El maíz es originario de América, está disperso en todo el mundo y ha contribuido sustancialmente a la alimentación de la humanidad. Los pueblos agricultores del suroeste de México los que hace miles de años modificaron de manera natural el teosinte (planta silvestre) para lograr su transformación en lo que hoy conocemos como el cultivo de maíz (Miranda, 1998). Por otra parte, del total de 260 razas de maíz descritas para América, 132 son originarias de la zona andina (Goodman y Brown, 1998).