Hermanos y hermanas, pese a más de 500 años de dominación y opresión no han podido eliminarnos. Aquí estamos vivos en unidad con la naturaleza y el cosmos. Los pueblos indígenas, naciones originarias y campesinos de todo el continente que asistimos a este encuentro continental somos una demostración que nadie ni nada podrá detener el proceso de cambio y transformación que anima a nuestros países