El economista y antropólogo Diego Silva, quien investigó el trabajo de la empresa biotecnológica Bioceres, plantea ejes claves en torno a la aprobación del trigo HB4: el avance de los transgénicos, el contexto global por la guerra en Ucrania, la relación con el cambio climático y el negocio con una tecnología que surge de un convenio público-privado.