"El experimento de cuatro años, llamado Insectos Aliados, comenzó en el verano de 2017 con una respaldo de 27 millones de dólares en contratos de investigación adjudicados a tres grupos académicos. Su principal característica es que emplea una técnica, la alteración genética ambiental horizontal (HEGAA), para introducir cambios genéticos en cultivos, pero no en el laboratorio, sino cuando ya están plantados. El virus modifica los cromosomas de las plantas, una alteración que previsiblemente puede aumentar su resistencia ante diferentes desafíos ambientales".