Con la fragilidad de las democracias y la debilidad de gobernantes frente a los organismos financieros, en medio de copas de champagne, flashes y amplias sonrisas, se firma durante la Cumbre de Presidentes en Brasilia del año 2000, y con un brindis bien en alto, el plan de Integración e Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA), para los anglosajones RIISA (Regional Integration of Infrastructure in South America). Esta iniciativa inserta en el modelo neoliberal de mercantilización y privatizaciones, se hace a espaldas y en el más profundo silencio para con sus pueblos. Las venas abiertas de América Latina vuelven a sangrar