Hopelchén, Campeche. En una cocina maya se toman decisiones. Los hombres trabajan en la siembra y cosecha de maíz y las mujeres seleccionan las semillas, cuál sirve y cuál no, pues de ahí dependen futuras siembras o la fuente más pura de sabor. Aquí, al mismo tiempo, se deciden la salud, las relaciones y se resuelven los conflictos alrededor del fogón en el que se cuece el fruto de la milpa. “La cocina es como un río donde confluyen diferentes arroyos. El centro es el fogón con las tres piedras que sostienen el mundo y que se mantiene como espacio sagrado y medicinal”, dice Álvaro Mena, originario de Hopelchén, que en maya significa “Lugar de los cinco pozos”.