Mientras en el mundo se prohíbe el uso de paraquat y glifosato –por su alta toxicidad y riesgo cancerígeno–, en México se emplean indiscriminadamente para erradicar plantíos de marihuana y amapola, y en siembra tradicional y de transgénicos para aniquilar maleza. Por ejemplo, en el sexenio de Peña, la Secretaría de la Defensa lanzó –vía aérea– 132 mil litros de paraquat en cuatro estados de la república