Prioritario en el programa del nuevo gobierno, el llamado Tren Maya avanza aun con lagunas de tipo legal, técnico y de procedimiento. Se trata de un proyecto que va mucho más allá de un Tren, y cuyas complejas implicaciones son de tipo social y ambiental. Se trata de abrir la puerta al extractivismo y a la acumulación de capital, precisamente donde los gobiernos anteriores fracasaron.