"Cada una de nuestras comunidades está sufriendo agravios distintos. El gobierno quiere obligarnos a reconocer que el agua es una mercancía. Por ello nos imponen proyectos ajenos a nosotros, sin consulta a las comunidades, y que en nada nos benefician; sólo persiguen favorecer a algunos “grandes usuarios”, es decir, abastecer en forma desigual de agua y energía a las zonas metropolitanas. Estos son proyectos impulsados por el Estado y que están ligados a los procesos de globalización económica.Es por ello que nuestros pueblos se han levantado y comienzan a organizarse para la defensa y cuidado del agua. Nuestros pueblos se movilizan y enfrentan una lucha por la defensa de sus derechos ambientales y territoriales. Estamos concientes que en la actualidad el agua que podemos consumir se encuentra en grave riesgo de ser privatizada y dejar de ser bien comunitario. Hay una fuerte amenaza de que la propiedad colectiva del agua pase a un régimen privado. Por ello nos levantamos y nos organizamos"