Un alud de protestas y movilizaciones ha seguido a la brutal incursión de la policía mexiquense (o sea estatal, con una bendición federal extraviada en sus eufemismos) sobre la población de San Salvador Atenco. Tras criminalizarla en el más alto tribunal de la nación, que son los noticiarios de la televisión y la radio comerciales, por el increíble delito de defenderse, esta población campesina puede ser tranquilamente torturada en vivo y en el mejor horario sin que el televidente escuche algo sobre lo que está viendo