70 Millones y ninguna flor

"El aumento del empleo del glifosato, ha hecho desaparecer la flora melífera natural"...se quejaba un apicultor de Tres Arroyos, al comentar la baja cosecha estival 1999/00.

Este comentario nos trae a la memoria el árido panorama de los balcones de Baldomero Fernandez Moreno, especialmente luego de saber que en 1999 se usaron 70.000.000 de litros de glifosato (contra 65.000.000 en 1998)...seguramente no quedará ninguna flor.

El área sembrada de soja aumentó en la campaña 1999/00 un 8% , pero al mismo tiempo se registró una merma del 16% en las ventas de semillas.

La explicación es obvia: la bolsa blanca (semilla obtenida por el mismo agricultor para la próxima siembra), que es el recurso tradicional para reducir sus costos, cuando como en el caso de la soja y el trigo, la descendencia mantiene las características varietales.

Tenemos que recordar que el negocio biotecnológico es del paquete semilla-herbicida, de manera que los 210.000.000 U$S es solo parte de lo esperable y que el chacarero truncó en el insumo mas costoso: la semilla.

En la reciente expo-ficción de Uranga (Santa Fé), apareció la novedad biotecnológica mas creativa: la semilla de los "milagrosos" trigos franceses, se podrá adquirir previa firma de un compromiso (¿contrato?) por el cual el comprador se compromete a pagar un cánon si se guarda semilla para la próxima siembra.

Las preguntas que surgen, pensando en un comercio equitativo, es que suele suceder que el clima se lleva la cosecha y el chacarero solo salva "la semilla" se le cobrará igual? Y si pierde todo, la empresa le repondrá la semilla? Aceptarán pago en trigo (canje)?

Pensar solo en la semillería sería poco equitativo...pero a quien le interesa la suerte del productor?

En los EEUU, la producción de semilla de soja RR por parte de los propios granjeros, les costó el accionar judicial de las empresas semilleras, que luego evaluaron como una imagen negativa litigar con sus clientes y en muchos casos luego de ganar los juicios no los ejecutaron.

En Argentina, con crisis permanente, no solo sería negativa la imagen, sino que con una justicia tan especial, las posibilidades de recupero son escasas...Es así que se le transfiere el trabajo a la Asociación de Semilleros Argentinos, que se encarga de reclamar al INASE el accionar sobre los productores, por su inveterada costumbre de perpetuar la vida en sus propias semillas y conservar el derecho ancestral de donar o compartir con sus colegas el fruto de sus esfuerzos.

Claro está que al firmar el contrato, se renuncia a ese derecho, que para un verdadero productor es como renunciar a serlo.

Adolfo Boy
Grupo de Reflexión Rural
REDAST Red Argentina de Alerta sobre Transgénicos
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