El Presidente Piñera tiene a su ministra de Agricultura, María Emilia Undurraga, impulsando un programa, apoyado por FIA, SAG, ACHIPIA y la subsecretaría de agricultura, y financiado con fondos públicos para aumentar el uso de plaguicidas en la producción convencional de hortalizas, tanto para la exportación como al mercado interno. Ello contrasta con su discurso público sobre sustentabilidad y el llamado que hiciera la ONU en 2020 a los gobiernos a proteger la biodiversidad debido a que su pérdida amenaza todos los ámbitos, incluida la salud ambiental y humana.