Sobre la triple frontera de Ecuador, Colombia y Perú se cierne una amenaza sobre el territorio, vida y cultura de nuestros pueblos por la apertura de nuevas fronteras petroleras. La actividad petrolera, una de las más destructivas del planeta, viene acompañadas con contaminación, violencia, enfermedad, muerte y atentados al derecho de la autodeterminación y bien vivir de nuestros pueblos, en aquellos lugares en donde ya opera