La explosión de los precios de los alimentos alcanza dimensiones dramáticas y, según el Banco Mundial, ha condenado ya a cien millones de personas más a la extrema pobreza. Una de las causas de este aumento del hambre es la producción de agrocombustibles a partir de alimentos básicos en los países del Sur. Voces de Asia, África y Latinoamérica condenan en Berna esta práctica.