina, el cambio de uso de suelo y el calentamiento climático, las mariposas monarca se verán amenazadas por la potencial siembra de “nuevos” cultivos transgénicos tolerantes a viejos herbicidas tales como el Dicamba o el 2,4-D (otro herbicida de acción similar al Dicamba).

En su evaluación de inocuidad del año 2016, la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) aprobó 12 cultivos transgénicos (maíz, soya y algodón) tolerantes a los herbicidas Dicamba y 2,4-D. Con el eventual riesgo de que dichas plantas transgénicas sean cultivadas con los daños a la biodiversidad y a la salud humana comentadas en otro momento ( http://pagina3.mx/..., http://pagina3.mx/..., http://pagina3.mx/...).

Por su belleza y excepcionalidad biológica tenemos conocimiento del peligro de extinción en el que se encuentran las mariposas monarca, pero desde una perspectiva holística, seguramente hay muchas otras especies animales y vegetales que no están bajo la mirada de científicos ni ambientalistas y que están en igual o mayor peligro de desaparecer por las dinámicas de producción del capitalismo transgénico depredador.

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Temas: Agrotóxicos

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