¡No más juegos de poder de la AELC contra los países del Sur!
250 organizaciones de 60 países piden en una carta abierta a Suiza, Noruega y Liechtenstein que dejen de imponer leyes estrictas de protección de las obtenciones vegetales a los países del Sur global que ellos mismos no cumplen. Esta exigencia de los países de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) de una protección estricta de las obtenciones vegetales -una especie de patente sobre las semillas- restringe drásticamente el libre uso de las semillas a expensas de los agricultores del Sur global. El derecho a la alimentación, la soberanía alimentaria y la agrobiodiversidad están amenazados.
Comunicado de prensa de la Coalición Suiza por el Derecho a las Semillas
250 organizaciones de todo el mundo se han dirigido a los gobiernos de Suiza, Liechtenstein y Noruega por su preocupación por los sistemas de semillas campesinas que son garantía de la agrobiodiversidad y un recurso indispensable para la obtención de nuevos cultivos. Solicitan que se elimine de los mandatos de negociación de futuros acuerdos de libre comercio el requisito de una legislación de protección de las obtenciones vegetales compatible con la norma UPOV-91 [1].
Durante más de veinte años, los países de la AELC (Islandia, Liechtenstein, Noruega, Suiza) han estado presionando en sus acuerdos de libre comercio a los países del Sur global para que introduzcan leyes de protección de las obtenciones vegetales de conformidad con el Convenio Internacional UPOV 91. Esto da lugar a una restricción desproporcionada de los derechos de los agricultores a guardar, intercambiar y vender semillas para la próxima temporada de siembra. Esto a pesar de que Suiza, Noruega y Liechtenstein [2] no aplican estas normas en sus propios países.
Este "doble rasero" es tanto más chocante cuando en los países del Sur los sistemas de cultivo de semillas, que se ven amenazados hasta los cimientos por las normas UPOV, tienen una importancia mucho mayor para la seguridad alimentaria y los ingresos que en Europa. Imponer estas normas a los países del Sur global, que se negociaron sin su participación, es un dictado neocolonial. Los países deberían poder decidir por sí mismos sobre las leyes y políticas relativas a las semillas que se adapten a sus sistemas agrícolas y a las necesidades de su población.
La AELC está negociando actualmente un acuerdo con Malasia. En la ronda de negociaciones de febrero 2020, los derechos de propiedad intelectual también estaban en la agenda, incluida la protección de las obtenciones vegetales a través de UPOV 91. Especialmente en el caso de Malasia, es incomprensible que los países de la AELC insistan en imponer UPOV 91. El país ya cuenta con una ley de protección de obtenciones vegetales que, en un marco limitado, respeta los derechos de los agricultores a la semilla.
La eliminación de las normas UPOV de los tratados de libre comercio sería una contribución importante al logro de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, en particular el Objetivo Nº 2 (hambre cero) y el Objetivo Nº 15, que tiene por objeto detener la pérdida de la biodiversidad.
Notas:
[1] UPOV = Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales. El Acta de 1991 fue negociada por sólo 19 países industrializados del Norte y Sudáfrica para sus propias necesidades.
[2] Islandia tiene una legislación nacional de obtenciones vegetales según las normas UPOV 91.
Para más información:
- Judith Reusser, Seeds Development Policy Officer, SWISSAID; hc.diassiws@ressuer.j
- François Meienberg, Coordinator, APBREBES; gro.seberbpa@tcatnoc
- Thomas Braunschweig, Trade Policy, Public Eye, hc.eyecilbup@giewhcsnuarb.samoht