A tres años del derrame de Repsol, cinco claves sobre sus impactos en el mar de Perú
A tres años del derrame de petróleo de la multinacional Repsol en el mar peruano, poco o nada ha sido remediado por la compañía de capitales españoles. Los 18 planes de rehabilitación presentados por la empresa ante el Ministerio de Energía y Minas (Minem) han sido rechazados, de acuerdo con un nuevo informe presentado por CooperAcción, con apoyo de Oxfam.
Estos planes, que debían plantear soluciones a los impactos provocados por la tragedia ambiental del 15 de enero de 2022, “contienen información incompleta, insuficiente y, en algunos casos, errónea”, plantearon los investigadores. A pesar de la magnitud del derrame, Repsol no ha rehabilitado los ecosistemas afectados, aseguran.
Sobre los Planes de Rehabilitación (PR), Repsol Perú respondió a Mongabay Latam que no han sido rechazados, sino que siguen en evaluación por la autoridad responsable y que en noviembre de 2024 la empresa respondió las últimas consultas que las autoridades hicieron sobre estos planes.
El informe, titulado “¿Repsol limpió el desastre? Situación actual y retos pendientes para la recuperación de la vida marina a tres años del derrame de petróleo”, explica que los planes de la petrolera “carecen de una caracterización ambiental adecuada, presentan fallas críticas en las estrategias de intervención y omiten riesgos para la salud humana y los ecosistemas”.
La problemática de los impactos de derrames de petróleo en el mar peruano es una tragedia recurrente. El 20 de diciembre de 2024, un nuevo derrame de petróleo en el mar peruano impactó sobre la costa de Lobitos, en la provincia de Talara, región Piura, en el norte de Perú. El crudo vertido impactó en cinco playas de la zona y se extendió hasta muy cerca de la Reserva Mar Tropical de Grau, un área protegida que acaba de ser reconocida en 2024. Unos meses antes, en julio de 2024, otro derrame había ocurrido en la misma zona. Aquí presentamos cinco claves para repasar el caso y entender los impactos de las actividades de hidrocarburos en el mar de Perú.
1. Tres años de impunidad ambiental
La actividad petrolera en el mar peruano ha causado varios desastres. El de mayor envergadura ha sido el de Repsol. Fueron más de 11 mil barriles de petróleo lo que se vertieron en el mar de la costa del Callao, luego de que el buque Tanque Mare Doricum, de bandera italiana, realizara operaciones de descarga de petróleo en las instalaciones del Terminal Multiboyas número 2 de la Refinería La Pampilla, en manos de la empresa española.
Los impactos de este desastre aún están presentes tanto en los ecosistemas afectados como en las personas cuyas actividades económicas dependían directamente de este sector del mar peruano.
El informe de CooperAcción y Oxfam advierte que “la estrategia de Repsol es esperar que el petróleo restante en el mar se depure de manera natural en dos años, sin presentar evidencia técnica que respalde esta estimación”. El análisis fue elaborado con el aporte de Diana Papoulias, bióloga con experiencia en análisis de derrames petroleros en otros países, y resalta que organismos como el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) y Minem, basados en experiencias internacionales, estiman que la recuperación podría tardar entre cinco y 23 años, o incluso más para ciertas especies.
En cuanto a los resultados del informe de CooperAcción que indican que el 60 % del crudo vertido en el mar no se ha recuperado, Repsol Perú respondió que “la limpieza del mar y de las playas no sólo se comprueba al ir a las playas y balnearios, sino que los planes de rehabilitación e información entregada ratifican que los indicadores de contenido de hidrocarburos están por debajo de los niveles de normas nacionales e internacionales”. Además, sostuvo: “De los resultados de ensayos físico-químicos de más de 14.000 muestras presentadas, el 100 % cumple con estándar nacional de agua y más del 99 % cumple con las normas internacionales para playa”.
2. Amenaza para las áreas marinas protegidas
En el caso del derrame de Repsol, la gran cantidad de petróleo vertido en el mar se extendió varios kilómetros hacia el norte del Callao. En su recorrido, el petróleo alcanzó dos áreas protegidas: la Reserva Nacional Sistema de Islas, Islotes y Puntas Guaneras y la Zona Reservada Ancón.
El informe de CooperAcción y Oxfam sobre el derrame de Repsol sostiene que los planes de la petrolera sólo proponen cuatro monitoreos puntuales por dos años, sin acciones directas para restaurar el ecosistema o repoblar las especies dañadas. “Esto no sólo evade responsabilidades, sino que también incumple las medidas correctivas ordenadas por el Sernanp para las áreas protegidas afectadas”, afirman los expertos.
“Hay zonas donde hay concentración de petróleo que vuelve a contaminar, entonces hay necesidad de terminar esa limpieza, hacerla bien, para que no siga volviendo a contaminar”, aseguró Ana Leyva, Coordinadora de Programa de CooperAcción y una de las autoras del informe.
Juan Carlos Sueiro, director de Pesquerías de la ONG Oceana, sostuvo ante la consulta de Mongabay Latam que el petróleo en el mar se expande muy rápido y que, en este caso, avanzó hacia el norte, zona donde se encuentra la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau, una área protegida creada en abril de 2024, que alberga más del 70 % de las especies marinas del mar peruano y es hábitat de especies amenazadas como las tortugas marinas y el caballito de mar. “Se genera una película muy delgada [de petróleo], pero muy nociva y mortal para las especies”, indicó Sueiro.
3. Las sanciones a las empresas responsables
Repsol acumula 22 procedimientos administrativos relacionados con el derrame de 2022 y ha sido multada con más de 72 millones de dólares por ocultar información, accionar negligentemente en la contención y limpieza del derrame, y proporcionar datos falsos, según el informe de CooperAcción y Oxfam.
En un primer momento, Repsol aseguró que sólo se habían derramado 0.16 barriles de crudo, afectando un área de 2.5 metros cuadrados, afirmación desmentida posteriormente, resalta el informe de las organizaciones.
La empresa también ha sido sancionada por dificultar las labores de fiscalización al no entregar información clave sobre las personas afectadas y los daños ambientales y sociales, resalta el documento.
El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) informó a Mongabay Latam que inició 16 procedimientos administrativos sancionadores contra Repsol —cuya razón social es Refinería La Pampilla S.A.A.— por las emergencias ambientales ocurridas, el 15 y 24 de enero de 2022 en el mar peruano.
De acuerdo con OEFA, de los 16 procesos administrativos iniciados a la empresa Repsol, cinco de ellos tienen sentencia final, con multas que ascienden a S/. 64.805.996 (aproximadamente 17.281.598 dólares) y han sido canceladas por la empresa.
OEFA también informó que aún hay siete multas impuestas en primera instancia por un monto de S/ 69, 554, 221 (alrededor de 18.547.792 dólares). Una de estas multas, que asciende a 5.350.000 soles ( 1.426.666 dólares) se encuentra en plazo para ser impugnada mientras que el resto se encuentra en apelación ante el Tribunal de Fiscalización Ambiental.
Al respecto, la empresa petrolera indica que, hasta la fecha, ha pagado 22.2 millones de dólares en multas. Asimismo, Repsol Perú precisa que “destinó más de 1000 millones de soles (más de 300 millones de dólares) en las labores de limpieza, remediación y compensación social.
4. Las especies amenazadas
En el caso del derrame de Repsol, miles de aves murieron empetroladas y cientos de mamíferos corrieron la misma suerte. Aunque no se puede determinar el número exacto de animales afectados, el Serfor demandó a la empresa petrolera por “actuar con crueldad y causar la muerte de 1852 especímenes de fauna silvestre”.
Según el organismo estatal, fueron 28 especies marinas las que resultaron impactadas, entre ellas, el guanay, el piquero peruano, la chuita, el zarcillo, la nutria marina, el lobo marino chusco, cuatro especies de gaviotas, el pelícano, el playerito, el pingüino de Humboldt, el piquero patas azules, entre otros.
“La vida marina ha quedado muy golpeada y va a tener un proceso lento de recuperación, si no hay acción humana. Hay muchas formas para ayudar al mar a recuperarse, Repsol lo sabe y debería utilizarlas”, sostuvo Leyva, Coordinadora de Programa de CooperAcción.
5. La afectación a los pescadores
Miles de pescadores se quedaron sin trabajo como consecuencia de la contaminación del mar por el petróleo de Repsol. Muchos tuvieron que cambiar de oficio para obtener ingresos. Los que se quedaron, continúan exigiendo una reparación. Hasta que ocurrió el desastre, más de 500 personas de la Asociación de Pescadores Artesanales de Ancón (Apescaa) se dedicaban a la pesca responsable en esa parte del mar peruano.
Cada familia pescadora afectada ha perdido, en promedio, 149.714 soles al año (unos 40 000 dólares anuales), de acuerdo con CooperAcción y Oxfam. Aunque Repsol afirma haber compensado al 98% de las personas afectadas, muchas negociaciones se realizaron a puerta cerrada y bajo condiciones impuestas por la empresa, sin garantizar un trato justo, según la Defensoría del Pueblo.
En 2024, más de 34.000 personas afectadas por el derrame de Repsol presentaron una demanda de indemnización ante un tribunal en los Países Bajos.
Específicamente en el tema social, Repsol Perú asegura que cumplió con su compromiso de compensar a las personas incluidas en el Padrón Único de Afectados, elaborado por el Gobierno Peruano”. Al respecto, la empresa sostiene que más de 10.500 personas han recibido sus compensaciones.
Fuente: Mongabay